domingo. 18.08.2024

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Los españoles que vivimos fuera de nuestra tierravolvemos cada año para pasar nuestras vacaciones podemos ver los muchos (o pocos) cambios que van sucediendo en nuestro país y nuestra sociedad. Para los que llevamos décadas fuera de España se puede decir que en muchos ámbitos está irreconocible.

Soy de una generación en la que, en ciudades de provincias como Valladolid, aquel niño o niña que venía de otra provincia, nos parecía lo más exótico del mundo y la multiculturalidad no existía por ningún rincón del país.

Para ver en aquel entonces gente de otras razas y culturas lo mejor era ir a algún partido de fútbol del Real Valladolid o del Fórum Filatélico, donde sí podías ver a rusos, brasileiros, centroafricanos, norteamericanos o griegos.

La variedad de restaurantes ha ido creciendo poco a poco en las dos últimas décadas y sin haber un cambio radical en corto espacio de tiempo sí que me sorprende ver en mi antiguo barrio una tienda de ultramarinos abierta a horas intempestivas luciendo el nombre asiático de su propietario; la apertura durante más horas de su establecimiento se debe sin ninguna duda a una capacidad o necesidad de trabajo mayor y un esfuerzo que muchos de nuestros compatriotas no están dispuestos de realizar.

La capacidad de trabajo no diste mucho de la que muestran muchos de nuestros compatriotas emigrantes en sus nuevos destinos

Quizás la capacidad de trabajo no diste mucho de la que muestran muchos de nuestros compatriotas emigrantes en sus nuevos destinos o de aquella que mostraron las generaciones previas de emigrantes que levantaron sus futuros trabajando en los cinco continentes.

La España de ahora se parece un poco más a Reino Unido en su avance hacia la multiculturalidad, aunque los británicos nos llevan décadas de ventaja en este ámbito y las numerosas etnias y religiones se ven representadas ampliamente en sus instituciones y dirigentes electos, quizás en el camino de la inclusión, mi percepción es que en España hay una mayor integración de la inmigración de la que había en el Reino Unido de los 70 y se ha avanzado aquí más rápidamente de lo que se hizo en el país de Margaret Thatcher durante esta década. Comparo la España actual con el Reino Unido de los 70 ya que se me antoja que son momentos históricos comparables, dos décadas tras el comienzo del pistoletazo de salida de la inmigración en ambos países.

Aunque Reino Unido se había convertido en un crisol de culturas gracias a su historia colonial, las minorías étnicas, especialmente las personas de origen caribeño, indio y pakistaní enfrentaban una discriminación generalizada en todos los ámbitos de la vida.

El racismo institucional en los 70 se manifestaba de diversas formas y algunas distan de suceder en España en este momento, al menos al mismo nivel.

Las minorías étnicas se concentraban en barrios marginados, con viviendas de baja calidad y acceso limitado a servicios básicos. Se les negaba el acceso a viviendas en áreas predominantemente blancas, a menudo debido a prácticas discriminatorias por parte de los agentes inmobiliarios y los propietarios.

Las minorías étnicas tenían dificultades para encontrar empleo y, cuando lo conseguían, eran relegadas a trabajos mal remunerados y con pocas oportunidades de ascenso

Los niños de minorías étnicas eran sobre-representados en las clases bajas y en las escuelas con menos recursos (esto sigue sucediendo en el Reino Unido actual) y sufrían discriminación por parte de los profesores y eran estereotipados negativamente de manera generalizada.

Las minorías étnicas tenían dificultades para encontrar empleo y, cuando lo conseguían, eran relegadas a trabajos mal remunerados y con pocas oportunidades de ascenso. Sufrían discriminación en los procesos de contratación y promoción…quizás este punto si pueda ser comparable con la España actual sobre todo en los primeros momentos tras la llegada a nuestro país.

Igualmente, tanto en aquel Reino Unido y el actual como en la España de 2024 las personas de color son y eran más propensas a ser detenidas, acusadas y encarceladas que las personas blancas y no ha cambiado demasiado. En Reino Unido sufrían un trato policial más duro y eran juzgadas por tribunales que a menudo mostraban prejuicios raciales, así como en España las personas racializadas están sobrerrepresentadas en las cárceles y son más propensas a ser detenidas y encarceladas que la población blanca.

Los medios de comunicación perpetuaban en Reino Unido estereotipos negativos sobre las minorías étnicas, presentándolas de forma desfavorable y criminalizando a ciertos grupos y en España sin necesariamente ser la norma ni ser tan generalizado como era en suelo británico, hay programas de gran audiencia que siguen atufando con discursos y noticias que claramente empujan a los ignorantes hacia la xenofobia.

Las causas del racismo institucional en los 70 eran múltiples y complejas y la historia colonial británica había dejado una profunda huella en las actitudes hacia las personas de color. Los prejuicios raciales eran arraigados y se transmitían de generación en generación. La discriminación abierta era común en la sociedad británica. Los letreros de "No se admiten negros" eran habituales en algunos establecimientos. En aquella época, existían pocas leyes que protegieran a las minorías étnicas de la discriminación.

Nuestro país, por mucho que cierta gentuza se empeñe, es un país mucho más preparado para dar oportunidades a todo aquel que llega

La falta de conocimiento sobre otras culturas y el miedo a lo desconocido contribuían a alimentar los prejuicios raciales y España al haber pasado a ser receptor de inmigrantes varias décadas después, se ha ahorrado los problemas que si surgieron en un Reino Unido que durante los 50 y 60 atrajo a mucha inmigración para reconstruir el país tras la segunda guerra mundial.

Las minorías étnicas sufrieron una desigualdad social persistente, con tasas más altas de pobreza, desempleo y mala salud y este racismo institucional contribuyó a aumentar las tensiones raciales y a fomentar el resentimiento entre los diferentes grupos étnicos que perdieron la confianza en las instituciones estatales y en la sociedad en general.

Afortunadamente, desde los años 70 se han producido importantes cambios en el Reino Unido. Se han aprobado leyes antidiscriminatorias, se han creado organizaciones para defender los derechos de las minorías étnicas y la sociedad en general ha desarrollado una mayor conciencia sobre el racismo. Sin embargo, el racismo institucional sigue siendo un problema latente y es necesario seguir trabajando para erradicarlo por completo.

Nuestro país, por mucho que cierta gentuza se empeñe, es un país mucho más preparado para dar oportunidades a todo aquel que llega, sin discriminar de la manera que se hacia cuando comenzamos el camino de país receptor de migrantes.

Por mucho que cuatro descerebrados intenten dar la vuelta a la tortilla, España es un país empático y hospitalario,

…y recordemos que hay 3 millones de españoles y españolas en el exterior que somos inmigrantes en nuestros nuevos hogares.

España país receptor de inmigración, lecciones aprendidas de Reino Unido