domingo. 21.07.2024
Gypsy Kings

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Antonio Descalzo

¿Cómo es posible hacer tanto con tan poco?

En la noche del sábado, las Noches del Botánico presentaron un mano a mano entre los Gypsy Kings (en su versión familia Reyes) y Los Manolos.

Tarde-noche de rumba catalana, contoneos ininterrumpidos, sonrisas cómplices y estribillos popularísimos.

Para mi sorpresa, fueron los reyes franceses los primeros en entrar en escena. Entendía que por una razón de jerarquía serían los encargados de cerrar la noche, pero no fue así. Más adelante, caí en la máxima matemática que dice que el orden de los factores no altera el producto.

Gypsy Kings comenzaron destapando el tarro de sus atributos con temas instrumentales, sonidos intimistas, influencias del otro lado del charco y todo ello con la sofisticación que siempre los ha acompañado

Hay un factor con el que “Los Reyes” han jugado con ventaja frente a otros. Ese factor es el hecho de que sus canciones atesoran un componente sentimental muy fuerte

Cinco fueron las guitarras con las que sus majestades nos deleitaron, destacando por encima del resto la de Juaquinito Reyes (hijo del líder Nicolas), gracias a unos punteos y escalas que dieron otra dimensión a un género del que todavía sigo preguntándome: ¿cómo se puede hacer tanto con tan poco?

La rumba es a la música lo que los famosos cuadernillos Rubio son a la literatura. Cualquiera que se precie a acercarse a la música desde la práctica pasa irremediablemente por este estadio, ya sea para amenizar un botellón en un parque, para un primer grupo musical, para arrancarse en un karaoke o para impresionar a una extranjera.

Entre tanto, llegaron los grandes éxitos del cuadro francés: "Bamboleo", "María Bem Bem", "Vamos a Bailar" y muchos más...

Hay un factor con el que “Los Reyes” han jugado con ventaja frente a otros. Ese factor es el hecho de que sus canciones atesoran un componente sentimental muy fuerte, puesto que no se conoce una boda o enlace en la que no hayan sonado varios de sus hits.

Un agradecido Nicolas eligió otro clásico de las bodas como es “My Way” de Frank Sinatra para poner el broche final a un concierto muy del gusto del público madrileño.

Tras el protocolario descanso, la hidratación y los diferentes snacks, llegaron Los Manolos.

Conjunto barcelonés nacido artísticamente en el año 1989, con músicos provenientes de Mataró, El Maresme, el Clot y muchos otros lugares...

Los Manolos supieron dar una vuelta de tuerca más a la noche con un estilo desenfadado, informal, algo desordenado, pero poniendo en valor aquello de que “Barcelona es poderosa”, o era, es algo que muchos nos preguntamos.

Los Manolos supieron dar una vuelta de tuerca más a la noche con un estilo desenfadado. Gran noche de rumba, luna llena y gente guapa 

A la música de Los Manolos la acompaña una imaginería que posiblemente esté en peligro de extinción en la ciudad condal. Por lo menos esa ha sido mi impresión en mis últimas visitas, un imaginario que bien podría ubicarse en el Barrio Chino, entre mugrientas tascas, personajes que bordean lo entrañable con lo patético y, como arma de destrucción masiva, una destartalada guitarra.

Sonaron “La Noche del Hawaiano”, “Sona la Rumba” y una versión en español de “I Love You Baby”. De nuevo Frank, muy presente en gran parte de esta rumbera noche... curioso.

“Traemos una bomba de neutrones”, cantaban los catalanes. Y tanto, guapos...

Los Manolos
Los Manolos

” El Ventilador” puso a toda la masa patas arriba y, para aprovechar la inercia, se lanzaron con el conocidísimo “Oh My Loving”.

Siguieron con el gitano Antón homenajeando al maestro Peret. Después se juntaron todos los músicos en torno a un güícharo o güiro puertorriqueño, un instrumento que nosotros (españoles) hemos convertido en una botella de anís. En ese medio corrillo se lidiaron un popurrí de rumbas de lo más festivo de la noche, letras que despachaban con ritmo, dinamismo y sentido del show.

Por último, como era de esperar, fue “Amigos para Siempre”, tema que sirvió para la imagen informal de los Juegos de Barcelona 92 (la parte formal ya la coparon Freddy y Montserrat) y que seguramente hizo emocionarse a más de uno al ver en las pantallas cómo Epi daba el último relevo a la antorcha olímpica.

Gran noche de rumba, luna llena y gente guapa.

Gypsy Kings y Los Manolos, Jardines del Botánico