sábado. 12.10.2024
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Jaime Polo | @lovacaine

"If you follow the instructions, what could go wrong?". Esta pregunta, aparentemente sencilla, guía la espiral descendente de The Substance, un filme que no sólo explora el deseo de la juventud, sino también las sombras profundas de la identidad, la autoestima y la alienación en la cultura moderna.

La ilusión de una juventud eterna

La trama se centra en una droga de mercado negro que permite a quien la toma replicar su apariencia joven, una versión mejorada y más deseable de sí mismo. En un mundo donde la fama y el éxito parecen inextricablemente ligados a la juventud, The Substance plantea preguntas incómodas sobre la autoimagen y el valor que la sociedad otorga a las apariencias. Mientras la protagonista experimenta este rejuvenecimiento temporal, se explora su creciente desconexión con la realidad y con su propio ser. Lo que comienza como un simple intento de recapturar una versión idealizada de sí misma rápidamente se convierte en un descenso hacia el horror.

Lo interesante aquí es cómo la película juega con la noción de autoestima. Es fácil, cuando eres joven, decir que debes aceptar quién eres, pero The Substance desafía esa seguridad. Moore, en su rol, encarna esta lucha interna, enfrentando la presión social y personal de aferrarse a algo que ya no puede ser. El guion te obliga a reflexionar: cuando envejecemos, ¿cuánto de nosotros estamos dispuestos a sacrificar para evitar el inevitable paso del tiempo? El espejo que te devuelve la película es incómodo, como una versión distorsionada de nuestra propia inseguridad colectiva.

Hipersexualización y crítica social

El uso de la hipersexualización en The Substance está lejos de ser gratuito. La versión más joven de la protagonista, interpretada por Margaret Qualley, es una figura hipersexualizada y casi surrealista, un producto de fantasía que encarna lo que la industria espera de ella. Este contraste entre las dos versiones de Moore, la real y la idealizada, subraya el comentario de la película sobre cómo las mujeres son vistas y tratadas en la industria del entretenimiento. Lo que al principio parece una exageración pronto revela su coherencia temática: la película necesita este tratamiento visual para mostrar la crueldad de una sociedad que fetichiza lo superficial.

El cuerpo y la imagen son tratados como productos de consumo, tanto para el público como para la propia protagonista. No es solo una crítica a la cultura de Hollywood, sino un reflejo de cómo la juventud y el atractivo físico se han convertido en moneda de cambio en todos los aspectos de la vida moderna.

Ecos de King Kong

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El paralelismo con King Kong se hace evidente en los momentos finales de la película. La protagonista, ahora completamente transformada y fuera de control, se convierte en un monstruo para la sociedad que la había encumbrado como un ícono. Como el gran gorila que fue traído a la civilización solo para ser derribado, la protagonista de The Substance sucumbe a las mismas fuerzas que la elevaron. Su caída es trágica, y la sociedad que una vez la celebró la devora sin piedad.

La escena final, en la que la protagonista muere sobre su estrella de la fama en Hollywood, es particularmente devastadora. Esa estrella, un símbolo de su éxito, se convierte en su tumba, un recordatorio de que la fama y la juventud son efímeras y, en última instancia, destructivas.

Viviremos hasta que nos dejen de recordar.

'The substance': ¿qué estarías dispuesto a hacer por volver a ser joven?