lunes. 30.09.2024
Felipe VI y López Obrador durante la visita del monarca al país latinoamericano para la investidura del expresidente (2018)
Felipe VI y López Obrador durante la visita del monarca al país latinoamericano para la investidura del expresidente (2018)

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Si en los últimos tiempos, las relaciones diplomáticas entre España y Latinoamérica ya eran bastante complejas –llamada a consultas en mayo a la Embajadora en Buenos Aires, como respuesta a las declaraciones públicas del presidente Miley sobre Begoña Gómez; más recientemente, amenaza de ruptura de relaciones, incluso comerciales. por parte de Venezuela– esta semana se ha producido una nueva vuelta de tuerca con el veto al jefe del Estado español en la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México. El motivo: no responder a la carta enviada en marzo del 2019 por su antecesor,  López Obrador –si bien no se hizo pública de manera oficial en conferencia de prensa por parte del exmandatario hasta enero del 2021– donde instaba a Felipe VI, a  pedir perdón por los desmanes producidos durante la Conquista y la Colonia. 

Dejando de lado la oportunidad de la acción por parte de la nueva presidenta, la respuesta del Gobierno o asistencia de representantes de los partidos a la izquierda del PSOE a dicho acto, tal vez sería necesario plantearse de nuevo si tiene sentido una petición perdón por unos acontecimientos que tuvieron lugar más de quinientos atrás [I].

No debemos olvidar que la sociedad española actual es fruto de un devenir histórico que ha configurado su identidad y parte de esa identidad es su relación con Latinoamérica

Desde un punto de vista estrictamente social, los españoles y españolas del siglo XXI, para nada tienen responsabilidad sobre unos hechos, pese a su gran luctuosidad, causados por sus antepasados en épocas remotas. Sin embargo, tanto en esos años, como en la actualidad, las razones y reacciones sobre la petición varían: desde la indignación de quienes reivindicarán la gesta de la Conquista y la Colonia como garante de un proceso de civilización, a la postura mucho más comprensiva de quienes consideran necesario asumir como parte de la historia el etnocidio cometido, en unas circunstancias sociohistóricas que nada tienen que ver con las actuales y que tampoco justifican el retraso y la pobreza de la región. 

Si Felipe VI no ha pedido disculpas a su país por los excesos cometidos por la monarquía en la persona de Juan Carlos, difícilmente los va a pedir por unos hechos acaecidos hace 500 años

Dicha petición de perdón por unos hechos ajenos a las generaciones actuales no serían otra cosa que una metáfora sobre una nueva óptica para analizar los acontecimientos que nos ocupan y posiblemente un buen ejercicio como sociedad. Así, no debemos olvidar que la sociedad española actual es fruto de un devenir histórico que ha configurado su identidad y parte de esa identidad es su relación con Latinoamérica. En este sentido, queremos resaltar las palabras del Papa Francisco que sí respondió a una carta formulada en términos parecidos con respecto al proceso evangelizador: seguir dando pasos en vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de intereses particulares, las tensiones y los conflictos.

Por el contrario, siendo realistas, podemos afirmar sin demasiado temor a equivocarnos, que dicha petición no se va a producir. Felipe VI no ha pedido disculpas a su país por los excesos cometidos por la monarquía en la persona de Juan Carlos; más ahora, cuando se han hecho publicas imágenes y detalles de su relación con una artista muy conocida en su momento que –además de la participación de los servicios secretos para facilitarla primero y ocultarla después; el conocimiento y por ello la connivencia de los gobiernos de turno– ha sido financiada con dinero público. Si no ha pedido perdón por esos acontecimientos de nuestra historia reciente, difícilmente los va a pedir por unos hechos acaecidos hace 500 años y realizados en parte por una dinastía a la cual él no pertenece-. Por supuesto que actuar de esta manera, no solucionaría nada, pero tal vez contribuiría a mejorar, y más en estos últimos días, su ya bastante deteriorada imagen. 


[I] Cfr: Ureña, A (2021): 12 de octubre: ¿pedir perdón? Panorama Cultural de 12-10-21

Sobre perdones y otras metáforas