lunes. 12.08.2024
Carmen Cortés
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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Carmen Cortés, reconocida bailaora, coreógrafa y directora española, nos invita a explorar las profundidades del flamenco en su nuevo espectáculo 'Memorias'. Según la artista, "el flamenco guarda las melodías del alma, aquellas que resuenan a través del tiempo, llevándonos a lugares y momentos que creíamos olvidados".

Con motivo de la presentación de su espectáculo los días 17 y 18 de agosto en el Festival de San Lorenzo 2024, organizado por la Comunidad de Madrid, hemos tenido el privilegio de conversar con Carmen Cortés, una figura emblemática que ha dedicado su vida a preservar y transmitir la esencia del flamenco.

Vicente I. Sánchez | En 'Memorias' apelas a la esencia del flamenco. ¿Cómo surge este proyecto?

Carmen Cortés | Este espectáculo nace de nuestra preocupación por el flamenco y el arte en general, ya que todo está excesivamente politizado y monetizado. Un ejemplo de ello son los tablaos, que antes servían como una plataforma para jóvenes talentos, un lugar donde podían desarrollarse y encontrarse con artistas consagrados. Hoy en día, sin embargo, se mueven principalmente por intereses mercantiles.

Entiendo que es fundamental comprender nuestras raíces.

Así es. Por eso he creado un espectáculo que analiza dónde se encuentra el flamenco y cuáles son sus orígenes. Este es un arte que se transmite de forma oral y que, además, requiere mucha pasión y dedicación. En las escuelas se enseña muy bien, y sin duda hay una gran calidad y técnica, pero a veces se echa en falta ese amor profundo por lo que se hace. La danza y la música son disciplinas que requieren pasión.

Este espectáculo nace de nuestra preocupación por el flamenco y el arte en general, ya que todo está excesivamente politizado y monetizado

El espectáculo surge como un intento de recuperar esa memoria y reflexionar sobre nuestras raíces, las que nos enseñaron nuestros padres y que continuamos desarrollando en las compañías en las que nos formamos. Antes no se trataba de dominar un paso u otro, sino de escuchar, sentir y transmitir todo eso en un escenario. La idea del espectáculo es recuperar la memoria de este arte, uniendo a distintas generaciones para que compartan lo que cada uno aprendió en su casa.

El flamenco siempre ha estado en contacto directo con el pueblo, y gran parte de su poder nace de la alegría y el dolor del artista en ese momento. En ese sentido, el flamenco se nutre mucho de la vida y de las circunstancias que rodean al artista.

Correcto. Artistas como La Niña de los Peines o Juanito Valderrama tenían letras que hablaban de España y expresaban preocupaciones muy diversas, como la inmigración o la pobreza. Aunque eran muy diferentes entre sí, ambos cantaban el arte y el flamenco a su manera, como una forma de reivindicar nuestra cultura.

Se suele decir que el flamenco hay que mamarlo desde muy pequeño para sentirlo realmente. ¿Cuáles son tus recuerdos en este sentido?

Recuerdo que mi padre me llevaba de pequeña a las peñas flamencas en Barcelona, en la Zona Franca. Allí nos reuníamos para socializar, bailar y compartir ideas sobre el flamenco. Es algo que tengo muy marcado. Mi padre era novillero, y también recuerdo como si fuera ayer cuando me contaba que se había ido a torear desde Jaén hasta Córdoba andando. Lo suyo era pasión, y ese tipo de esfuerzo es algo que hoy en día no se valora lo suficiente.

Volviendo al tema de los tablaos, se dice que en Madrid está el mejor flamenco de España. ¿Es esto realmente así?

Parece que en Madrid hay mucho flamenco y muchos tablaos, pero ¿cómo es posible hacer cinco pases en un mismo día? Lo único que se consigue es agotar al artista, haciendo que cuerpo y mente no estén conectados. ¿Realmente se puede mostrar pasión y disciplina en esas condiciones?

En las escuelas se enseña muy bien, y sin duda hay una gran calidad y técnica, pero a veces se echa en falta ese amor profundo por lo que se hace

En los años 60, el mejor flamenco estaba en Madrid porque había tres o cuatro tablaos, como El Chinitas o Los Canasteros, que no eran solo lugares para tomar una copa, sino verdaderos templos para disfrutar del mejor flamenco. Allí estaban los más grandes, como Camarón, Manuela Vargas, Paco de Lucía… Gente que venía de sus tierras a buscar su futuro. Madrid siempre ha sido la capital del flamenco porque los artistas venían aquí a ganarse la vida y ponían toda su pasión en ello.

Hoy en día, todo eso ha cambiado. Sí, hay muchos tablaos en Madrid, pero con tres o cuatro pases diarios no se puede desarrollar talento. Son espectáculos muy rápidos, llenos de turistas, y en los que a la hora siguiente ya hay otro show.

Al final, el mejor flamenco lo podemos ver en el teatro. En espectáculos como el tuyo, por ejemplo.

El flamenco es la música que mejor nos representa en todo el mundo. Debería haber un teatro permanente donde las mejores compañías y artistas de primera línea pudieran presentar ideas y proyectos de calidad. La pasión se expresa de muchas maneras, y un gran teatro podría ser un punto clave para la difusión del flamenco durante todo el año.

El flamenco es la música que mejor nos representa en todo el mundo. Debería haber un teatro permanente

Es importante encontrar apoyo, ya que el flamenco conlleva muchos gastos. Aunque no uses un vestido de bata de cola, las telas son muy caras. Los pantalones de los chicos son carísimos, y ni hablar de las botas. Si a esto le sumamos un diseñador de iluminación y sonido, etc., el precio puede dispararse. Lo que se ve en escena lleva mucho dinero y esfuerzo. Un teatro permanente podría ser clave para ayudar a nuevos talentos. Por el momento, eso no existe, y la realidad es que muchas compañías están desapareciendo.

¿Cómo ves el futuro del flamenco en España? ¿Se está formando bien a los nuevos bailarines?

No basta con dominar la técnica; el flamenco es mucho más. Por ejemplo, los futbolistas están muy bien preparados físicamente, pero en el arte se necesita algo más que un buen físico. La verdad es que, si haces muchísimos pases de baile, cada cual más difícil, es probable que te concentres tanto en hacerlo perfecto que no conectes realmente con lo que estás bailando. Es importante saber improvisar y adaptarse a los muchos estímulos que hay en escena, y eso no se aprende, se lleva dentro. En definitiva, es necesario encontrar un equilibrio entre técnica y amor por la profesión.

Muchas gracias, Carmen. Nos vemos en el Festival de San Lorenzo.

Carmen Cortés redescubre las raíces del flamenco en 'Memorias'