Hace unas horas, uno de los organizadores de la feria informática y de negocios que se está celebrando en Madrid definía el maravilloso evento bautizado con un nombre inglés que me niego a pronunciar.
Si hay una cosa normal en democracia es votar, votar cada cuatro años o votar cada dos meses si las circunstancias así lo aconsejan.
Las políticas económicas propiciadas por la derecha mundial que imponen la austeridad, la deslocalización industrial y la esclavitud laboral sólo han servido para extender la pobreza.
Pese a la bondad del momento para tanto bloguero, abusador, mediocre, analfabeto, fascista y granuja, es otra la realidad que sufren la mayoría de los habitantes de esta nación de naciones.
Europa sin los ideales de la Revolución Francesa, sin el respeto absoluto a los principios democráticos no es nada, sólo un peligro para sí misma y para el mundo.
Cuenta Giovanni Papini que después de haber estudiado con denuedo a los grandes héroes de la literatura universal, sólo a uno dejaría traspasar el umbral de la puerta de su casa.
Oigo a De Guindos –el hombre de Lehman Brothers- decir que no conoce otra manera de disminuir el paro que la creación de empleo.
Nunca hasta entonces en la historia contemporánea de España, la ética había guiado a la acción política.
Hoy, como ayer, existe una España que quiere progresar y vivir en paz, y una minoría privilegiada dispuesta a quitarnos el sueño con sus mentiras y provocaciones.
Después de oír parcialmente la entrevista que le practicó Jordi Évole ha cambiado mi percepción sobre Mariano Rajoy.
Los católicos llaman a estos días semana de pasión y para conmemorarla sacan a cientos de santos que invaden las calles durante horas, durante días.
Rita Barberá, altiva, soberbia, ignorante como una sargenta de la Sección Femenina de Falange, dice que no sabe nada de nada.
Al dejar de ser un partido de masas por la represión franquista, el Partido Socialista se fue transformado en aquello que tanto había criticado su fundador.
El exilio republicano español que comenzó en 1936 supuso una verdadera hecatombe humanitaria. Un ejemplo de lo que no debemos olvidar para que no se repita en la Europa de hoy.
El Partido Socialista ha intentado reírse de los demás partidos de izquierda al formalizar su primer pacto con Ciudadanos y enseñar por dónde van sus verdaderas intenciones.
Decía Ignacio de Loyola en sus Anotaciones que era conveniente “no hacer mudanza en tiempo de desolación”.
Yo soy un sectario porque defiendo radicalmente que nadie puede ir a la cárcel por representar una obra de guiñol.