miércoles. 17.07.2024
IndustriALL Global Union jordania
IndustriALL Global Union. Jordania

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Aunque ya jubilado desde hace años, mi condición aún de colaborador de CCOO-Industria con una algo larga historia anterior, me llevaron a este país del 13 al 20 de mayo ante la imposibilidad de Víctor Garrido (actual responsable del tema en CCOO-Industria y Copresidente mundial del sector en IndusrtiALL Global Union) de cubrir la propuesta. Se trataba de una reunión de un proyecto (SOLiD) promovido y financiado por la Unión Europea y organizado por la Confederación Sindical Internacional, la Confederación Sindical Árabe, la Confederación Empresarial del Mediterráneo y la Red Árabe de ONGs para el desarrollo.

En esta ocasión los objetivos formales consistían en una amplia interlocución con las instituciones jordanas (Senado, Cámara de Comercio, Consejo Económico y Social, …), la visita a una Zona Franca y un balance de los temas ya trabajados del “diálogo social en el Sur del Mediterráneo”, particularmente de la formación profesional. Mi presencia obedecía además al interés de la Confederación Europea de Sindicatos de contar con un “experto” de IndustriALL Global Union sobre los Acuerdos Marco Globales y la experiencia de su aplicación, cuestión en la que aún contamos desgraciadamente con muy pocas posibilidades en el sindicalismo organizado. No pudiendo participar Víctor Garrido, la Confederación Europea de Sindicatos me propuso asumir la cuestión, lo que acepté encantado.  Señalo a continuación los aspectos esenciales de este encuentro en Jordania cuyo desarrollo más detallado se puede consultar aquí.

Es evidente el interés de una aproximación a este país, de notable estabilidad política y social, a pesar de estar inmerso en una zona de permanente conflicto desde hace años. Cuenta con un 70% de su población de origen palestino y campos de refugiados palestinos, a la vez que es un aliado político y económico de Estados Unidos y también de Israel. Palestina fue un tema presente en todos los debates, con protocolarias manifestaciones, pero también con críticas a una cierta pasividad árabe (contrapuesta dijo alguien a la reacción de Sudáfrica y de las universidades americanas y europeas) ante el evidente genocidio del Gobierno israelí de Netanyahu, lo que entiendo que no puede en absoluto justificarse por el acto terrorista de Hamas del pasado 7 de octubre, aunque nadie se refirió a éste en la reunión.

Jordania es un país en vías de desarrollo con una aparente positiva evolución a pesar de su carácter mayoritariamente desértico

Jordania es un país en vías de desarrollo con una aparente positiva evolución a pesar de su carácter mayoritariamente desértico, sin petróleo, … Cuenta con 11 millones de ciudadanos jordanos y 4 millones de “no jordanos”. Muchos (unos 500.000) refugiados sirios para los que la ley impide ser más del 20% de la plantilla de cualquier empresa. Y con muchos “emigrantes” del sueste asiático (de Myanmar, Bangladesh, …), de los que comprobamos su presencia (2.500 en una plantilla de 3.500) en una fábrica de ropa de una Zona Franca en la que el sindicato jordano parecía más el organizador del Estado jordano que el potencial representante de la clase trabajadora del país (inmigrantes incluidos, se ha de suponer). Son miles, muchos y muchas miles, los y las inmigrantes que vienen con contratos de 3 años prorrogables. Les retienen el pasaporte, trabajan 10 horas diarias (2 oficialmente como extras) 6 días a la semana, 14 días de vacaciones anuales, alojados en habitaciones de 6 u 8 literas cada una. No pudimos hablar con ningún/a emigrante. El sindicato jordano los organiza, coordinado con el Estado y las empresas, no con los sindicatos de los países de procedencia sino a través sus embajadas. Una fábrica, como al parecer la mayoría, que sólo trabaja para marcas de ropa estadounidenses (parece que algunas también para marcas israelitas). Sus salarios nos dijeron que eran los mismos que los de los jordanos (un SMIG de 286 dólares USA), aunque no está claro si les descuentan el supuesto coste de su alimentación y alojamiento, ni tampoco como se contabilizan y aplican los importantes fondos de la Unión  Europea para que Jordania, como otros países, retenga en su país las olas de migrantes que huyen de la miseria y las guerras de exterminio en sus países.

Mi presencia estaba justificada, y ésta era la propuesta de la CES, en relación con los temas (contenidos y experiencia de su aplicación) de los Acuerdos Marco Globales para la defensa del trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro de las multinacionales. Pero no parecía interesar demasiado (incluso no estaba claro que hubiera conciencia concreta de su significado) a los participantes, ni a los del sindicalismo europeo, ni a los del Magreb y Oriente Medio, sindicatos en posiciones no idénticas, y con responsabilidades por ello distintas, en las cadenas mundiales de suministro.

La reunión finalizó con la aprobación de una “Carta para el Diálogo Social Inclusivo en los países del Sur del Mediterráneo” con 100 “recomendaciones” que, según la portavoz de la Red de ONGs árabes, de poco sirven sin un plan de acción (inexistente) para su aplicación y control.

No quiero terminar esta breve referencia sin la mención de 2 visitas, una el viernes, día festivo musulmán, y otra por la tarde el último día. La primera a las maravillas de PETRA, el circuito labrado primero por las aguas milenarias hoy desaparecidas en el subsuelo y luego por el hombre, y la segunda al Mar Muerto, en una atardecer con el sol poniente reflejándose en sus brumosas aguas frente a las tierras de Palestina en la otra orilla y que, al contemplarlas, uno no podía olvidar el brutal genocidio que este pueblo, este país, está sufriendo.

Jordania 2014. Una visita sindical de gran interés