domingo. 11.08.2024
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A tenor de que todavía se supone que tenemos una capacidad de razonar, esta competencia es preciso enfocarla sobre lo que potencialmente habrá de ocurrirnos, si en función de una tendencia del darwinismo capitalista a la utilización de la Inteligencia Artificial, con independencia que se hubiera establecido una Renta Básica, con la que prácticamente se habría eliminado la mano de obra asalariada, a mi entender tendríamos que se conscientes de las consecuencias que de esta situación de ocio habrían de producirse; un estado en el que debido a la molicie provocada por la falta de unas actividades laborales, su eliminación entrañaría una falta de estímulos y de incentivos con los que proporcionar a los componentes de esta sociedad ese sentido de la vida que necesitamos para ser lo que supuestamente deseáramos ser. Se produciría una situación en la que las personas, faltos de motivación - que es una de las funciones que se tienen que desarrollar para llevar a cabo la capacidad de razonar-, podría conducirlos a un estado de incapacitación mental, en el que nos convertiríamos en los Elois (1) que H.G. Wells describió en su obra La Máquina del Tiempo. Y es por ello por lo que Erich Fromm (2) aseveró que:

“Tanto desde el punto de vista económico como del psicológico, para la gran mayoría del pueblo quedar desocupados constituye una carga muy difícil de soportar”

Y es que si en el discurrir de las vivencias de estos individuos no se precisa conocer la necesidad de una lucha con la que conquistar diariamente la libertad y la independencia es imposible que puedan darle darles un sentido a sus vidas. Se convertirían en cerdos bien alimentados que no serían ni siquiera conscientes que estaban destinados al sacrificio.

Posicionándonos en el ahora en el que nos encontramos, tenemos cuatro cosas que hacer, porque un tener que hacer es más exigente que un por.

La primera de ellas, entender que en lugar de seguir los consejos de los que difunden la opinión de que lo mejor para una economía es reducir al mínimo las actividades del Estado; (ya que según ellos, para que una economía funcione de una manera óptima es preciso que ésta se desarrolle a través del libre mercado); lo que en realidad tratan de conseguir es que no percibamos que ese supuesto libre mercado (como representación de las empresas privadas), conlleva la existencia de unas plusvalías que son el fundamento de las diferencias y dependencias que de ellas se derivan; que la realidad es que esa atribuida libertad constituye una falacia de composición, ya que si como premisa establece un proposición cuyo antecedente conlleva un consecuente que no es consecuente con lo que con éste se propone, esa libertad lo que realmente representa es una falsa lógica con la que convertir una mentira en una verdad irrefutable.

La segunda, a pesar de que prácticamente la consideremos como utópica, conseguir que la Inteligencia Artificial no se encuentre en manos de aquéllos que por estar detentando el verdadero poder, nos conduzca (del verbo conducir en su sentido más peyorativo), a una sociedad, que por las injerencias de dicho poder, convierta en un presente, lo que no deseáramos fuera nuestro futuro.

La tercera, la de transformar el modelo de sociedad que como consecuencia de unos derechos y una libertades que nos hemos arrogado subjetiva y compulsivamente, la hemos degradado de tal forma, que nos ha llevado a un convivir en una comunidad en la que habiéndose eclipsado la moral que otrora representaba un vivir con, hemos dejado atrás los supuestamente añejos patrones represivos regulados por el Principio de la Realidad. Hemos llegado a un punto en el que en nombre de una libertad tan extremadamente subjetiva, incluso la consideramos que se encuentra por encima del principal de los derechos: el Derecho a la Vida. Hemos llegado a contemplar que en un aborto concurren argumentos que personal y hasta jurídicamente lo diferencian de un asesinato. O por lo menos, una eliminación justificada de un proceso que está representando el origen de nuestra propia existencia: la unión entre un óvulo y un espermatozoide que al llevarnos a la conformación de un cigoto, al poseer éste una entidad propia y por tanto un derecho de no estar determinado por el que tengan aquellas entidades que le hubieran dado vida, como entidad diferenciada, abortan el derecho de abortar que aleguen las mujeres de ser dueñas de sus cuerpos. Tanto si lo alegaran aquéllas que fueron concebidas voluntariamente, como si lo hicieran aquéllas que sufrieron una violación o un error de cálculo. No podemos aferrarnos a la falacia del carro; es decir, adherirnos a lo que socialmente hemos llevado a contemplar como normal considerándolo como un testimoniándolo como algo razonable en función de las considerandos aportados por las partes; ya porque muchas personas así lo piensan, ya porque este recurso está tan generalizado, como de suyo es hasta natural. Es necesario, que al menos contemplemos que tanto un espermatozoide como un óvulo no fecundado no generan vida. Que ésta sólo se inicia como consecuencia de su unión; y que por tanto, al haberla adquirido, esta entidad constituye una unidad diferenciada de la mujer en la que fue gestada. Aunque la portadora de este inicio de la vida todavía no perciba la suerte en la que voluntaria o involuntariamente se ha visto involucrada. Y como refrendo de esta diferencia nos es dable observar que cuando un espermatozoide se ha fundido con el óvulo, se inicia un desarrollo que no se corresponde con la persona en la que se ha engendrado; un proceso que conocemos como gastrulación, y que consiste en que una vez que se ha producido la fusión de los gametos (3) femeninos y masculinos, el resultado es un cigoto que va evolucionando con la creación y organización celular a través de la formación de varias capas que constituyen el embrión de los distintos organismos vivos. Una segmentación que comporta toda una serie de cambios y transformaciones entre las cuales, el óvulo fecundado se protege de la infiltración de leucocitos y microorganismos, así como de la polispermia (4).

UN POTENCIAL CON DERECHOS

Una vez descritas  -aunque haya sido grosso modo-, las enormes vicisitudes, requisitos y accidentes que aún antes de la formación del cigoto se tuvieron que dar, a mi entender hemos de ser conscientes que el resultado de un proceso creacionista que se inició en lo inorgánico, de éste a lo orgánico, para culminar en la aparición de una consciencia consciente de su propia existencia, es un proceso que nos afecta a todos. El interrumpirla en función de los deseos de otros, a igual que en las guerras, es un crimen - especialmente por parte de aquéllos que las promovieron. Nadie tiene derecho a cortarla de un tajo en contra de los deseos del que haya de ser eliminado; ya sean estos involuntarios o instintivos. Sobre todo porque hay multitud de formas y de medios con los que evitarlo. Especialmente un embarazo.

No voy a entrar en el hecho de que en la sociedad hay innumerables parejas que acogerín  en su seno lo que en el de su progenitora no era deseado. No voy por ahora a examinar ni siquiera las razones por las que tanto con su eliminación como con su prevención se producen una serie de secuelas que son en gran parte las causantes del tipo de sociedad que hemos construido. Y no voy a hacerlo porque como sujetos en los que según Freud intervienen tanto el Principio del Placer como el de la Realidad, al generarse una interacción entre un Ello inconsciente y un Yo, que por ser preconsciente necesita la existencia de un Superyo con el que conscientemente se ponga un freno a las exigencias inconscientes, para materializar este proceso se precisan unas represiones que en multitud de casos acarrean unos síndromes de la personalidad, que han ocasionado delitos y crímenes irreparables. Unos cometidos que violando las leyes fundamentales del derecho, ni podemos previamente conocerlos, ni nos es dable por tanto eliminar a sus potenciales causantes. Tenemos desgraciadamente que esperar que los cometan para después juzgarlos, ya que sin evidencia no hay delito. Y aun habiéndolo, por seguir teniendo sus derechos se encuentran sometidos al imperio de una Ley que no esté hipotecada ni por las subjetividades que a ésta traten de imponerle, ni por las opiniones personales de los que hayan de impartirla. Una Ley que teniendo que ser objetiva para con ella misma, no puede recurrir a la muerte como último dictamen de lo que tenga que juzgar. En este contexto, una vez dictada la condena lo que a mi entender tenemos que hacer es aplicarla sin que en su administración haya condenados de primera y presos de segunda en función de la posición que hubieran tenido con anterioridad al momento de ser condenados. Lo que ocurre es que al estar concluyendo este artículo, y teniendo que continuar con aquella segunda cosa que tenemos que hacer, porque un tener que es más exigente que un por, tenemos la imperiosa necesidad de transformar el modelo de sociedad que, como consecuencia de unos derechos y unas libertades que nos hemos arrogado subjetiva y compulsivamente, la hemos degradado de tal forma, que nos ha llevado a un convivir en una comunidad en la que convivir nada tiene que ver con vivir con. Una tarea que por su complejidad y envergadura tendrá que se contemplada en los próximos artículos.


(1) En su viaje a través del tiempo, este autor retrata una civilización que lejos de ser más avanzada consituía un mundo en decadencia habitados en su superficie por unos seres hedonistas, los Elois; un tipo de civilización en la que no se utilizaba la escritura y en el que la inteligencia y la fuerza física se habían atrofiado de tal modo que cuando descubre que Weena, una mujer Eloi que se estaba ahogando en un rio sin que los Elois les importara, se dio cuenta que además de carecer de inteligencia y de fuerza física, lo que tendría que haber sido una motivación para ellos era sólo un espectáculo.
(2) Erich Fromm, El Miedo  la Libertad, pag. 201, Paidos.
(3) Los gametos son haploides; es decir, que tienen la mitad de los cromosomas de las células normales; es decir, 23 en los seres humanos. Los gametos pueden ser masculinos (espermatozoides) o femeninos (óvulos); y durante la fecundación, los gametos se fusionan para formar el cigoto, que tendrá el número completo de cromosomas (46 en los humanos).
(4) La polispermia es la penetración de más de un espermatozoide dentro del óvulo. Cuando se produce la entrada y la fusión de varios espermatozoides se generan células no diploides y el desarrollo generalmente se detiene. En los humanos, la poliploidia es fatal para el embrión y se ha detectado en casos de abortos espontáneos entre el 10% y el 20% de los casos.

El darwinismo capitalista (XIII)