La soberanía del pueblo es un concepto que está quedando vacío y anticuado como la libertad de prensa y la justicia imparcial.
El dinero es el Dios actual más reverenciado al que dedicamos buena parte de nuestro tiempo sin temor a estar perdiéndolo.
Estigmatizar y menospreciar al otro se ha convertido en un estímulo ampliamente utilizado en nuestras vidas.
El título de ciudadano obliga al Estado a remover todos los obstáculos para garantizar su dignidad y desarrollo como persona.
La centralidad ya no está en el centro del espectro izquierda-derecha sino en el gran grupo social que ha ido cayendo.
El crecimiento no es cuestión de cifras sino del beneficio que aporta a la población tomándola en su conjunto.
Se considera que no hay lucha de clases, que el concepto de clase social está fuera de lugar en este mundo globalizado...
¿De qué clase de libertad habla Aguirre cuando califica de antidemocráticos y radicales a partidos que han sido votados por una buena fracción de ciudadanos?
La capacidad de aguante del ciudadano español no tiene límite. La confianza en sus gobernantes tampoco.
Las elecciones del 24 de mayo en nuestro país deben hacer posible una modificación en el juego de poder existente.
Las elecciones previstas este año en nuestro país no serían lo mismo si Podemos no hubiera irrumpido en el panorama político español.
Estos productos financieros fueron creados con el objetivo de procurar un big bang eterno que produjera océanos de dinero.
Es verdad que quien quiere mirar la naturaleza vil y salvaje del hombre la encuentra por doquier, ya que en nuestro planeta nunca faltan ejemplos.
La hostelería es el filón de estos días de asueto y en la hostelería se dan los mayores índices de injusticia y pisoteo de las leyes laborales.
Si en algún sector se puede ver claramente como el aletear del vuelo de una mariposa traslada sus efectos inmediatamente a los confines de cualquier lugar de nuestro planeta, este sector es el de la economía.