viernes. 02.08.2024
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Concha Roldán asistiendo a una investidura en la ULL. (Foto de Roberto R. Aramayo).

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El Congreso Mundial de Filosofía se celebra este año en Roma. Su programa no puede ser más abigarrado, al tener una enorme apertura temática y convocar a participantes de todos los rincones del globo. Hay muchas mesas temáticas organizadas por sociedades como la Kant-Gesellschaft, inmersa en la conmemoración de un tricentenario con muy diversos encuentros, como el que se celebrará en Lisboa hacia mediados de septiembre. También estará presente la Red Iberoamericana de Filosofía (RIF), que celebrará en la Ciudad Eterna su asamblea, para darse a conocer y preparar sus próximos encuentros. Uno de sus desafíos es reinventar la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, impulsada en su día por Javier Muguerza con un amplio equipo de colaboradores, que ahora debe adaptarse al espíritu de la ciencia en abierto con una versión digital mucho más dinámica y fácil de actualizar. Jorge Linares y Concha Roldán, vicepresidente y presidenta de la RIF, prepararan una colaboración entre la UNAM y el CSIC para disponer de un repositorio adecuado.

Concha Roldán preside también la Red Española de Filosofía (REF), que celebrará su congreso, pospuesto como tantas otras cosas por el confinamiento de la pandemia, en Salamanca del 23 al 27 de octubre. Tras dejar la dirección del IFS-CSIC, labor que comenzó junto a Javier Echeverría hace diecisiete años y culminó el año pasado con Txetxu Ausín, dispone de más tiempo para coordinar empresas nacionales e internacionales, formar parte del Patronato de la Fundación Ortega Marañón o integrar la Comisión Mujer y Ciencia del CSIC, en cuyo instituto de Filosofía le tocó abrir brecha en lo tocante al género y oficiar como pionera en todos los escalafones. Fue su primera becaria de reincorporación y posteriormente investigadora, e igualmente no tuvo precedentes en las direcciones de un departamento, del Instituto y de la revista Isegoría.

Estas líneas vienen motivadas por el reconocimiento internacional que recibirá en Roma el cinco de agosto. El premio en cuestión le va como anillo al dedo, aunque solo reconozca una dimensión del polifacético quehacer de Concha Roldán, investigadora que no se ha limitado a los estudios de género y es una consumada especialista en Leibniz que también filosofa sobre la historia, como testimonia su “Entre Casandra y Clío”. Aunque decidió terminar su tesis doctoral en Berlín, quien luego sería becaria Humboldt no dejó de frecuentar los Archivos Leibniz de Hannover o Potsdam, con cuyos equipos mantiene permanente contacto al presidir la Sociedad Española Leibniz para Estudios del Barroco y la Ilustración.   

Al presentar su tesis doctoral sobre la libertad en Leibniz, sus líneas de trabajo quedaron enriquecidas gracias al mítico “Seminario sobre Feminismo e Ilustración” impartido por Celia Amorós en la madrileña Universidad Complutense. Desde aquel momento se interesó por detectar las fallas que cabía encontrar en autores como Kant y Rousseau con respecto al componente femenino de la humanidad. Su labor incluye también el rescate de pensadoras y científicas olvidadas por haber tenido que realizar su quehacer bajo la cobertura de algún familiar masculino. Últimamente no se cansa de recordar las notables ausencias femeninas que cabe observar en la historia del filosofar, tanto en la enseñanza media como dentro de las aulas universitarias.

El galardón se llama Elisabeth von Bohemia, en honor a una pensadora del Siglo XVII coetánea de Leibniz

Como no se suele ser profeta en la propia tierra, según reza el proverbio, bien está que Concha Roldán reciba un premio internacional a una dimensión de su dilatada trayectoria y que la ceremonia tenga lugar en el Congreso Mundial de Filosofía, quedando su presentación en manos de Cristina Sánchez. El galardón se llama Elisabeth von Bohemia, en honor a una pensadora del Siglo XVII coetánea de Leibniz. La segunda edición de una magnífica correspondencia leibniziana titulada por su editor, Javier Echeverría, como “Filosofía para princesas”, incluye certeramente un epílogo firmado por Concha Roldán. Leizniz visitó a Isabel de Bohemia en 1677 y en 2024 un premio que lleva su nombre recae sobre una reputada leibniziana con talante feminista. Quiero trasladarle mi más cordial enhorabuena, como miembros del Grupo de Investigación que compartimos desde hace veinte años y que solo podía llamarse “THEORIA CUM PRAXI”.

Concha Roldán, Premio Isabel de Bohemia 2024