miércoles. 16.10.2024
PSOE
Acto por el 40 aniversario de la primera victoria socialista del 82. (22.10.2022)

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Hace 50 años, los días 11 al 13 de octubre de 1974, junto a París, en la municipalidad de Suresnes se celebró el 13 Congreso del PSOE en el exilio, al que fui invitado como afiliado a UGT y a partir de ahí daría el paso de afiliarme, siendo muy joven, mientras que algunos de mis compañeros y camaradas, de Albacete y Barcelona (donde residía por entonces) militaban en el PCE, CCOO y en otros partidos minoritarios de la izquierda en la lucha antifranquista. El paso que di fue fácil, más allá de mi base ideológica socialdemócrata, también tuvo motivaciones familiares de la época de la II República.

De Suresnes surgió un PSOE renovado, generando una división con algunos veteranos militantes que lo habían mantenido en el exterior y, desde ese momento, se constituyeron como PSOE histórico, frente a los jóvenes del renovado PSOE.

No me voy a referir a este Congreso del que se cumplen 50 años, ya que hay ríos de tintas sobre su significado y consecuencias y, además, en mi autobiografía Tejares 13 (Altabán 2019) me refiero a ello.

El actual PSOE está en puertas de celebrar un nuevo Congreso, el 41, hacia finales de noviembre, adelantando la previsión inicial en un año, como consecuencia de prácticas políticas discutidas socialmente y, también, en una pequeña parte ciertas discrepancias a nivel interno. Todo parece indicar que se trata de hacer unos ajustes para consolidar el fuerte liderazgo del actual secretario general y presidente de gobierno, que lo es con dificultades, al contar, su grupo parlamentario, sólo con un tercio de los escaños del Congreso.

Tras Suresnes participé, muy activamente, junto a pequeños grupos de afiliados (la mayoría muy jóvenes y de algunas personas veteranas), en la reorganización del PSOE en el interior, primero en Catalunya y después en CLM y -sobre todo- en Albacete, la ciudad donde había nacido y que, tras años, volvía en la primavera de 1976. Cuando el POSE en esta provincia todavía no estaba organizado, procediendo a su reconstrucción hacia el mes de junio de ese año, junto a un muy reducido grupo de personas, en una provincia donde el PCE estaba muy fuerte.

Hoy en día se están dejando aparcadas trascendentales cuestiones políticas que afectan a los sectores más vulnerables

La historia de aquellos años es larga y muy compleja. Un enorme trabajo de base, con apenas medios (casi siempre del puñado de personas que conseguimos formar, en muy pocos meses, pequeños grupos locales), todo ese trabajo por el conjunto de España y una cierta "memoria histórica" de la ciudadanía hizo que, en las primeras elecciones generales de la democracia, en junio de 1977, se obtuvieran excelentes resultados, en medio de una Transición hoy muy cuestionada por diferentes sectores, pero que -en su tiempo- fue respaldada por dirigentes de casi todo el arco político (conservadores, progresistas, nacionalistas y gentes del viejo régimen), para poder llegar a acuerdos, sin traumas y algunos dejarnos muchos “pelos en la gatera”. Pasado el tiempo, soy capaz de celebrar parte de lo conseguido y de criticar, incluso con dureza si llega el caso, las cosas que no se tuvieron que hacer o se hicieron obligados por unas circunstancias concretas predeterminadas, pero la historia no tiene marcha atrás. Hoy habría que mirar más al futuro, sin dejar de analizar críticamente- el pasado. Pero, sobre todo, analizar el presente y lo que está ocurriendo hoy y el por qué. Que es bastante grave: Una muy zafia crispación, una enorme polarización política y social, mientras que se dejan “aparcados” graves y trascendentales cuestiones políticas que afectan, muy negativamente, sobre todo, a los sectores sociales más vulnerables. Cuestiones a las que me referiré más adelante.

En las elecciones generales de marzo y en las municipales de abril de 1979, el PSOE volvió a cosechar unos buenos resultados, sabiendo de donde partíamos 5 años antes, más los apoyos, directos e indirectos, de la socialdemocracia internacional y la cantidad de personas y grupos políticos de todo tipo que, desde 1977, fueron recalando en el Partido por y para diversos motivos. Tras la descomposición de la UCD, en 1982 el PSOE ganó, con rotundidad, las elecciones generales de 28 de octubre, hace ahora 42 años.

Toda esta situación desde 1977, hizo que, poco apoco (y sobre todo desde 1982) una avalancha de personas muy dispar ideológicamente se afiliaran en un PSOE renovado en Suresnes: unos procedentes de la lucha antifranquista, como del PCE y de grupos, supuestamente a su izquierda, como la ORT o el PTE, etc. hasta del ámbito anarquista, pero, también, recalaron liberales, democristianos de variada procedencia e, incluso, algunas personas que habían sido -más o menos- adictas al “viejo régimen nacional católico”, desde el ámbito público o sindical. Ello generó un cierto caos ideológico interno.

A raíz del 28 Congreso de marzo de 1979, más el extraordinario de octubre (entre ambas fechas se creó una comisión gestora, con la que colaboré muy estrechamente), los postulados y objetivos políticos y sociales se fueron moderando y transformando sustancialmente de forma muy acelerada. Ello hizo que, un grupo pequeño de militantes de todo el Estado, creáramos un Sector Crítico interno, lo que sería después denominado como Izquierda Socialista (hoy con apenas visibilidad y trascendencia).

El año 1979 fue muy convulso para el PSOE. Durante el mismo, se celebraron dos Congresos. En el 28 Congreso, en mayo, fueron rechazadas ciertas propuestas del Felipe González, quien abogaba por abandonar las tesis marxistas. Por ello no aceptó el cargo de Secretario General, por lo que la dirección del Partido tuvo que ser asumida por una Comisión Gestora. Sin embargo en septiembre se celebró un Congreso Extraordinario en el que se abandonó definitivamente los postulados marxistas y se aceptó el socialismo democrático como ideología oficial. Felipe González volvió a ser elegido Secretario General. Esos seis meses fueron muy complejos. Lo puedo asegurar.

Por aquellos años, poco a poco, abandonarían el partido bastantes militantes, que tenían otra idea de partido y de objetivos

Pasado el tiempo, yo abandoné la militancia del PSOE en el año 2000, tras haber ocupado cargos públicos [durante 10 años, a nivel parlamentario y municipal] y varios orgánicos durante 15 años, básicamente porque mis objetivos políticos, sociales y de pensamiento ideológico no estaban en concordancia con los postulados muy moderados que se defendían en las instituciones, ni, en mi opinión, con las carencias en la democracia interna de funcionamiento. También por aquellos años, poco a poco, abandonarían el partido bastantes militantes, que tenían otra idea de partido y de objetivos.

El PSOE del inicio de siglo XXI poco se parecía, ideológicamente e, incluso, orgánicamente al socialdemócrata, laicista y republicano de los años 30 del XX, de la clandestinidad o de los años setenta, incluso de los postulados teóricos (que no prácticos) de los ochenta del XX. Había sido, poco a poco colonizado, sobre todo por su derecha. Y no sólo por el relevo generacional, sino porque el enorme crisol ideológico que se fue incorporando lo situaban en un modelo de acción política más liberal y democristiana que socialdemócrata. Ésta es opinión personal.

Hoy el PSOE, ideológicamente, no es ni una sombra del proyecto de sus inicios, ni de las luchas proletarias que había ejercido durante el XX, (aun incluyendo ciertas criticables actuaciones durante la dictadura de Primo de Rivera o, incluso, de algunos dirigentes durante el período de la II República).

Pero lo que es una evidencia es que esa colonización burguesa liberal y democristiana la han sufrido, en lo que va del siglo XXI, también otros partidos, movimientos puntuales (como el del 15M) o grupos pretendidamente "a su izquierda", al igual que le ha venido sucediendo, de diferentes formas, a la socialdemocracia por ejemplo en Francia, Italia, Austria, Grecia, Alemania, Gran Bretaña o lo ocurrido en América latina entre otros lugares del Planeta. La política se ha ido derechizando y acomodando a un modelo de sistema liberal y capitalista altamente depredador. Donde la justicia social es sólo palabrería, como ejemplo es que cada vez hay menos pero más ricos y muchos más pobres, en todo el Planeta, también en España y en la UE.

La política se ha ido derechizando y acomodando a un modelo de sistema liberal y capitalista altamente depredador

En nuestro país, como antes adelantaba, existen muy graves carencias en el marco de una vivienda digna para todos, en la privatización galopante de los servicios públicos, esencialmente de la educación, la sanidad y los servicios sociales… o en el crecimiento de las personas en riesgo de pobreza extrema, que según EUROSTAT, ya en mayo de 2024, alcanzaba al 29,7% de la población, liderando la UE, por delante de, por ejemplo, Bulgaria, Rumanía o Grecia.

Mientras que ello ocurre diversos modelos y experimentos varios de una ultraderecha neofascista sube imparablemente, en Europa y en España en particular que no sabemos hacia dónde nos conducirá, entre otras muy diversas razones, porque la supuesta izquierda (comunista) o se convirtió en dictaduras allá donde gobernó, tras la II guerra mundial o, en su caso, los partidos de la II Internacional, con muy pocas excepciones, no cumplieron con las políticas sociales prometidas, que fueran, realmente, compensadoras de desigualdades de forma radical.

Esto pasa en España, el PSOE actual y sus alianzas (supuestamente a la izquierda) y las nacionalistas, más o menos conservadoras aplican políticas neoliberales y democristianas, en este caso multi confesionales. Abandonando un modelo laicista, base de todo proyecto democrático de convivencia.

Hoy el PSOE lo dirigen nuevas generaciones de militancia, en mi opinión alejadas de los modelos socialdemócratas soñados durante la segunda mitad del siglo XX.

Es otra época, la de la III revolución industrial y de la inteligencia artificial, pero los objetivos reales compensadores de desigualdades sociales NO deberían abandonarse.

Como se han abandonado en la práctica, la socialdemocracia está en crisis y diversos modelos neofascistas crecen en toda Europa, con los riesgos para las libertades que ello comporta.

Francisco Delgado Ruiz. (Fue diputado en 1977)

La socialdemocracia está en crisis, mientras asciende una forma de neofascismo