jueves. 25.07.2024
María José Solano
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Entrevista | RECAREDO VEREDAS 

Periodista, escritora y amante de la culturaMaría José Solano acaba de publicar sus crónicas de viaje. En ‘La mujer que besó a Virgilio’ indaga en la historia, en el arte y en nuestro pasado compartido. Su mirada no es antigua, pero tampoco busca la modernidad a toda costa. Tal postura, en este mundo de radical aceleración y búsqueda continua de la innovación, resulta a la vez un descanso y una sorpresa. Ha tenido el detalle de responder a nuestras preguntas:

Pregunta.  Tu mirada lleva siempre al pasado. ¿Cómo te llevas con la modernidad? ¿Cómo evitas el peligro de la idealización?

Respuesta.  Yo no evito la idealización, al contrario, la defiendo. Mi conocimiento del pasado se filtra a través de los testigos que nos ha dejado el paso del hombre por él: la arquitectura, la pintura, la literatura, las grandes hazañas, los héroes y las heroínas… Y todo eso es inherente a la belleza. Hay creadores que se complacen con el horror; yo, con la belleza en todos sus aspectos, también con la que reside en la derrota, el desamor, la decadencia o la muerte. 

P.  ¿Han quedado muchos viajes fuera? ¿Cuál ha sido el criterio de elección?

R.  Si, han quedado algunos afuera, aunque creo que los mejores están en el libro. El criterio ha sido el de lectora: el tiempo transcurrido entre el momento de escribirlos y el de publicarlos me permitió alejarme y volver a leerlos de manera más o menos objetiva. Elegí los que me parecieron mejores desde la mirada de lectora.

En ‘La mujer que besó a Virgilio’ indaga en la historia, en el arte y en nuestro pasado compartido. Su mirada no es antigua, pero tampoco busca la modernidad a toda costa

P.  Muestras con nitidez y técnica distintos estratos de los lugares, la combinación de espacio y tiempo, de la mitología al presente, ¿cómo has educado esa mirada, tan distinta a la habitual, y más en los escritores de tu generación?

R.  Tuve la suerte de poder combinar, desde muy jovencita, una nutrida biblioteca con una vida viajera. Al final, mi mirada es una decantación de lo leído, lo vivido y lo soñado. 

P.  Me gusta mucho cómo guías al lector por el espacio. También me interesa mucho como introduces los diálogos, el estilo directo. ¿Hasta qué punto hay literatura y hasta qué punto periodismo?

R.  No soy consciente de eso; realmente escribo con una voz que se ha ido cuajando al mismo tiempo que escribía. Imagino que hay más literatura que periodismo, porque yo vengo de los libros, no de los periódicos; mi trabajo como periodista cultural en ABC es también literario. 

P.  Algunos capítulos como el que muestra las batallas de Saladino o, por supuesto, el viaje a Miami se sitúa al borde de la ficción, ¿para cuando la novela?

R.  Uf. No lo sé, pero de momento me encuentro muy a gusto en este género de viajes donde acabo de encontrar mi voz narrativa, que es múltiple, móvil, sin rigidez en las estructuras; sin atender a un programa de trabajo “planteamiento-nudo-desenlace”; más fresca, más viva, más cercana al mundo. O sea, todo lo contrario a lo que debe tener una buena novela; al menos las novelas que me interesan a mí como lectora. 

P.  Muestras un notable dominio técnico, por ejemplo en el capítulo del Ritz viajas de lo histórico a lo particular en dos párrafos. ¿Tal pericia literaria te sale sola o proviene de la reescritura?

R.  Creo que eso es mérito del lector, y tú eres un gran lector. No soy consciente en absoluto; lo único que me preocupa al escribir es hacerlo como si me fuera la vida en ello; poniendo lo que creo que cada viaje necesita y todo lo que ocurre en él para que el lector lo viva como lo estoy viviendo yo. 

La biblioteca te lleva al mundo y éste de vuelta a la biblioteca. En ese ir y venir está el conocimiento y la posibilidad, no de escribir, sino de crear literatura

P.  Se aproxima bastante al libro de relatos.

R.  Efectivamente. Al fin y al cabo, estos viajes lo son.

P.  El relato de Madrid es el más personal, también nostálgico. Es donde más se implica la narradora, que en el resto concede más espacio a lo exterior.

R.  Parece personal porque el recurso narrativo busca, para contar esa historia íntima, mayor intimidad con el lector. Yo creo que la literatura no ha de ser, necesariamente, verdadera sino verídica.

P.  Despliegas una cultura inmensa, desde mitológica, artística, teológica y por supuesto artística. ¿Como la has adquirido?

R.  Una biblioteca te da todo lo que necesitas para entender el mundo y, sobre todo, al hombre, lo que ocurre es que es un aprendizaje que exige tiempo. Y parece que hoy en día todos tenemos demasiada prisa, incluido los escritores que sienten, ya de jóvenes, esa vocación. La biblioteca te lleva al mundo y éste de vuelta a la biblioteca. En ese ir y venir está el conocimiento y la posibilidad, no de escribir, sino de crear literatura.

P.  ¿Cuáles son tus referentes en la literatura de viajes? Has dedicado un libro a Leigh Fermor, ¿por qué te fascina tanto?

R.  Patrick (Paddy) Leigh Fermor me fascina porque me enamoré de él; de su biografía y su literatura. Su manera de mirar, de vivir y de escribir encajan a la perfección en el marco de lo que para mí es el héroe clásico; el héroe “homérico”. Por supuesto, hay otros muchos autores de viajes que me gustan, pero mi debilidad reside en los libros de los viajeros accidentales; es decir, aquellos escritores que, ocasionalmente, escribieron libros de viajes: Goethe, Flaubert, Stendhal, Malaparte, Pla, Camba, Carmen de Burgos, Virginia Woolf…También me interesan mucho los viajeros del tiempo como Ítalo Calvino y Borges.

P.  ¿Hasta qué punto nos encontramos ante una autobiografía encubierta? 

R.  En todos y cada uno de ellos, como en mí misma, siempre hay autobiografía encubierta. Al escribir, como diría Pérez-Reverte, “nadie pone lo que no tiene”.

La mujer que besó a Virgilio y otros viajes literarios. MaríaJosé Solano. Berenice. Córdoba, 2024. COMPRA ONLINE


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RECAREDO VEREDAS es escritor y crítico literario

María José Solano: “Escribo como si me fuera la vida en ello”