jueves. 15.08.2024

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@Montagut | En la Gran Asamblea del Grande Oriente Español de 1910, su gran maestre, el fundamental personaje que fue de la masonería español, Miguel Morayta, y en su mensaje dejó dos cuestiones muy claras que definirían para él lo que era la masonería, su misma esencia, y que recordamos en este apunte. Nos ayuda a enriquecer el conocimiento sobre un problema secular de la masonería en el tema de la instrucción.

Morayta afirmó que, entre los no iniciados, pero también entre algunos masones, era muy común la crítica y hasta el menosprecio de las pruebas y fórmulas masónicas. Y se aludía a la propia iniciación, planteando los que criticaban la pregunta, “¿a qué, dicen, en las iniciaciones ciertas ritualidades, cuando se está al tanto de sus alcances? Esta pregunta tendría que ver con el hecho de que se decían o hacían algunas cuestiones que podrían parecer muy terribles, pero terminaban por no ser así, o así lo interpretamos nosotros por lo que luego Morayta contestaría a esta crítica.

La masonería había modificado muchas de sus antiguas prácticas, convirtiendo las iniciaciones en poco más que una especie de examen de suficiencia

El gran maestre reconocía que la masonería había modificado muchas de sus antiguas prácticas, convirtiendo las iniciaciones en poco más que una especie de examen de suficiencia. Pero aseguraba y según su experiencia, que cuanto más dura era la iniciación y más se extremaban las pruebas físicas, mayor impresión dejaba en el ánimo. Importaba mucho que se cumpliesen en las iniciaciones y exaltaciones todos los preceptos de los rituales.

En línea con lo expresado, importaba mucho que se multiplicasen las tenidas (reuniones masónicas) de instrucción. Sin un exacto conocimiento y asidua práctica de “toques, palabras y signos” de los distintos grados y de todos por los que pasó, el masón carecía de la necesaria instrucción. Había que explicar constantemente, enseñar el significado de todo y ensayar. Cuando no se hacían bien las cosas las tenidas se afeaban mucho, y ponía ejemplos. Por fin, los hermanos retejadores debían ser inflexibles en su investigación para dar entrada en la logia (en el templo cuando hay tenida) aún a los mismos miembros de la misma. Debemos recordar que retejar es comprobar con toques y signos si alguien es masón.

Hemos consultado el número del 28 de julio de 1910 del Boletín Oficial del Gran Oriente Español.

La importancia de la instrucción masónica en España (1910)