viernes. 19.07.2024

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Mónica Grau Seto | @monmislilith

Esta entretenida novela de misterio nos presenta dos grandes preguntas ¿Qué sucede cuando nuestro pasado no nos deja avanzar? Y ¿Quién sería capaz de asesinar por una pieza de coleccionismo?, alrededor de ambas cuestiones la autora construye una historia amena y con dos protagonistas que ya no son chicas jóvenes, pero siguen teniendo mucha vitalidad y sobre todo inteligencia.

Freya Lockwood ha crecido y ha vivido rodeada de antigüedades, como si de una profecía se tratara, su padre trabajó en el British Museum y su madre era restauradora, ella tiene un don para para localizar piezas de gran valor desaparecidas o robadas, y sobre todo es una gran observadora del comportamiento de las personas. El destino fue cruel con ella y quedó huérfana a los doce años, pasando su custodia a manos de su querida tía y también amiga Carole. Las personalidades de ambas mujeres no pueden ser más opuestas, Freya siempre ha sido callada y muy atenta a los detalles que la rodean, mientras que su tía llama la atención a donde va, es atrevida y siempre busca emociones, a pesar de estas diferencias se comprenden y se complementan.

La novela encaja a la perfección, en la categoría tan de moda, bajo la etiqueta de “cosy crime”, siguiendo las aventuras de dos mujeres singulares

Desaparecida su figura paterna, y gracias a su cuidadora, Freya conoce a un hombre de lo más intrigante, él es Arthur Crockleford. Este es el mejor amigo de su protectora y guiará a la joven hacia el mundo de las antigüedades y las piezas desaparecidas o robadas para vender en el Mercado Negro, juntos desde una tienda de antigüedades se dedicarán a viajar por el mundo, trabajar como cazadores de reliquias, verificando obras de arte, recuperando piezas robadas y destapando falsificaciones.

Han transcurrido veinte años desde que conoció al sr Crockleford, ahora Freya es una mujer adulta, es madre y vive un proceso de divorcio, hace años que abandonó su profesión de verificadora y cazadora de antigüedades, pero debe regresar a Little Meddington ya que su antiguo mentor Arthur ha fallecido. Con el reencuentro con su tía, ambas descubrirán que la muerte de su mentor ha sido por asesinato, y deberán recomponer un puzle alrededor de la tienda de antigüedades, e investigar quien está detrás de este crimen. El regreso a la población y a la tienda le traerá recuerdos amargos de algo que le sucedió en el pasado y que hizo que se alejará de esta profesión, siendo esta parte una subtrama que nos lleva hasta el mismísimo Cairo.

La trama por ello girará a través de esta muerte y las pistas que la víctima dejó, ya que este era consciente que su vida corría peligro y ha ido dejando pistas que sólo ellas dos pueden seguir. Estamos ante una historia de una búsqueda del tesoro y también de dar caza a un asesino, en un oficio en el que se gana muchos enemigos, debido al alto valor en subastas ilegales y coleccionistas sin escrúpulos.

Estamos ante una historia de una búsqueda del tesoro y también de dar caza a un asesino

A medida que avanzamos en la historia, vamos conociendo como es la formación para ser verificadores e identificar falsificaciones, también el protocolo que sigue un cazador de antigüedades, la propia escritora se documentó en el mundo del arte, coleccionismo y restauración, ya que su propia madre Judith Miller tiene una editorial llamada Miller’s Antique Price Guide y es investigadora de la Antique Hunter’s Guide to Europe, además de colaborar en el programa de la BBC Antiques Roadshow. Por lo que vemos un paralelismo claro entre Cara Miller y Freya Lockwood.

La novela encaja a la perfección, en la categoría tan de moda, bajo la etiqueta de “cosy crime”, siguiendo las aventuras de estas dos mujeres tan singulares, la excéntrica y elegante Tía Carol y la inteligente e incansable Freya, siendo un curioso tándem de detectives con facilidad en moverse ante la alta sociedad.

La siguiente novela se titula ‘The Antique Hunters: Death on the Red Sea’, pero aún no se ha publicado en español. Como curiosidad la portada española es igual que la inglesa, pero la versión de EE. UU. tiene un elemento que nos da una pista sobre el objeto clave de la historia.


Ficha técnica:
Título original: The antigue hunter’s. Guide to murder.
Autora: C.L. Miller
Traductor: Santiago Del Rey Farres
Editorial: Roca Editorial
Género: Crimen, thriller, novela negra, misterio.
Páginas: 352
Encuadernación: Tapa blanca con solapas.


Sinopsis:

Freya Lockwood solía trabajar como cazadora de antigüedades con su exmentor hasta que en un viaje a El Cairo todo terminó mal. Más de veinte años después, recibe una llamada de su excéntrica tía Carole, amiga incondicional de Arthur, en la que le informa de su misteriosa muerte. Freya regresa al pueblecito inglés en el que se crio junto a su tía para acompañarla en esos difíciles momentos, donde recibe una inesperada carta encriptada de su antiguo amigo. Pero eso no es todo. En la tienda del anticuario descubre los diarios que éste había escondido donde solo ella podía encontrarlos. Todo apunta a que Arthur, conocedor del peligro de su situación, había dejado pistas a Freya y Carole para que llegaran al fondo del asunto si le pasaba algo. Además, el abogado encargado de ejecutar la herencia les impide acceder a la tienda, que Arthur ha legado a Freya en su testamento, hasta aclarar lo ocurrido. Embarcadas en la investigación, deciden asistir a un evento de fin de semana para amantes de las antigüedades que Arthur había reservado donde nada es lo que parece y nadie es quien dice ser.

‘Los cazadores de antigüedades. Diario de un asesino’