viernes. 26.07.2024
Raquel Brune

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Mónica Grau Seto | @monmislilith

Raquel Brune (Madrid, 1994) ha estudiado Publicidad y Relaciones públicas, además de ADE, pero su verdadera pasión desde pequeña siempre ha sido contar historias. En 2017 su relato “Nuestra Canción” formó parte de la antología de Cuentos Sonoros, en 2018 autopublicó su primer libro El diario inconstante y en 2019 se lanzó a otro nivel, empezó la primera novela titulada Hermandad que formaría parte de una trilogía de fantasía urbana llamada Brujas y Nigromantes, a la que siguieron Rituales y Equilibrio. El gusanillo de la escritura seguía y se embarcó en una bilogía llamada Nigromantes, publicando en 2021 la primera parte titulada Los dones de la muerte y la segunda en 2022 bajo el título Las Heridas de la magia, ese mismo año también se publicó la novela auto conclusiva Los guardianes de almas. En 2023 llegó Oscura es la noche, una historia para un público más adulto y con tintes más góticos.

Este 2024 llega la sorpresa con la publicación y reescritura de su primera trilogía, esta vez bajo el sello de la Editorial Montena, una oportunidad para volver a disfrutar de estas jóvenes brujas contemporáneas o para que nuevos lectores las descubran.

Forma parte de una generación de escritoras, que a la vez son conscientes del poder de las redes sociales y facilitan la proximidad y conexión con sus lectores, alternando su talento escribiendo novelas y su pasión por los libros, y como gran lectora que es también es divulgadora literaria y recomienda las últimas novelas que ha disfrutado. 

Forma parte de una generación de escritoras, que a la vez son conscientes del poder de las redes sociales y facilitan la proximidad y conexión con sus lectores

El fenómeno de las bookstagrammers (Instagram) o booktokers (tik tok) no para de crecer y une a muchos lectores jóvenes, con temáticas que atraen y que generan la semilla para el amor a la lectura y a explorar más géneros, un nexo entre autores, editoriales y el público, y se convierten en una fuente nueva de difusión. Los jóvenes de hoy en día no sólo van a conciertos de Taylor Swift, también asisten a eventos literarios, en los que se agotan las entradas, y a la vez se generan comunidades de fans de géneros, sagas y autoras.

Como curiosidad, es habitual que Raquel deje pequeños detalles personalizados escondidos entre las páginas de sus recientes publicaciones, aprovechando sus visitas a diferentes librerías. 


Primero de todo quiero felicitarte por lo creativa y prolífica que eres, porque realmente no has parado y las musas siguen acompañándote. 

¿Cómo fue la propuesta de reescribir la trilogía y que cambios hay respecto a la historia publicada hace unos años?

Seguramente lo único que tengo en común con Taylor Swift es llevar flequillo y haber tenido que rehacer mis obras. Pese a que Brujas y Nigromantes llegó a estar entre las sagas de fantasía juvenil más vendidas en su momento acabaron descatalogadas y muchas lectoras se quedaron con la espinita de no poder leerla. Por suerte estas novelas han acabado encontrando un nuevo hogar y hemos aprovechado la oportunidad para actualizarlas y pulirlas. También hemos incluido contenidos extras como relatos inéditos sobre algunos de los personajes favoritos de las lectoras y un nuevo epílogo, siete años después, en el que descubrimos qué ha sido de las protagonistas. Es algo que también me han pedido mucho en clubs de lecturas, todo el mundo quería saber qué fue de Sabele, Ame y Rosita después de que superasen la "crisis de los veinte" y se convirtiesen en verdaderas adultas. Además, las nuevas portadas que han quedado preciosas. Espero que Brujas y nigromantes (Raquel's Version) pueda conectar con una nueva generación de lectoras como lo hizo en su momento con las de la mía. Yo crecí viendo Embrujadas y ellas Los magos de Weaverly Place, pero creo que a todas nos gusta la magia por igual. 

¿Hay algo de brujilla en ti o que parte tuya forma parte de Sabele, la protagonista de Brujas y Nigromantes?

Soy una persona muy racional, pero no puedo evitar ser supersticiosa y tener un lado un poco delulu. Está muy en boga el tema de la manifestación y la ley de la atracción, así que creo que no soy la única. Pero no solo se trata de una moda, en la cultura española hay mucho más pensamiento mágico del que reconocemos. Basta con ir a casa de nuestras abuelas, donde seguro encontraremos estampitas de Santos o de La Virgen, ristras de ajos, hojas de laurel o algún que otro amuleto. Al final yo creo que todo el mundo necesita creer en algo. Aunque no recomiendo a nadie tratar de levitar como hacen las brujas de mis novelas, la verdad, pero si encender unas velas o quemar incienso te ayuda a sentirte más confiada, ¡hazlo!

 Sobre el personaje de Sabele ella es muy diferente a mí, pero compartimos la necesidad de tenerlo todo bajo control y también lo importante que son para nosotras nuestras amigas. 

Todo el mundo necesita creer en algo. Aunque no recomiendo a nadie tratar de levitar como hacen las brujas de mis novelas

¿Qué fue primero la bookstagrammer o la escritora? Aunque hace 10 años no se utilizaba ese término en sí, empezaste una cuenta para hablar de literatura en redes sociales en 2015.

Por suerte he sido siempre escritora y lo seré cuando estos términos desaparezcan de nuestro vocabulario. Escritora, contadora de historias, o como lo queremos llamar es un oficio que se puede aprender y tener para toda la vida, bookstagrammer no lo veo tan claro. Las redes sociales cambian muy deprisa. Que se lo digan a MySpace, Tuenti o Fotolog. Quién sabe dónde estará en diez años el espacio literario online. Ahora lo más novedoso es booktok, pero seguro que en cinco años estamos hablando de algo totalmente distinto. Creo que siempre habrá espacios en los que las personas querrán compartir sus intereses, incluyendo la lectura. 

El uso de las redes sociales es realmente potente y además, los propios escritores/as también usáis las redes como plataforma. ¿Crees que actualmente el sistema de promoción ahora es más cercano y ya no depende tanto de las editoriales? ¿Cómo se explica este fenómeno?

Es un arma de doble filo. Por un lado, las redes son una herramienta maravillosa para estar en contacto con tus lectores y lectoras de forma más cercana y para que puedan “seguirte la pista” mejor, pero por otro quienes escribimos y publicamos nuestros libros podemos caer el error de pensar que es nuestra responsabilidad estar continuamente en redes promocionando nuestros libros. Por supuesto cuando empiezan la mayoría de autores no tienen el apoyo de una gran editorial con muchos recursos detrás, yo misma empecé autopublicando, así que en ese aspecto internet genera oportunidades que antes no había. Sin embargo, también supone una presión añadida muy grande e incluso puede generar ansiedad si vemos que nuestras publicaciones en redes no llegan a tanta gente como nos gustaría. Es la tiranía de los likes y algoritmos. Nosotros podemos dar apoyo a la promoción dando entrevistas, asistiendo a eventos, subiendo algún story o tiktok gracioso, pero nuestro trabajo es escribir. En las editoriales hay personas muy talentosas que se dedican a pensar estrategias y acciones para dar a conocer una novela (incluyendo, claro está trabajar con bookfluencers) y las autoras nacionales que publicamos juvenil o fantasía (que no dejan de ser nichos) necesitamos su apoyo. 

Las redes son una herramienta maravillosa para estar en contacto con tus lectores y lectoras de forma más cercana

Del mismo modo el género de fantasía, romantasy... están viviendo una época dorada sobre todo a público muy joven que se acerca a la lectura gracias a estas historias de amor y magia.  ¿Qué les dirías a quienes no conocen el género o lo prejuzgan como si fuera literatura menor?

De nuevo tiene su lado positivo y su lado negativo. Por un lado, la etiqueta de #romantasy ha permitido construir un espacio seguro donde las lectoras pueden compartir los libros que les gustan y también ha dado visibilidad a muchas autoras. Pero por otro me preocupa que se convierta en una especie de cajón de sastre donde se metan todos los libros de fantasía, sean de romance o no, porque los ha escrito y los protagoniza una mujer. Y ya sabemos por experiencia que todos aquellos hobbies, artistas o géneros que son consumidos especialmente por mujeres en seguida pasan a ser menospreciados y que se consideran más banales y menos intelectuales. En 2019 esta etiqueta no existía y mi trilogía se consideró fantasía a secas, ahora aparece como "Romantasy" y "Novela romántica juvenil". ¿Estaría así clasificada si yo me llamase Raúl Brune en lugar de Raquel Brune? ¿Y si mi protagonista se llamase "Antonio"? A veces siento que a las escritoras y lectoras se nos permite mucha menos complejidad como seres humanos y en nuestros intereses, y si bien estamos en una época en la que estamos obsesionados con clasificar, etiquetar y limitar todo al extremo, creo que nosotras lo sufrimos más. No se me imagino a nadie describiendo Nacidos de la bruma de Brandon Sanderson como #enemiestolovers aunque haya un romance. Los hombres se pueden permitir disfrutar del amor, hablar del amor, escribir sobre amor sin que se les reduzca a ello. 

Me siento igual con la etiqueta de "literatura femenina". Por un lado, piensas, con gratitud, “Bueno, al menos tengo este espacio seguro”, y por otro “Pero, oye ¡no existe la etiqueta de “literatura masculina”, la llaman "literatura y ya". 

¿Qué libros de tu infancia y juventud te marcaron y crearon esta inspiración para crear historias tan mágicas?

Kika Superbruja, Memorias de Idhún, Harry Potter, Crepúsculo… soy una lectora de los 2000. En mi adolescencia descubrí también los clásicos anglosajones: Oscar Wilde, Arthur Conan Doyle, Las hermanas Brontë, Jane Austen, Shakespeare, Keats, Mary Shelley, R.L. Stevenson…

¿Si pudieras elegir ser algún ser mágico que elegirías? Una bruja, licántropo, nigromante, demonio, hada...

Bruja sin duda.

¿Tienes algún proyecto entre manos actualmente?

Estoy trabajando en varios proyectos de distintos géneros. No quiero limitarme a una sola cosa así que cuando una idea se cruza por mi mente y se niega a abandonarme me pongo con ella. Hay un par de novelas que les debo a mis lectoras desde hace tiempo, pero no puedo decir mucho más. 

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