domingo. 30.06.2024
Esther Palomera, Manuel Sánchez, José Bono y Luis Arroyo

Manuel Sánchez González (Cáceres 1967) es periodista y escritor. Ha sido redactor durante 22 años de tribunales y política del diario El Mundo. Allí se forjó al lado de relevantes periodistas de la transición como Raúl del Pozo ( el mítico Raúl Júcar de Mundo Obrero en la clandestinidad del franquismo) y es conocido en la profesión por su entrega, pasión y rigor a la hora de conseguir fuentes fidedignas de información y contrastarlas sin descanso. También ha trabajado en elDiario.es, Público y República.com. Tiene publicados varios libros entre los que destaca "Las noticias están en los bares" título significativo del principal lugar de origen de algunas de sus exclusivas.

Recientemente ha publicado dos libros sobre personalidades políticas de la izquierda española,  Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno de España y lideresa de SUMAR y José Luis Rodriguez Zapatero, expresidente de gobierno y uno de los principales defensores en la actualidad del gobierno de coalición de Pedro Sánchez.

"Manu" como le conocen sus amigos, ha presentado su libro "Zapatero el legado progresista" en Cáceres, Madrid, Gandía, Chiclana de la Frontera y Rivas Vaciamadrid como inicio de una gira por diferentes ciudades. En Madrid estuvo acompañado en la tribuna por José Bono, profundo conocedor de la gestión y personalidad de Zapatero y por la periodista Esther Palomera, una de las referentes periodísticas y profesionales de Manuel Sánchez.

Jorge Bezares, José María Román y Manuel Sánchez en Chiclana de la Frontera 15 de mayo 2024

Una persona imparcial que quiera realmente saber que ha ocurrido en España en los últimos 20 años debe leer el libro sobre la gestión de Zapatero, que con sus luces y sombras, se explica con crudeza y sin concesiones por parte de Manuel Sánchez. Leyes que en la actualidad todos damos por asumidas y "normales" como la ley contra la violencia de género, ley de igualdad, tabaco, matrimonio homosexual o el "divorcio exprés" así como la retirada de las tropas de IRAK o el final del terrorismo de ETA se concretaron durante los años de gobierno de un joven de León que por sorpresa se encaramó a la secretaría general del PSOE y ganó unas elecciones en las que todas las encuestas daban como favorito a Mariano Rajoy.

Nueva Tribuna le entrevista después de su presentación en Chiclana de la Frontera donde ha estado acompañado en la tribuna por el alcalde de la localidad José María Román y el periodista gaditano Jorge Bezares.

NT.- Manuel, después de haber profundizado en la gestión del Gobierno de Zapatero y entrevistado a muchos de los protagonistas de ese periodo para escribir tu libro, ¿Qué valoración global haces de sus decisiones para el conjunto de los españoles?

R.- Creo que en muchos aspectos positiva, aunque también tiene sus puntos negros o, más bien un punto negro: la gestión de la crisis económica de 2008. Me parece incuestionable el legado de Zapatero en derechos sociales y de ciudadanía con leyes tan emblemáticas como la ley contra la violencia de género, la ley de Memoria Histórica, la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de Igualdad o implantar el cuarto pilar del estado de derecho como fue la ley de Dependencia. El punto negro, como decía, fue cómo abordó su Gobierno la crisis del Lehman Brothers, aquel pleno en el que anunció brutales recortes económicos y aquella modificación de la Constitución para poner como prioridad la estabilidad presupuestaria. Hay mucha gente que todavía no se lo perdona. En todo caso, por lo que pasará con toda seguridad Zapatero a la historia es que bajo su Gobierno se acabó con el terrorismo de ETA.

NT. Por lo que explicas, sus propuestas sobre el feminismo, la violencia machista o el matrimonio entre personas del mismo sexo han sido asumidas por la mayoría social de nuestro país. ¿Crees posible una reversión de estos derechos en el futuro?

R.- Los derechos que se conquistan hay que preservarlos y luchar por ellos cada día. Hay una corriente ultraderechista en España y en Europa muy peligrosa y, en especial, contra los derechos de las mujeres. No es casualidad que Vox en España haya hecho bandera en negar la violencia de género, o el revisionismo que se está haciendo en algunas comunidades autónomas gobernadas por el PP y Vox sobre la ley de Memoria Histórica. Hay que estar vigilante y preservar esta conquista en derechos.

NT. Zapatero cumplió su palabra de retirar las tropas españolas de Irak y en la actualidad impulsa políticas por el fin de las guerras y la condena de agresiones como las sufridas por Ucrania, Israel y Palestina. Esta convicción pacifista consideras que la traía de origen o la adquirió durante su etapa de gobierno.

R.- Como otras actuaciones de Zapatero estuvieron más obligadas por las circunstancias, como la ley de Memoria Histórica, que no se contemplaba en el programa del PSOE y que fue impulsada por el acuerdo legislativo que hubo en la primera legislatura con ERC, en el caso de la apuesta por la paz de Zapatero creo que la lleva en los genes. En el libro se cuenta que estando en la oposición decidió no levantarse al paso de la bandera de Estados Unidos en el desfile del 12 de octubre de 2003. El propio Zapatero cuenta en el libro que no lo hizo por desprecio hacia la bandera de Estados Unidos, sino por la participación de Estados Unidos en la guerra de Irak. La decisión de la retirada de las tropas el mismo día que su Gobierno tomó posesión fue la prueba inequívoca de que Zapatero repudia las guerras y sus actuaciones posteriores así lo avalan.

NT. Destacas en varios capítulos el final de ETA durante su mandato y el apoyo a una España plurinacional. Crees que la visión que tenía Zapatero de España se va abriendo camino o por el contrario se puede generar una cierta "recentralización política".

R.- Zapatero cambió el modelo territorial que tenía el PSOE. Hasta su llegada a la Secretaría General el PSOE apostaba por una España autonomista y él fue llevando al partido a apostar por una España federal. Fue traumático en el PSOE, tuvo muchas resistencias y algunas disidencias internas, pero creo que, al menos en las filas socialistas, sí está ya implantado como posicionamiento político caminar hacia una España federal y más descentralizada. Al igual que ocurre con los derechos de ciudadanía sí se observa una regresión de algunos partidos de buscar una recentralización política. Vox apuesta abiertamente por suprimir las autonomías y hay discursos del PP que vuelven a hablar de centralizar algunas competencias.

NT. Mencionas en otro capítulo que Zapatero cambió la relación con los medios de comunicación y facilitó el diálogo y la participación de los mismos. Tu que te has dedicado casi 30 años a conocer por dentro a los partidos políticos, especialmente el PSOE, ¿Cuál crees que debe ser la relación entre los políticos y los periodistas?

R.- En el libro se cuenta que Zapatero cambió la relación del PSOE primero, y después de su Gobierno, con los medios de comunicación. Esto también supuso una tormenta en el partido. En el PSOE había medios que estaban vetados y había orden a sus dirigentes de que nunca dieran una entrevista a esos medios, entre ellos, “El Mundo”. Y Zapatero levantó esos vetos. Concedió una entrevista a “La Cope” dos meses después de ser presidente del Gobierno y mantuvo con el director de “El Mundo”, Pedro J. Ramínez, una relación que podríamos calificar como preferente, para la indignación de una buena parte de los dirigentes de su partido y algún que otro medio de comunicación. Mi opinión es que un partido no debe vetar a ningún medio, que debe estar abierto a ir a entrevistas cómodas y menos cómodas. Zapatero lo explica en una frase que lo resume perfectamente: “No hay que ir sólo a los medios donde sus lectores u oyentes están todos convencidos, hay que ir a otros donde posiblemente puedas convencer a los que no te apoyan”. Pedro Sánchez lo hizo en la última campaña de las generales, yo creo que influido por Zapatero, y estuvo en el programa de Ana Rosa Quintana o en “El Hormiguero”. Y no le fue mal.

NT. ¿Animarías ahora a un joven estudiante que haga periodismo y se dedique al periodismo parlamentario y a informar de la actualidad política?

R.- Cada cuál debe buscar en esta profesión su sitio o donde las olas le lleven. Yo estuve haciendo seis años información de tribunales y en el año 2000, con la llegada de Zapatero, en mi antiguo periódico, el diario “El Mundo”, me encargaron hacer información del PSOE y del Grupo Parlamentario Socialista. Al principio no me gustó porque me encantaba la información judicial, pero tras 24 años haciendo información política tengo que confesar que me apasiona esta información. Es una información difícil, delicada, con muchas aristas y peligros, que va más allá de las declaraciones de los políticos y de los argumentarios de los partidos. Hay que meterse en las tripas del partido o del Gobierno, hablar con mucha gente, contrastarlo todo y, sobre todo, intentar hacer información seria y objetiva. Yo es lo que he procurado durante estos 24 años.

NT. De tu larga trayectoria periodística ¿De qué noticia que has dado o investigación que has protagonizado te sientes más satisfecho?

R.- Me voy a poner algunas medallas, porque me vienen muchas a la cabeza. Publiqué que María Teresa Fernández de la Vega iba a ser la primera mujer vicepresidenta del Gobierno cuanto todo el mundo apostaba por Jesús Caldera. Dí en primicia que Zapatero iba a adelantar las elecciones en 2011 o que Sánchez había decidido presentar la moción de censura en 2018. Pero la que más recuerdo es cuando anuncié que el PSOE había decidido dejar de pagar a los abogados de los dirigentes socialistas implicados en el “caso GAL” y en el “caso fondos reservados”. Fue un día antes de que el Comité Federal tomara esta decisión y era una información sustentada en fuentes, no un comunicado oficial. Abrimos “El Mundo” con ese enunciado y Pedro J. Ramírez, viendo la portada esa noche, estaba convencido de que nos iban a desmentir al día siguiente porque Zapatero no iba a tener el coraje suficiente para soportar las presiones de la vieja guardia. Esa noche no dormí nada. No respiré hasta que a las cinco de la tarde hablé con Pepe Blanco y me dijo: “Se ha decidido por unanimidad dejar de pagar a los abogados de los implicados en estos procesos”. Es de esos pocos momentos en esta profesión que uno se siente el hombre más feliz del mundo.

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¿Qué legado aportó Zapatero en sus años de gobierno?