viernes. 16.08.2024

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Es una cultura del Antiguo Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano entre los años 1200 a. C. al 400 a. C. Tuvo su centro de desarrollo en la localidad de Chavín de Huántar, que está ubicada a dos km de la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna en la cuenca alta del río Marañón. El centro ceremonial de esta cultura se encuentra ubicado en la zona de Conchucos, en el lado oriental de la Cordillera Blanca.

  1. Actividades económicas
  2. El arte de Chavín
  3. Esculturas
  4. El lanzón monolítico
  5. El obelisco Tello
  6. La estela Raimondi
  7. La estela de Yauya
  8. Portada de las Falcónidas
  9. Cabezas clavas
  10. Estela del portador del cactus
  11. La orfebrería
  12. La cerámica
  13. Arquitectura
  14. El Templo Viejo
  15. El Templo Nuevo
  16. Su lengua
  17. Su religión

Gran parte de aquel desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo, específicamente al Formativo Medio Superior, que tiene como características la intensificación del culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada con los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y el textil.

Mapa de la civilización chavín
Mapa de la civilización chavín

El arqueólogo Julio César Tello Rojas fue quien la descubrió y consideró como la cultura matriz o madre de las civilizaciones andinas, que era de origen amazónico. Sin embargo, descubrimientos recientes sugieren que la civilización del Caral es más antigua que Chavín, como han podido comprobar en mi artículo sobre la cultura del Caral.

Julio Cesar Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico debido a las múltiples representaciones de la iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica.

El Chavín de Huántar fue el centro principal chavín en su máximo apogeo, siendo un importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los Andes del Perú.

No está claro que en todos los lugares donde se aprecia la cultura chavín, fuera predominante la lengua y la etnicidad de los habitantes de Chavín de Huántar.

Actividades económicas

Sus principales actividades económicas fueron, en los inicios de la civilización Chavín, la recolección de plantas silvestres y la caza de animales. Desarrollaron notablemente la agricultura, la ganadería y el comercio usando el trueque entre los pueblos serranos, costeños y posiblemente con los pueblos amazónicos.

Cultivaron diversos productos entre los que figuran principalmente el maíz y la papa, junto otros productos agrícolas. Los habitantes de Chavín tenían una agricultura bastante desarrollada, donde el maíz constituía su fuente principal de alimento, junto a la calabaza, las habas, calabaza, algodón, la papa, quinua y el maní.

El principal motivo del progreso de Chavín de Huántar fue la transformación que sufrió la agricultura, haciéndola más moderna, productiva e innovadora. Dentro de esa agricultura, el maíz y el choclo o maíz tierno, conocido como huansa, ocuparon el sitio principal conjuntamente con sus derivados, entre ellos la chicha de jora, que se convirtió en su fuente de riqueza y dominio.

Parece ser que el trueque fue la modalidad de pago del maíz. Este trueque se generalizó y fue la modalidad imperante en sus transacciones, desde Chavín de Huántar hasta el Imperio Inca.

Entre las técnicas agrícolas destaca el uso de los canales para el riego de las tierras y también se inició el uso de la chaquitacella que era un arado de pie, que acrecentó la productividad agrícola, por lo que pudo aumentar su población.

Desarrollaron la ganadería a base de las llamas y alpacas así como la crianza de cuyes [1]. Los habitantes del sector de la costa se mantenían sobre todo de la pesca. Esta pesca se realizaba empleando amplias redes.

Construían sus hogares de adobe o piedra, con el techo de paja, y las instalaban cerca de los ríos, para facilitar el riego de sus siembras. Los muertos eran enterrados en el desierto, en el fondo de fosas profundas. Los acompañaban distintas ofrendas funerarias, como vasos de cerámica, instrumentos de trabajo y algunos alimentos, tales como habas y espigas de maíz.

El arte de Chavín

Tiene una compleja iconografía y destaca por su realismo mítico. Hay constantes evidencias en todos los tipos de arte como la cerámica, la alfarería, las esculturas, donde se producen interacciones entre humanos y animales, lo que refleja las interconexiones sociales y cómo la gente de Chavín se veía a sí misma conectada con el otro mundo.

Otras iconografía encontrada en el arte de Chavín continúa dando una idea de cómo era la cultura, como la evidencia general del uso de plantas psicoactivas en el ritual. El cactus de San Pedro se ve a menudo en varias formas de arte, a veces en manos de humanos, lo que se usa como evidencia para respaldar el uso de la planta.

Un estudio de la alfarería costera de Chavín con respecto a la forma revela dos tipos de vasijas: una de tipo tallada poliédrica y una de tipo pintada globular. Estilísticamente las formas de arte de Chavín hacen un uso extensivo de la técnica de los contornos.

El arte es difícil de interpretar y comprender, ya que solo estaba destinado a ser leído por los sumos sacerdotes del culto Chavín, quienes podían comprender los diseños intrincadamente complejos y sagrados.

La estela de Raimondi es uno de los principales ejemplos de esta técnica. Sin embargo, la cerámica no parece representar las mismas características estilísticas que se encuentran en las esculturas.

El arte de Chavín decora las paredes del templo e incluye tallas, esculturas y alfarería. Los artistas representaron criaturas exóticas que se encuentran en otras regiones, como jaguares y águilas, en lugar de plantas y animales locales. La figura felina es uno de los motivos más importantes del arte chavín.

Tiene un significado religioso importante y se repite en muchas tallas y esculturas. Las águilas también se ven comúnmente en todo el arte de Chavín.

Esculturas

La escultura chavín se caracterizaba por el uso de piedra, siendo usualmente de naturaleza monolítica con énfasis religioso. Las esculturas más relevantes son los monolitos, las estelas y las cabezas clavas. Destaca las columnas y la losa voladiza en la Portada de las Falcónidas.

El lanzón monolítico

Representa a un dios antropomorfo con boca de felino y cabellera de serpientes. Tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil y posee una longitud de cinco metros. Se encuentra en uno de los corredores del Templo Antiguo del complejo arqueológico Chavin de Huántar. Está clavada en medio de un espacio reducido de forma cuadrangular, dentro de un crucero que está debajo de la tierra.

La razón de su peculiar forma es todavía materia de discusión, posiblemente fue tallado para simular la forma de un colmillo. Su superficie tiene labrada la imagen de un dios con rasgos antropomorfos y zoomorfos, entre estos últimos destacan los cabellos y cejas en forma de serpientes, la boca con dos grandes colmillos y las manos con garras felinas.

El ser antropomorfo representado lleva la mano derecha alzada y la izquierda apoyada en el muslo. Posiblemente era la principal divinidad del Templo Viejo y al parecer es similar al dios representado en la estela Raimondi, siendo la principal diferencia con este es que no lleva báculos.

El monolito Lanzón tiene 4,5 m de altura y toma la forma de un arado de pie andino tradicional y se encuentra en profundidad dentro del laberinto interior del Templo Viejo. Muestra a una criatura supernatural con colmillos y garras que están decoradas con serpientes.

La criatura apunta abajo con una mano y arriba con la otra, quizás un indicativo de su liderazgo sobre los reinos terrestres y celestiales. Se piensa que este monolito era quizás el sitio de un antiguo oráculo que daba respuestas a las demandas de los peregrinos quienes en turno dejaban ofrendas de oro, obsidiana, conchas, y cerámicas.

El obelisco Tello

Se halla labrada en su superficie la representación de dos deidades míticas, o en todo caso, un dios doble. Es una escultura lítica de forma de prisma, de 2,52 m. de altura, esculpida en las cuatro caras.

Representa a una divinidad compleja, existiendo diversas interpretaciones sobre su naturaleza con una doble divinidad. Para unos es un dios hermafrodita con cabeza de felino, pero otros ven la unión de dos caimanes y otros ven un dios ave con boca de felino o felino volador, desdoblado lateralmente.

Se representan multitud de otros elementos en toda su superficie como hombres, aves, serpientes, felinos y plantas como la calabaza, ají, maní, yuca, etc. La fama del obelisco Tello es atribuible a la riqueza iconográfica chavín que contiene. Se trata de la figura iconográfica más compleja de los objetos chavines.

El arte chavín es naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas. Formas idealizadas de estos elementos están cubiertas con abundantes elementos más pequeños, a menudo como sustitución metafórica, en algunas secciones del cuerpo representado en el obelisco.

El obelisco Tello representaba los ciclos de la naturaleza y al jaguar, era hermafrodita, es decir, que tenía dos sexos. Esta es la representación más complicada de la escultura chavín. Sin embargo, tiene más sentido que el felino representado sea un puma, debido a que fue éste quien compartía territorios con la antigua civilización chavín, no el jaguar.

La estela Raimondi

Representa a un dios con dos báculos y es básicamente similar al dios representado en el lanzón. Tuvo mucha influencia tanto en el espacio como en el tiempo como testimonian los paracas, luego los tiahuanacotas y finalmente los huaris.

Es un monolito de granito pulido de 1,98 m de largo por 0,74 m de ancho, tallado en solo una de sus caras. Representa a un dios con rasgos felinos con los brazos extendidos sosteniendo en cada mano una vara o báculo.

Similar representación aparece también en otras esculturas de culturas andinas posteriores, como la Tiahuanaco y Huari, a las cuales se conoce como Viracocha, la Divinidad de los dos báculos o Dios de las varas.

Se salvó del pillaje de las tropas de ocupación chilenas en el año 1881, al caerse al suelo mostrando solo su parte posterior, que es lisa, por lo que los saqueadores pensaron que se trataba de una simple losa de piedra sin ningún valor.

La estela de Yauya

Pedazo mayor de la estela
Pedazo mayor de la estela

Es un monolito o escultura de piedra de gran tamaño. Sobre su superficie se halla labrada la figura de un ser mítico. Actualmente está quebrada en cuatro partes. Todos los fragmentos fueron hallados en las inmediaciones del Rambo Real de Huancabamba.

De estos fragmentos se infiere una idea cabal de la forma original del monolito. Medía 3 m de alto, 50 cm de ancho y 18 cm de grosor. Sobre sus relieves existen diversas interpretaciones. Se trata de la representación de una divinidad ictiomorfa o con forma de pez. Se basa en los diseños que parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas.

Portada de las Falcónidas

Hace referencia a una estructura megalítica multicomponente, donde destacan dos columnas circulares talladas y una losa voladiza sobre las mismas, también tallada. El pórtico se ubica en el centro del frontis ubicado en el lado este del Templo nuevo o Edificio.

Las imágenes talladas en bajorrelieve en las columnas y friso son complejas y se teoriza que podrían transmitir un mensaje complejo.

Al igual que con otras esculturas de este lugar arqueológico y las estelas de la Plaza Circular, las columnas y la losa se encuentran amenazadas de perder las imágenes grabadas en ellas debido a una serie de factores como los movimientos sísmicos. Que continuamente sufre esta zona.

Columnas, losa voladiza y jambas líticas a ambos lados
Columnas, losa voladiza y jambas líticas a ambos lados

Cabezas clavas

Cabeza clava. Las cabezas clavas eran esculturas líticas que adornaban los muros perimetrales de los edificios del centro ceremonial
Cabeza clava. Las cabezas clavas
eran esculturas líticas que adornaban
los muros perimetrales de los
edificios del centro ceremonial

Son bultos escultóricos que representan a cabezas de deidades, hechas en diferentes tamaños. Todas cuentan con una estructura alargada en su parte posterior, con la que eran insertadas en los muros del templo principal o castillo de Chavín.

En unos casos presentan rasgos antropomorfos y en otros zoomorfos como un felino y un ave de rapiña, o bien una combinación de ambos, al estilo de la figura del Lanzón monolítico.

Sobre su función, algunos afirman que hacían el papel de fieros guardianes de los templos, o posiblemente ahuyentaban a los malos espíritus. Representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en el origen selvático de la cultura chavín.

Otros piensan que podrían ser retratos de los sacerdotes chavines en el marco de rituales religiosos en donde se usaban sustancias alucinógenas, cuyos efectos en los rostros de los sacerdotes estaría retratado alegóricamente en cada cabeza clava, a manera de secuencia.

Estela del portador del cactus

Lápida de piedra con personaje antropomorfodescubierta en Chaví de Huántarn de Huántar en el año 1972
Lápida de piedra con personaje
antropomorfo descubierta en Chaví
de Huántarn de Huántar en el año 1972

Es un monolito o estela de una sola pieza de granito, perteneciente a la cultura chavín y que permanece en su emplazamiento original, en el lado noroeste de la plaza circular en el centro ceremonial de Chavín.

Se encontró en la plaza circular un fragmento de otra estela en el año 2001 que muestra una imagen espejo exacta de la estela del portador del cactus. Este fragmento sugiere que existían cuatro estelas con esta misma representación. Dos en el cuadrante noreste y dos en el cuadrante sureste, todas mirando hacia la escalera que lleva a la galería del Lanzón de Chavín.

Esta estela es importantes porque es el hallazgo iconográfico más claro respecto al uso ancestral y ritual del cactus Echinopsis pachanoj.

La orfebrería

Moldeaban mediante el martillado y el repujado, confeccionando coronas, brazaletes, aretes, orejeras, cuentas de collar y pequeños adornos. Algunas muestras de estos trabajos fueron halladas en Chongoyape y Kuntur Wasi. La alta ley del oro hace suponer que procedían de los lavaderos de los ríos amazónicos.

El textil

La civilización del chavín usaba como materia prima el algodón y la lana, con los que se realizaban tapices y tejidos. Estos podían ser simples bordados y con adornos a base de orlas y flecos.

 En la costa, según el arqueólogo Julio C. Tello:

“...aparecen vestigios de hilandería y textilería, como piruros del huso y fragmentos de tejidos de lana y de algodón. Estos son de técnica primitiva a base de red de malla, gasa, acordonado, anudado, trenzado, calado, etc., según las muestras encontradas en las cavernas de Cerro Colorado en Paracas, un trozo anudado procedente de las tumbas de Cerro San Pedro de Ancón y multitud de objetos de cestería y petatería”.

Otro tejido encontrado en Ica es la tela pintada donde se observan los personajes religiosos de la cultura chavín que, según algunos arqueólogos, sería un catecismo destinado a difundir el culto religioso de aquella cultura.

Maqueta del sitio arqueológico de Chavín de Huántar
Maqueta del sitio arqueológico
de Chavín de Huántar

La cerámica

La cerámica es generalmente monocroma y en algunas ocasiones es decorada con colores rojo y negro-plata, con añadido de una serie de puntos. Entre los seres más representados figuran, seres zoomorfos como felinos, monos, lagartos, serpientes y aves, fitomorfos como los tubérculos y antropomorfos. Los colores más usados fueron grises, marrones y negros.

Se pueden distinguir dos tipos de cerámica:

  • Cerámica doméstica para el uso común de la gente del pueblo.
  • Cerámica ceremonial para las prácticas rituales.

De acuerdo al desarrollo temporal, existen dos tipos:

  • Época rocas, cuyas características son de forma globular, base plana, asa estribo terminando en pico, además de vasijas y tazones de hasta 50 cm de diámetro.
  • Época ofrendas, en esta fase los golletes o cuellos son más delgados y su forma es acampanulada

Arquitectura

Fue el lugar de origen de la segunda entidad política a gran escala en los Andes centrales, y esto se debe principalmente a su extensa arquitectura. Este sitio utiliza arquitectura interna y externa.

La construcción del Templo Viejo tuvo lugar alrededor de los años 900 al 500 a. C., y la construcción del Templo Nuevo, la estructura que fue construida y agregada al Templo Viejo, alrededor de los años 500 al 200 a. C.

La falta de estructuras residenciales, depósitos ocupacionales, armamento generalizado y evidencia de almacenamiento hacen, que la arquitectura del lugar sea más interesante, ya que se enfoca principalmente en los templos y lo que hay dentro de ellos.

El centro monumental de Chavín de Huántar se construyó en al menos quince fases conocidas, todas las cuales incorporan los treinta y nueve episodios conocidos de construcción de galerías.

El Templo Viejo

Se piensa que se construyó sobre el año 750 a.C. y es actualmente un complejo de edificios que juntos forman una U. En el centro hay dos escaleras que descienden a una zona hundida de forma circular.

Las murallas de los edificios están alineadas con piedras cuadradas y rectangulares que presentan imágenes de criaturas chamánicas, transformacionales, esculpidas en bajo relieve. Las figuras combinan rasgos humanos con colmillos y garras de jaguar y visten tocados de serpiente simbolizando visiones espirituales.

Había muchas cámaras de piedra en el templo interior a través del cual corría el agua bajo presión, creando así un ruido en el interior de los confines de las cámaras y evocando acompañamiento a las declaraciones del oráculo.

La primera etapa de construcción conocida, la etapa de montículo separado, consistió en edificios separados que no se ajustan al patrón en forma de U visto en el Período del Horizonte Inicial y el Período del Horizonte Temprano.

Durante la etapa de expansión, la construcción integró plataformas escalonadas y creó una forma contigua en forma de U conectando los edificios, que ahora rodean espacios abiertos.

En esta etapa las galerías están construidas en forma y características propias. Durante la Etapa Blanco y Negro se construyeron todas las plazas conocidas como la Plaza Mayor, la Plaza Menor y la Plaza Circular.

Cuando la construcción llegó a su fin, las galerías adquirieron un aspecto más estandarizado. Al final del proceso de crecimiento, los edificios se convierten en plazas con una disposición en forma de U y un eje este-oeste que divide el espacio cerrado. El eje también se intersecciona con el Lanzón.

Se realizaron modificaciones durante todas las etapas de la construcción para mantener el acceso a la arquitectura interna del sitio. Hubo un gran interés en mantener el acceso a la arquitectura interna y los elementos sagrados del sitio.

La arquitectura interna se construyó como parte de un diseño único y se incorporó intrincadamente con la arquitectura externa. La inclusión de un crecimiento lateral y asimétrico permitió que estos elementos sagrados permanecieran visibles, incluido el Lanzón.

La Galería del Lanzón se creó a partir de una estructura independiente anterior que luego se transformó en un espacio interno con techo de piedra al construir a su alrededor.

El Lanzón estuvo presente antes del cubrimiento del tejado, ya que es probable que el Lanzón sea anterior a la construcción de montículos y plazas. En general, las galerías siguen patrones de construcción, lo que indica un esfuerzo masivo en diseño y planificación.

El Templo Nuevo

Fue realmente una extensión del complejo del Templo Viejo. Destacan las 100 cabezas de piedra supervivientes que alguna vez sobresalieron de las murallas exteriores. Estas forman una serie transformadora y de cambio progresivo de forma humana a jaguar.

El templo en su nueva forma medía 100 m de longitud y alcanzó una altura de 16 m con tres niveles. Su portal de entrada blanco y negro está flanqueado en cada lado por una columna simple. Destaca la imagen de un águila, la otra de un halcón representando lo femenino y masculino respectivamente en un típico ejemplo Chavín de dualidad. 

El Templo Nuevo también contiene el Obelisco Tello de 2,5 metros de alto que muestra dos caimanes y serpientes y podrían representar el mito de la creación. Opuesto al templo, una larga corte hundida cuadrada de 50 m de lado fue construida para propósitos ceremoniales, una característica que se convertiría en estándar en muchos sitios religiosos andinos subsecuentes.

Otros edificios más modestos de Chavín de Huántar, que a veces usan ladrillos de adobe de forma cónica distintiva, indican que hubo ahí un gran número de residentes permanentes, jerarquía social, y centros de especialización de artesanía.

El lugar y la cultura de chavín entraron en declive hacia el tercer siglo a.C. por razones que no permanecen claras pero probablemente relacionadas con muchos años de sequía, terremotos y la inevitable convulsión social causada por tal estrés.

No hay evidencia arqueológica de fuerza militar en Chavín o de conquistas regionales específicas. Las estructuras políticas de la civilización chavín permanecen desafortunadamente misteriosas, aunque crearon un legado artístico duradero que influenciaría a casi todas las civilizaciones andinas futuras.

Mantener estas galerías a lo largo del tiempo fue importante para los arquitectos. Se sabe que las galerías no tienen ventanas y sí callejones sin salida, curvas cerradas y cambios en la altura del piso, todo lo cual fue diseñado para desorientar a la gente que camina por ellas.

Vista frontal del castillo en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar
Vista frontal del castillo en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar

Se utilizó una combinación de simetría y asimetría en el diseño y planificación de la construcción del lugar y, de esta forma guio su diseño. Hubo ubicaciones centradas de escaleras, entradas y patios, todos los cuales fueron consistentemente prominentes.

En las últimas etapas de la construcción, debido a las limitaciones, el centrado ya no era posible, por lo que los arquitectos pasaron a construir pares simétricos. Externamente los edificios eran asimétricos entre sí.

Los principales materiales de construcción utilizados fueron cuarcita y arenisca, granito blanco y piedra caliza negra. En las plataformas principales se utilizó cuarcita, mientras que la piedra arenisca blanca y el granito blanco se utilizaron indistintamente en la arquitectura, y casi siempre se cortaron y pulieron.

El granito y la piedra caliza con vetas negras fueron los materiales principales utilizados en casi todo el arte lítico grabado. El granito también se utilizó ampliamente en la construcción de la Plaza Circular.

Los montículos de plataforma con caras de piedra se hicieron usando un relleno ordenado de bloques rectangulares de cuarcita en capas niveladas. Las plataformas se construyeron directamente sobre las piedras de la pared caídas de construcciones anteriores, ya que hubo poco o ningún intento de eliminar los escombros.

Su lengua

La lengua hablada de los chavín no es conocida, siendo una lengua muerta, que como mucho está relacionada con las lenguas modernas documentadas en la región.

Esta lengua podría haber estado emparentada con el idioma protoquechua debido a que las lenguas quechuas tienen una morfología y una sintaxis altamente regular comparadas con otras lenguas cercanas, lo cual podría haber sido el resultado de un proceso de estandarización, al haberse formado una lengua franca que comunicara la región.

Alfredo Torero sitúa el protoquechua en los primeros siglos del I milenio a. C., que es un período mucho más tardío que los orígenes de la cultura chavín.

Su religión

El pueblo chavín fue politeísta. La religión chavín habría tenido influencia amazónica, ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales, con rasgos felinos como el jaguar o el puma, caimanes, serpientes y diversas aves andinas como el cóndor y el halcón, o amazónicas como el águila harpía y la anaconda.

El culto chavín se estimuló debido al progreso técnico alcanzado en la producción agrícola, en el desarrollo textil, en la pesquería, en la orfebrería y la metalurgia del cobre como hemos visto anteriormente. Estos avances técnicos impulsaron el desarrollo económico y condujeron a la construcción de muchos centros ceremoniales.

La vestimenta y la música tenían parte importante en las ceremonias. La religión chavín tuvo como cabeza principal a una casta sacerdotal. Debía existir la figura de un gran sacerdote, como en la jerarquía religiosa incaica.

El llamado dios de los báculos o dios felino, está considerado como el principal del panteón chavín. Era la más antigua versión de la imagen del dios Viracoch, que tiempo después aparece difundida en todo el mundo andino.

La más imponente de las representaciones de este dios chavín aparece en la Estela de Raimondi que tiene una forma antropomorfa en posición frontal con los brazos extendidos en los cuales sostiene dos báculos, presenta cabellos en forma de serpientes extendidas y una boca felínica.

Todo indica que esta deidad no fue una creación chavín, pues modernos descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz representaciones de deidades similares, con colmillos de felino, en diversos sitios cronológicamente anteriores al santuario de Chavín.

Es probable que fueran los chavines los que difundieron su culto por gran parte del mundo andino. Está presente en el arte de la cultura paracas que coincide con la fase final de Chavín. En el Horizonte Medio ese mismo dios se halla representado en el arte Tiahuanaco y en el arte huari.

Las ceremonias religiosas de Chavín involucraban espectáculos multisensoriales que incluían derramamiento de sangre y sacrificios rituales que pudieron ser representados en espacios públicos con hasta 1.500 personas, o en los más restringidos y exclusivos ambientes de los complejos templos interiores.

El uso de sustancias alucinógenas para fines religiosos era común según los hallazgos arqueológicos encontrados. Los sacerdotes chavines utilizaban el cactus de San Pedro y las semillas de la Anadenanthera, dada sus propiedades alucinógenas.

Las sustancias psicotrópicas contenidas en las plantas catalizaban en los sacerdotes el estado de trance, y por lo tanto el estar más cerca de las divinidades, y otros beneficios que les permitían mejorar su visión con la dilatación de las pupilas y penetrar en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.

Un aura añadida de misterio religioso era lograda con la quema de incienso, sacerdotes apareciendo de repente encima de los templos por medio de escaleras secretas internas, y una cacofonía de sonidos musicales de los cantantes y trompetas de caracola.


Bibliografía

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Villanueva Sotomayor, Julio R. “El Perú en los tiempos antiguos (Historia preínca e inca)”. 2001. World Perú.


[1] Es una especie de roedor perteneciente a la familia Caviidae y al género Cavia. Se originaron en los Andes de América del Sur, y los estudios basados en la bioquímica y la hibridación sugieren que son descendientes domesticados de la especie Cavia tschudii, estrechamente relacionada al cuy doméstico,

Chavín de Huántar o cultura chavín, la base de la cultura andina