El 23 de octubre del pasado año 2023, hace ya pues algunos días, comenzó la huelga en TESLA en Suecia, ante la agresión empresarial contra la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva en 12 talleres mecánicos del país. Desde entonces se ha desarrollado una continua acción sindical de mucho interés, aunque solo en los países nórdicos, con huelga en sus instalaciones y el boicot de los trabajadores de sus proveedores (estibadores, camioneros, electricistas del mantenimiento…, de correos, músicos…), todo ello impulsado por el sindicalismo nórdico, IF Metall. Un tipo de acción sindical sin demasiadas experiencias hasta ahora en lo que supone de solidaridad de los proveedores, del entorno industrial y comercial, en un país desarrollado. A ello me referí hace ya algunos meses.
Desde entonces se han producido acciones solidarias de boicot a TESLA solamente en Noruega y Finlandia, a las que se ha incorporado también un sindicato de directivos y oficinistas nórdico.
El reciente 8 de julio de 2024 IndustriALL Global Union (Federación Sindical Internacional de industria) informaba que proseguía la acción sindical en Suecia. Por parte de la CSI-ITUC (Confederación Sindical Internacional) he encontrado una única información consistente en solo 3 líneas entre los muchos folios de un documento sobre las violaciones de los derechos del trabajo en el mundo en 2023. ¡Y NADA MÁS!
Sobre esta importante acción sindical sí ha hablado el dueño de TESLA, Elon Musk, el hombre más rico del mundo según Forbes (le atribuye un patrimonio personal de 244,3 mil millones de dólares USA), quien en noviembre pasado afirmaba: “los sindicatos generan negatividad en la empresa”, como recoge IndustriALL.
Pasados 9 meses desde el inicio de la huelga en los talleres suecos, sorprende, ¡escandaliza!, que no se haya producido aún una respuesta sindical global, coordinada y solidaria.
La victoria de los trabajadores suecos sería muy importante, por el contenido de la huelga y por la multinacional a la que se enfrentan. Importante, evidentemente, para los trabajadores de Suecia de los talleres que trabajan para TESLA, pero también (¿menos evidente?) para los muchos trabajadores de todo el planeta que trabajan en las fábricas de y para TESLA, así como para la clase trabajadora de la industria del automóvil. Y con ellos para todos, si se demuestra y comprueba que ninguna de estas grandes multinacionales es invencible.
Nada explica la inoperancia de los ámbitos sindicales globales en TESLA, en la industria del automóvil, y más allá ... Alguna breve noticia hay, como la de que en este me de julio los sindicatos nórdicos del metal, IF Metall, están hablando con sus colegas de Alemania y Estado Unidos examinando una posible (¿necesaria?) “estrategia global”. ¡Eso es todo!
¡La inoperancia del sindicalismo global organizado es evidente. Prefiero pensar que expresa solamente incompetencia!
