domingo. 28.07.2024
James David Vance y Donald Trump
James David Vance y Donald Trump

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Mario Regidor | Cuenta la leyenda, o los cómics de Marvel, que para el caso es lo mismo que sólo las personas íntegras y con un carácter inquebrantable pueden portar el Martillo de Thor. Con él puedes mover objetos muy pesados, generar campos de energía, atacar y defenderte de los ataques y, prácticamente, conseguir prevalecer sobre el campo de batalla sin poderes adicionales, siempre y cuando seas una persona íntegra y de carácter inquebrantable, claro…

¿A qué viene esta introducción? Vamos a profundizar un poco... En la reciente convención republicana celebrada en Milwaukee, Donald Trump designó como su compañero de ticket electoral a James David Vance de 39 años y senador por el estado de Ohio desde 2023.

Lo primero que nos debe asombrar es la juventud (Trump tiene el doble de años que Vance) y, aparentemente, escasa experiencia política del candidato. Simplemente un dato, en 2028 podría ser presidente de los Estados Unidos con 44 años y preservando las esencias, no del Partido Republicano, sino del Trumpismo que se perpetuaría como una gangrena durante las próximas décadas en la política estadounidense. MAGA tiene un heredero asegurado en tiempos venideros.

Podría ser presidente de los Estados Unidos con 44 años y preservando las esencias del Trumpismo que se perpetuaría como una gangrena durante las próximas décadas 

¿Por qué ha elegido Donald Trump a J.D. Vance como su compañero en la contienda electoral? Hay muchas teorías, es senador por el estado de Ohio que reparte 18 votos electorales y que, hasta no hace mucho, era un “swing state”, es decir un estado que se decidía por pocos votos con lo que podría afianzar su dominio sobre dicho estado y proviene del llamado “Rust Belt” o cinturón del óxido donde de verdad se decidirá el futuro del país en estas elecciones, con estados como el propio Ohio y, especialmente Pensilvania, Wisconsin y Michigan.

Personalmente, no creo que sea esto lo que haya decantado la decisión de Trump en favor de Vance, aunque ha influido. Me inclino a pensar que aspira, como dije antes, a perpetuar su legado cuando él ya no se pueda presentar como candidato. Ya se rumorea incluso que Vance podría escoger dentro de 4 años a uno de los hijos de Trump como su candidato a vicepresidente (el propio Donald, Jr). Aún es pronto, pero no cabe duda que, en unos Estados Unidos tan aficionados a esa aristocracia emanada de las sagas familiares en el poder (Clinton, Bush, y ahora Trump) esta circunstancia no puede desdeñarse.

No obstante, me inclino a pensar en una cuestión más de clase identitaria. Me explico: los orígenes de Vance son los propios de lo que se ha dado en llamar “Rednecks”, “Hillbillies” o incluso “white trash” Estamos hablando de aquellas personas que viven en ambientes rurales, con escasas posibilidades de desarrollo económico y, a pesar de todo, orgullosas de sus tradiciones, del lugar en el que viven y recelosas de los urbanitas que tratan de imponerles su modo de vida.

Vance nació en un pueblo de Ohio, sus padres se divorciaron pronto y su madre sufría de adicciones varias. Fue criado por sus abuelos y por un padrastro que le adoptó, pero consiguió salir de ese entorno oligofrénico y estudiar Filosofía y Políticas en la Universidad Estatal de Ohio para, posteriormente, hacer un doctorado en leyes en Yale, previo paso por el ejército, lo que le llevó a conseguir una beca que le permitió un alivio a las carga económica que supone realizar estudios universitarios en Estados Unidos.

Ya se rumorea incluso que Vance podría escoger dentro de 4 años a uno de los hijos de Trump como su candidato a vicepresidente

Él narra toda su infancia y juventud en el pueblo en un libro no exento de calidad literaria llamado Hillbilly Elegy, del cual se llegó a hacer una película para Netflix y que constituye una especie de biblia para sus “supporters” en el partido y toda una declaración de intenciones acerca de sus ideas políticas y de la capacidad de atraer esos votantes en estados divididos para apoyar la candidatura de Trump en estas presidenciales. De todos modos, y como contraste, les recomiendo el libro “El manifiesto Redneck Rojo”que narra también cómo se escapa de una vida sin esperanza en un pueblo del medio oeste norteamericano con bastantes dosis de sarcasmo y humor y desde una orientación política de izquierdas. Todo lo contrario del libro de Vance.

Siguiendo con la vida del candidato a vicepresidente republicano, éste ha pasado por el ejercicio de la abogacía privada, el asesoramiento a diversos cargos políticos del Partido Republicano y, lo más interesante, por sociedades de capital riesgo con el apoyo financiero de Peter Thiel, uno de los adalides del neoliberalismo empresarial americano, fundador de Pay Pal y uno de los grandes donantes del Partido Republicano en su versión más trumpista. No es de extrañar que Vance consiguiera los fondos necesarios para afrontar una campaña al senado en su estado natal por parte del propio Thiel y con el apoyo formal de Donald Trump.

No obstante, este apoyo no siempre ha sido tan cerrado ya que, en las primarias donde salió elegido Donald Trump en 2016, Vance no se distinguió precisamente por su apoyo al futuro presidente, sino más bien por el desprecio, actitud que “olvidó” de forma conveniente cuando decidió iniciar una carrera política y necesitaba el apoyo explícito de Trump, borrando todos los tuits despectivos, como el que le equiparaba con un nuevo Hitler moderno, por ejemplo.

Vance está a favor de una postura aislacionista en materia geopolítica que encarna un peligro cierto para la permanencia de Estados Unidos en organizaciones supranacionales de defensa global

Vance aúna una serie de posicionamientos ideológicos consistentes en parte con las esencias ideológicas del movimiento republicano en los Estados Unidos, como el ser contrario al derecho al aborto, estar a favor de las bajadas generalizadas de impuestos en especial para aquellos que más tienen y una postura aislacionista en materia geopolítica que encarna un peligro cierto para la permanencia de Estados Unidos en organizaciones supranacionales de defensa global como la OTAN. Sin olvidar que este posicionamiento entraña ciertos riesgos para la UE y otros países, puesto que aboga por limitar el apoyo a Ucrania y favorecer conversaciones de paz que, en el momento actual, beneficiarían mucho más a Putin que a Zelensky. Cuestión distinta es el incuestionable apoyo al gobierno israelí en su campaña casi genocida contra Gaza. Esta parte no es objeto de discusión.

En suma, todo lo anterior nos lleva a pensar en un intento de prolongar el “régimen de Trump” cuando él ya no esté, secuestrando al Partido Republicano en una especie de caverna de Platón en la que solo se atiendan a las ideas que ha ido pergeñando a lo largo de los últimos años un Donald Trump, cada vez menos sólido mentalmente, y con las esperanzas puestas en que la sociedad estadounidense haya cambiado de tal manera que se pueda torcer y manipular su voluntad sin excesivos ambages. Francamente, es un futuro aterrador, pero factible, posible y, lo que es peor, probable. MAGA vuelve.

La elección de Vance tiene mucho sentido si miramos a sus orígenes y vemos cómo la perspectiva identitaria se está imponiendo en el panorama político estadounidense

Vance considera que es posible salir de la condena que puede suponer haber nacido en un pueblo en el que las esperanzas de progreso son muy limitadas y donde la imitación de comportamientos familiares de abuso y adicciones es la senda más plausible a seguir, pero no nos engañemos. Ese nicho de votantes republicanos, si consideran que pueda haber esperanza y tienen fe en abandonar su situación de precariedad y sumisión, ya no les serán útiles a los trumpistas como Vance, que saben porque lo conocen, que si hay un camino que puede conducir a la prosperidad, es posible que el voto republicano se torne demócrata y pueda haber un cambio estructural en los cimientos rurales de Estados Unidos que afecten a la propia línea de flotación del Partido Republicano. Ya está pasando con estados como Arizona y Georgia, tradicionalmente republicanos y que ganó Biden en 2020. Es por eso, que la elección de Vance como compañero de Ticket electoral de Trump tiene mucho sentido si miramos a sus orígenes y vemos cómo la perspectiva identitaria se está imponiendo en el panorama político estadounidense. Esto opera también para los demócratas con una candidata a presidenta mujer y de orígenes asiáticos y afroamericanos. La cuestión es que, puestos los huevos en la misma cesta, cuál de los dos bandos podrá recoger mayor cantidad de votos el 5 de noviembre.

¿Será Vance lo más parecido al Martillo de Thor y logrará consolidar el menoscabo de los cimientos de la democracia estadounidense asestándole el golpe de gracia y cambiando la fisonomía política y electoral del país para siempre o, dicho martillo reconocerá a su portador y comprenderá que no es la persona íntegra y de carácter inquebrantable que debería ser para comprender, entender y usar su poder en beneficio de la humanidad? El tiempo y, sobre todo, los votantes lo dirán. 

J.D. Vance o el Martillo de Thor