viernes. 16.08.2024
Gena Rowlands
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Celín Cebrián | @Celn4

La noche del 14 de agosto iba a ser Una noche de estreno (Opening Nigh, 1977), pero ese día, Gena Rowlands, la gran estrella de Hollywood, dejó de existir. Le dijimos adiós para siempre a Gloria, al icono del cine independiente, a una actriz indómita, a una de las leyendas del cine estadounidense, a la diva del cine de los 70, a la mujer que llegó a vivir muchas vidas, como aseguraban quienes la conocían, sobre todo su hijo Nick Cassavetes. 

Virginia Cathryn Rowlands, ​​​ conocida como Gena Rowlands, fue una actriz de cine, televisión y teatro estadounidense. Era una de las últimas divas de la Época de Oro de Hollywood y su carrera abarcó más de siete décadas. Asistió a la Universidad de Wisconsin, pero la abandonó para estudiar interpretación en la Academia Estadounidense de Artes Dramáticas de Nueva York, donde conoció al que sería su marido, John Cassavetes, con el que se casó cuatro meses después de haberse conocido (1954) y con el que estuvo hasta su muerte en 1989, consumido por la cirrosis. Pero el papel que le dio realmente su mayor reconocimiento fue el de Mabel Longhetti en el drama A Woman Under the Influence (Una mujer bajo la influencia, 1974) escrito para ella y dirigido por John Cassavetes. Su actuación le valió la primera de las  dos nominaciones al Oscar. Janet Maslin, apunto en su reseña: “No conozco otra actriz que posea la elasticidad física y emocional para deslizarse a través de los estados de ánimo de Mabel como lo hace Rowlands”. 

Le dijimos adiós para siempre a Gloria, al icono del cine independiente, a una actriz indómita, a una de las leyendas del cine estadounidense

Gena Rowlands se convirtió en una actriz experimentada a través de dramas televisivos en vivo y giras en “The Seven Year Itch” y “Time for Ginger”, así como fuera de Broadway. Su gran oportunidad llegó cuando Josh Logan la eligió junto a Edward G. Robinson en la obra de Paddy Chayefsky “Middle of the Night”. Su papel de mujer joven enamorada de su jefe, mucho mayor, hizo que la aclamaran como una nueva estrella. Entonces, la Metro Goldwyn Mayer le ofreció un contrato para dos películas al año. Su primera película fue una comedia dirigida y coprotagonizada por José Ferrer, “The High Cost of Loving” (“El alto costo del amor”), que la llevó a que la compararan con una de las grandes estrellas de la década de los años treinta, como Carole Lombard. Pero ella no se sentía libre y rápidamente  pidió que la liberaran de su contrato. También  porque estaba esperando un bebé. A menudo, durante su carrera, se ausentaba de la pantalla durante largos períodos para atender asuntos familiares. Además de Nick, el matrimonio tuvo dos hijas, Alexandra y Zoe, que también fueron actrices.

Después de dejar su contrato con MGM, pudo elegir sus papeles cinematográficos. Cuando nada le atraía, aparecieron unas series de televisión muy sugerentes como “Alfred Hitchcock Presents”, “Bonanza”, “Dr. Kildare” y “The Virginian”. Una de las delicias de su carrera fue coprotagonizar con su ícono Bette Davis la película para televisión “Strangers” (“Madre e hija”) en 1979.

Metro Goldwyn Mayer le ofreció un contrato para dos películas al año, pero ella no se sentía libre y rápidamente  pidió que la liberaran de su contrato

Marido y mujer, John Cassavetes y Rowlands, formaron un equipo que creó retratos inolvidables de la clase trabajadora en películas como “A Woman Under the Influence” (“Una mujer bajo la influencia”), “Gloria” y “Faces” (“Rostros”).

Rowlands hizo 10 películas a lo largo de cuatro décadas con Cassavetes, incluyendo “Minnie and Moskowitz” (“Así habla el amor”) en 1971, “Opening Night” (“Noche de estreno”) en 1977 y “Love Streams” (“Corrientes de amor”) en 1984.

Obtuvo dos nominaciones al Oscar: “A Woman Under the Influence” de 1974, en la que interpretaba a una esposa y madre que se resquebraja bajo el peso de la armonía doméstica, y “Gloria” en 1980, sobre una mujer que ayuda a un niño a escapar de la mafia. Además de las nominaciones al Oscar, Rowlands ganó tres premios Emmy, un Emmy diurno y dos Globos de Oro. Fue galardonada con un Premio honorífico de la Academia en 2015 en reconocimiento a su trabajo y legado en Hollywood. En una entrevista, afirmó:  ꟷ“Tenía un interés particular en las mujeres y sus problemas en la sociedad, cómo eran tratadas y cómo resolvían y superaban lo que necesitaban, por lo que todas mis películas tienen algunas mujeres interesantes”. Y a continuación, añadió: ꟷ”¿Sabes qué es lo maravilloso de ser actriz? No solo se vive una vida, sino muchas vidas”.

En sus últimos años, Rowlands hizo varias apariciones en el cine y la televisión, incluyendo “The Skeleton Key” y la serie de detectives “Monk”. Su última aparición en una película fue en 2014, interpretando a una jubilada que se hace amiga de su instructor de baile gay en “Six Dance Lessons in Six Weeks”.

Marido y mujer, John Cassavetes y Rowlands, formaron un equipo que creó retratos inolvidables de la clase trabajadora en películas como “A Woman Under the Influence”

Pero uno de los triunfos indiscutibles de su carrera fue “A Woman Under the Influence” de 1974, interpretando a una ama de casa de clase media baja que es vulnerable y generosa y que no se valora como tal. Una mujer bajo la influencia es un drama emocionalmente devastador que narra la desintegración mental de una ama de casa de California. Llega un momento en su vida en el que  no tiene salidas emocionales ni creativas. En cambio, vuelca toda su energía en su familia y pasa sus días esperando que su esposo Nick llegue a casa del trabajo y que sus hijos regresen  de la escuela. Esta dependencia hace que Mabel sufra una crisis nerviosa, lo que la obliga a pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico. Cuando regresa seis meses después, aturdida y conmocionada, hay fiesta de “bienvenida” que de nuevo amenaza la estabilidad. En este papel, Rowlands,  nos ofreció una de las actuaciones más  honestas de la pantalla. La película es ella. Es un filme impactante. Es un retrato contemporáneo sobre la mujer, la familia…  Cada secuencia es como el vagón de un tren donde viaja la rutina, lo cotidiano, que va limando las esquinas de cada individuo, hasta que el tren descarrila. La protagonista es amable, simpática, madre, pero ella necesita más cosas… que el marido no percibe, que nadie ve… Y quizás no sea la locura, sino la realidad la que nos vuelve locos, saber que no hay nada más en el horizonte.

Gena Rowlands dijo una vez que sus papeles permanecían en su memoria: “A veces, en esas noches blancas en las que no duermo y tengo mucho tiempo para pensar en todo, examino las diferentes posibilidades de los diferentes personajes y lo que podrían estar haciendo ahora”.

¡Adiós para siempre a una actriz magistral

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