sábado. 20.07.2024
Miguel Noguera
Miguel Noguera

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Han pasado unas horas desde que Miguel Noguera presentó su Ultrashow en el Teatro del Barrio y aún no tengo muy claro qué he visto. ¿Locura absoluta? ¿Genialidad? ¿Tomadura de pelo? Realmente, el Ultrashow es un poco de todo, pero también la obra de alguien profundamente inteligente que oculta su genialidad detrás de una fachada de inseguridad y cierta demencia. Por eso creo que, antes de valorar el espectáculo, lo más honesto es acudir a la propia sinopsis que este humorista y dibujante canario ofrece al promocionar el show: "En este espectáculo explico unas 30-40 ideas, ocurrencias, imágenes mentales o pensamientos, uno tras otro y sin importar demasiado el orden. Dura aproximadamente una hora y veinte minutos y siempre estoy solo en escena".

Una obra de alguien profundamente inteligente que oculta su genialidad detrás de una fachada de inseguridad y cierta demencia

Resulta curioso que el propio Noguera diga que una de las reacciones que más le gusta provocar entre los espectadores es cuando le dicen que se han divertido mucho, pero que el show no les ha gustado nada. No es mi caso, me reí bastante, y aunque no acabo de comprender el sentido final de la propuesta, sí reconozco que estamos ante una obra profundamente original que debe ser vista por todo amante de la comedia. Solo así se explica que Su Majestad la Reina, doña Letizia (me ha quedado muy respetuoso el cargo), tenga a Noguera como uno de sus cómicos favoritos.

Ya entrando en detalle, debo decir que Miguel Noguera es un humorista con un mundo personal y sensorial único. Su forma de expresarse y moverse en escena es singular, con un show que se articula entre arrebatos místicos, mucho sudor, ataques paranoicos y, especialmente, un profundo dominio de la comedia y sus herramientas. Porque, aunque Noguera parece improvisar y sacar ideas sobre la marcha o de arrugados folios en los que anotó algunas de esas 40 ocurrencias mencionadas en su sinopsis, lo cierto es que su espectáculo está lleno de inteligencia y busca desafiar al espectador. Lejos del humor políticamente incorrecto de otros humoristas como Ignatius Farray, Noguera no busca escandalizar, pero sí impactar al compartir su absurdo mundo interior. Una prueba de ello es que casi no interactúa con el público y fija su mirada en un punto indeterminado en las alturas del teatro.

Detrás de cierta improvisación y de su papel de inestable mental, hay un artista que sabe captar el estado de ánimo de los espectadores y jugar con nuestras expectativas

Me imagino que cada Ultrashow es diferente, pero en mi caso, Noguera comenzó cantando a capela una extraña canción sobre una espada de luz y unos técnicos que deben inyectarle energía y a quienes se les han muerto los padres. Una trama demencial que posteriormente fue objeto de análisis y estudio por parte del humorista, cayendo en un bucle infinito de surrealismo y comedia. Posteriormente, Noguera proyectó algunos de sus diseños y contó chistes sobre el vagón del silencio de Renfe o sobre un crucero de solteros en el que un viajero muy feo que no liga nada acaba ahorcándose, y como consecuencia del estiramiento de la soga, se vuelve muy guapo.

Desde la locura más disparatada, pasando por el aburrimiento, el fango, hasta el humor más ácido, son muchas las sensaciones que produce un espectáculo tan libre como el Ultrashow de Miguel Noguera. El artista incluso llegó a reconocer en algunos momentos que se le estaba haciendo largo su propio show. Pero no nos equivoquemos, detrás de cierta improvisación y de su papel de inestable mental, hay un artista profundamente inteligente que sabe muy bien captar el estado de ánimo de los espectadores y jugar con nuestras expectativas. Su espectáculo es el resultado de años de experimentación. No se lo pierdan.

Ultrashow de Miguel Noguera: locura y genialidad en el Teatro del Barrio