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Antonio Ávila |
Coralie Fargeat, quien ya sorprendió con su thriller vengativo Revenge, y como una de las directoras de la serie Sandman, regresa con La sustancia, una cinta que mezcla el body horror, la comedia negra y la crítica social a partes iguales. Para ello cuenta en el reparto con dos pesos pesados de la actuación como Demi Moore y Dennis Quaid y con la joven actriz Margaret Qualley. La película se estrena en cines el próximo 11 de octubre tras su paso por el Festival de Sitges.
Pocas veces he visto una representación tan certera y poética de la fugacidad de la fama como la que se ve en el comienzo de esta película: Un plano secuencia cenital nos muestra el paso de los años de una estrella del Paseo de la Fama de Hollywood. Al principio resplandece, pero el paso de las estaciones, los lustros y el continuo ir y venir de peatones comienzan a resquebrajar y deslucir la placa, sin que nadie repare en ello. Esta imagen podría ser una analogía del rostro, la figura y la vida de Elisabeth Sparkle (irónico que sparkle signifique brillar), actriz y antigua superestrella a quien está dedicada la placa, y que ya se encuentra en sus años de madurez haciendo un programa matinal de fitness. Así se presenta a la protagonista de esta cinta, interpretada por Demi Moore, quien no solo nos regala una estupenda interpretación, sino que además luce espectacular, y quien a diferencia de su personaje sigue siendo una gran estrella de pleno derecho.
'La sustancia' es una crítica feroz a la farándula estadounidense
Gracias a un extraño experimento la película nos muestra el tira y afloja de Elisabeth y su “alter ego” Sue, interpretada por la joven y guapísima actriz Margaret Qualley, y quien también realiza un buen papel. Qualley, como curiosidad, es la hija de la también actriz Andie Macdowell. Este tira y afloja ya comentado es lo que mantiene el estupendo ritmo de la película, así como un equilibrio que si se rompe sólo llevará al desastre. Obviamente cuando esto sucede una serie de acontecimientos van dando lugar hasta llegar al más absoluto delirio, el cual para alguno podría resultar un tanto excesivo, pero para otros resultará genial. Aquí estamos incluidos en el segundo grupo. Dar más detalles sería desvelar spoilers innecesarios, pero esta es una película de la cual, cuanto menos se sepa mejor, ya que no deja, en absoluto, indiferente. Tan solo decir que es una crítica feroz a la farándula estadounidense muy original que puede recordar en algunos puntos a clásicos del body horror, y que también explora temas ya manidos, pero siempre interesantes, como la fugacidad de la fama, la falta de aceptación y la falta de escrúpulos de los mandamases del show busyness. Respecto a este último tema no puede faltar mencionar el papel de Dennis Quaid, quien sustituyó a Ray Liotta debido al fallecimiento de este. Quaid nos regala una interpretación absolutamente repulsiva, desagradable y delirante de un productor hortera y sin escrúpulos. Es todavía más desagradable suponer que este personaje probablemente sea mucho más real de lo que se pueda imaginar.
Algo que también hace muy interesante a La sustancia es su apartado técnico. El buen uso de los planos cenitales a nivel narrativo, el uso del sonido para exagerar sonidos desagradables, primeros planos para acentuar estas sensaciones, el uso de colores chillones… todo esto hace de La sustancia una película muy interesante a nivel plástico y narrativo, que enfatiza perfectamente lo que está relatando la historia.
La sustancia es una película muy interesante, muy bien narrada, visualmente atractiva, con unas interpretaciones más que solventes y con un mensaje que a día de hoy sigue siendo más que necesario. Y dudo mucho que Demi Moore, al contrario que su personaje, caiga jamás en el olvido, pues sigue siendo una gran y bella actriz. Una gran estrella.
