domingo. 18.08.2024

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Celín Cebrián | @Celn4

Existe una cita anónima que viene a decir: “Sé amable porque cada persona que conoces está librando una batalla”.

Algo parecido sucede en Silver Haze, la película dirigida por la neerlandesa Sacha Polack, con la que nos mete dentro de la vida de una joven enfermera que pertenece a una familia trabajadora que tiene problemas: su madre es alcohólica y su hermana tiene una relación con un hombre que la maltrata. Además, la protagonista, de niña, sufrió quemaduras por todo el cuerpo en el incendio que arrasó el pub que regentaba su padre. Está convencida de que ese incendio fue provocado por la mujer actual de su padre. Y, por si estos inconvenientes fueran pocos, al mismo tiempo mantiene una relación sórdida con un chico extraño y al que no ama. Y así, hasta que aparece una joven perturbada, que ha intentado suicidarse, y se enamora perdidamente de ella.

Con todas esas herramientas del cine social, la directora ha trenzando una historia ambientada en los suburbios de Londres y la costa británica

La cinta ganó el Premio Solé Tura a la mejor película del Brain Film Fest 2024 y vino a ser un grito que retumbaba en esas barriadas de “las afueras” donde viven los proletarios, los humildes, que también tienen derecho a sonreír y a tener esperanza. Y con todas esas herramientas del cine social, tan de moda, sobre todo desde que apareciese en el mundo del cine la figura de Ken Loach, la directora ha trenzando una historia ambientada en los suburbios de Londres y la costa británica con la maravillosa colaboración de la actriz Vicky Knight, que en su día fuera nominada con la “Estrella del mañana” por el Screen Daily por su papel en Dirty God

Francky, la protagonista, marcada por misteriosas quemaduras, está consumida por el deseo de venganza. Vive con su madre y su hermana Leah. Y en cierto modo, ambas todavía están atormentadas por la ausencia de un padre que renunció a vivir con ellas. En busca de estabilidad, Francky sale con un hombre al que no ama, hasta que, como he anticipado, se cruza con Florence, una paciente. Entonces, las dos escapan a la costa, para vivir con la heterogénea familia de Florence, de mentalidad más abierta. Y es allí donde Franky encuentra el refugio emocional para lidiar con los rencores del pasado. Y gracias a esta relación incandescente, descubre los amores plurales, la libertad, las otras relaciones con el mundo, lo que le permite poco a poco iniciar un camino de curación. Las imágenes a veces son crudas, bastantes realistas, pero también delicadas y muy poéticas.

Gracias a esta relación incandescente, descubre los amores plurales, la libertad, las otras relaciones con el mundo, lo que le permite poco a poco iniciar un camino de curación

Estamos ante un drama disperso y desigual pero con momentos muy bellos. Una historia sobre la depresión, emotiva, en la que tenemos la impresión que el guion ha ido por un lado y la historia por otro, construyendo a base de fragmentos un relato al que le falta unidad, la idea de contar la historia en bloque. Existen por doquier muchos elementos dispares que no logran unirse en la pantalla y menos cuando aparece la tímida banda sonora. Esta extraña mezcla, funciona mejor cuando se limita a observar a sus personajes o a estar a solas. En términos narrativos, es un poco desordenada, ya que hay demasiadas cosas como para formar una historia coherente.

La película se estrenó el 19 de febrero de 2023 en el marco del 73º Festival Internacional de Cine de Berlín y también se proyectó en la sección 'Strand'. 

Áspera y dura. Así es la vida de los protagonistas. Un filme directo, íntimo y desgarrado, centrado en las experiencias de una mujer que intenta superar un trauma de la infancia. 

Estamos ante un drama disperso y desigual pero con momentos muy bellos. Una historia sobre la depresión, emotiva

La obra transcurre en uno de esos pueblos desapacibles del interior del país en los que el alcohol, la televisión y las fiestas son los únicos momentos de esparcimiento para un grupo de personas que parece creer que vivir en un clima de agresión permanente es una manera natural de la existencia. El término kitchen sink –utilizado para referirse a ciertas formas del realismo cinematográfico británico surgido en los años sesenta y adaptado hoy por cineastas tales como Andrea ArnoldLynne Ramsay y Clio Barnard– parece haberse inventado para filmes como éste.

Como dice su directora, Sacha Polack, “algunas partes de la película se apegaron estrictamente al guion y otras fueron improvisadas. El reparto me dio mucho con lo que trabajar y muchas cosas divertidas que yo nunca podría haber inventado. Quería hacer una película que reflejara la vida de Vicki; estaban sucediendo muchas cosas al mismo tiempo y eso era algo que quería transmitir. Era importante tener libertad. Vicky fue la inspiración de todo”.

La historia explora la relación entre dos mujeres que han pasado experiencias extremadamente traumáticas y en la que hay momentos difíciles de manejar, sin olvidarnos de un romance en el que a las protagonistas les cuesta abrirse, sincerarse, dadas las heridas emocionales.

La película es un viaje inquietante que dura 102 minutos.

‘Silver Haze’, un drama humanista, profundo y evocador que nos habla de almas heridas