martes. 23.07.2024

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Celín Cebrián | @Celn4

Dirigido por Stephen Gray y Chris Radtke y con una duración de casi hora y media, más que una película lo que viene a ser es una experiencia cinematográfica entre lo espiritual y la parte científica de la vida, tan inevitable, por cierto, como no podías ser de otra manera, y donde siempre sobrevuela la pregunta sobre el más allá, esa duda eterna, que siempre suele acabar en el nihilismo. Como dijo Lorca “la muerte, con ser la muerte, nos deshojó la sonrisa”. Y ahora lo que toca o corresponde es recuperar la esperanza y arrojar algo de luz sobre el enigma de la vida después de la muerte. Luz y algo de humor, porque como dijo el otro díaPedro Ruiz “seguro que por allí también andan los de Hacienda”.

El documental es un viaje revelador a través de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, si bien es tan  monótono como  repetitivo. La mayoría de los entrevistados cuentan qué sucede cuando cruzamos el umbral de la muerte y casi todos aseguran que “ese después de la muerte” se erige como un faro que ha iluminado parte de su dimensión espiritual. Y aunque se intenta dar un aire de legitimidad a las narraciones que se incluyen en él, el enfoque es bastante sesgado. También es llamativa su estructura formal y esos efectos especiales para ilustrar algunas descripciones de los entrevistados. Hay veces que tenemos la sensación de estar viendo un trozo de 2001: Una odisea en el espacio. Y no es así. Tampoco hay un análisis equilibrado o alternativas al discurso que se intenta promocionar. 

El documental es un viaje revelador a través de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte

No hace falta decir  que ya existen varios documentales en esta línea, ese tipo de documentales sobre lo que ha venido en denominarse "experiencias cercanas a la muerte” y que todas estas historias comenzaron a documentarse  por los años sesenta del siglo XX. Y que recientemente ha habido  algunos otros, entre los que destaca Purgatorio. La pregunta o la cuestión que hay en juego, detrás de esta serie de documentales, es la siguiente: ¿Es necesario ser creyente para aceptar la serie de testimonios que aparecen en la película? ¿Son indicios objetivos?  Lo cierto es que estas preguntas no encuentran una respuesta definitiva, ya que seguramente el documental no busca eso, sino que lo que busca es que la gente se interrogue  tras el prisma de la religión, con lo cual los más escépticos sonreirán todo el rato de su duración.

La diferencia entre la vida y la muerte es como descorrer una cortina. Hay quienes opinan que la muerte es “una puerta que cruzamos”. Entonces, aparece la pregunta: ¿La vida después de la vida? Es como si alguien viene y te dice que “tu tiempo aún no se ha terminado; todavía tienes algún que otro propósito en la Tierra”. En ese instante, aparece la segunda pregunta: ¿Quieres irte o quedarte? Cuando por fin te encuentras con esa luz, que podríamos llamar Dios, nadie quiere volver. Aquél que ha estado al borde de la muerte y logra recuperarse, y que  afirma que ha visto esa luz…, que él o ella han estado en ese “tercer cielo”… Citan una y otra vez esa…, que no es otra que la luz de la compasión.  Pero, ¡ojo!, quizás sólo se trate de emociones…

La sensación que tengo después de ver la película, provista de bellas imágenes, es que los realizadores de este filme lo que se proponen es difundir los valores religiosos evangélicos

Es un documental que pretende ir más allá de la vida basándose en la fe, no  en la ciencia. Los testimonios de las personas entrevistadas parecen sinceros pero son todos muy parecidos, lo que hace que sea muy lineal, con un montaje impostado, además de basarse en criterios de personas que profesan el cristianismo. No hay opiniones de otras religiones. También, la mayoría de los que hablan en la película son autores de libros y, en realidad, no aportan nada nuevo al tema. Es como si decimos: cuando tengo dudas, hecho mano de la fe. Pues eso es lo que viene a decir este documental. No hay milagros. Cuando un paciente está al borde la muerte y es reanimado, eso es ciencia, por mucho que en la película se cite a Platón y se hable de la inmortalidad del alma. 

La sensación que tengo después de ver la película, provista de bellas imágenes, es que los realizadores de este filme lo que se proponen es difundir los valores religiosos evangélicos y, de una manera más o menos disimulada, difundir unas concretas creencias y ganar adeptos. Y para ello siempre aparece la Luz, una luz cegadora que nadie sabe describir qué es…, salvo que crea visiones, delirios…, que nos deja el cuerpo como flotando y en un estado de bondad, de aceptación de quiénes somos… After Death es pura propaganda religiosa, oculta bajo un documental y unos análisis muy poco rigurosos. Es una obra propia para creyentes y personas fervientes.

Sigo teniendo curiosidad por las cosas, pero hay momentos en los que nada de lo que veo me conmueve. Y entonces deja de importarme. Lo importante es que seguimos viviendo nuestras vidas, que estamos vivos y que tenemos nuestras propias ideas. Tal vez estaría bien hacer un filme de lo que sentimos Antes de morir, cuando estamos cerca. 

Entre tanto, haciendo quizás caso al documental After Death, aún nos quedan que estar noventa minutos de vacaciones en el cielo. Espero que no haga demasiado calor.

‘After Death’, el documental que se ha convertido en un viaje emocional