domingo. 30.06.2024

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Celín Cebrián | @Celn4

Estos días hemos asistido al regreso del veterano actor y director Kevin Costner al Festival de Cannes, después de 20 años de ausencia, donde ha sido aclamado con 7 minutos de aplausos en el estreno mundial de su película Horizon: An America Saga, Capítulo Iuna historia que ahonda en los años previos y posteriores a la Guerra Civil en Estados Unidos (entre 1861 y 1865) y durante un período total de quince años. Pero, ¿qué tiene de especial para despertar ese clamor? ¿Por qué algunos directores vuelven al western arriesgando tanto a nivel personal, profesional y económico, cuando ya han conseguido todo o casi todo aquello que soñaban? ¿Quizás se deba a que el western, más que un estilo o un género cinematográfico, es una manera de estar en la vida? Lo que sí queda claro es que en el western todos sus personajes son reconocibles. Como dice Walter Hill, director de Forajidos de leyenda, “un western podría ser perfectamente un capítulo de la Ilíada. No es más que otra manera de contar la Odisea. Por lo tanto, es imposible que desaparezca, ya que pertenece a la esencia misma de la narración. Las historias son siempre las mismas y los temas también”. 

La saga pretende ser de cuatro películas. Este primer capítulo tiene una duración de tres horas. El monumental díptico está guionizado, coproducido dirigido y protagonizado por Kevin Costner, que regresa para rendirle tributo al western después de Bailando con lobos y Open Range, un género en el que también participó como acto: ahí están películas como Silverado y wyatt Earp, además de la miniserie Hatfields&McCoys, sin contar la actualísima serie Yellowstone. Quince años de historia y tragedia, un viaje épico que la New Line se encargará de su distribución y en el que se mostrarán las adversidades derivadas de la cruenta colonización que sufrieron los pueblos indígenas que habitaban las praderas. Según Costner “Es una historia hermosa y difícil en la que las mujeres intentaban salir adelante. Un mundo muy duro en el que la vida no era fácil”. Y prosigue: ꟷ”Había gente que me decía: Kevin, nadie hace ya películas del oeste. ¿Y tú quieres hacer cuatro…?”. Yo les contesté: ꟷ”He tenido una vida un poco extraña y creo que aún me quedan algunas cositas por hacer. Y ésta es una de ellas. Creo que es un bonito ejemplo. Ese que viene a decir que los sueños se cumplen”. 

El western es un sueño que se proyecta en la pantalla por donde intenta escaparse la ambición humana

Como se suele decir, al western siempre se vuelve aunque no se sepa muy bien por qué. Nadie ha hecho más por este género que Jonh Ford, un hombre que llegó a vivir con los navajos y al que estos le llamaban Natani nez, y que un día llegó a decir que el lugar más bello del mundo era un atardecer en Monument Valley. Algunos, en su despedida del cine, hacían una obra llena de nostalgia. Otros, regresaban para renovar su estética o sus códigos. Pensemos en Django desencadenado de Tarantino. Lo que queda claro es que el western no tiene por qué ser siempre una parábola de forajidos en los que vemos un cartel pinchado en la puerta del bar con el típico “se busca”, o unas cuantas secuencias de tiroteos y unos indios a caballo. En el western también hay una épica y cierto romanticismo. Por ejemplo, en Slow West, uno de los más recientes, que viene del Reino Unido y es el debut de John Maclean, protagonizado por Michael Fassbender, y con unas secuencias de bosques llenos de colores y parajes desérticos, citas de carácter literario, humor negro... O sea, que se vuelve al propio western, a la apuesta clásica, y ésta se va reformulando y transformando con el lenguaje, dándole otro sentido al antihéroe, oscureciendo el tono… Y así, mientras Sam Peckinpah firmaba Grupo salvaje, aparecía por la llanura el spaguetti western, con Sergio Leone a los mandos de la trilogía del dólar: Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, al mismo tiempo que Clint Eastwood entraba en nuestras vidas para después imponerse con una película rotunda, allá por 1992, que cosechó cuatro Oscar y dos Globos de Oro. Pero en realidad, donde tenemos que dirigir nuestra mirada y donde está de verdad la cuna del nuevo western es en Australia con una historia que Niven Cave le encarga a John Hillcoat que escriba y es cuando nace La propuesta, la historia de un hombre interpretada por Guy Pearce. La película tiene una gran fuerza visual, así como una narración cautivadora. Por lo tanto podemos afirmar que el western vuelve a ser emocionante y profundo.

Decía Ángel Fernández Santos que “el western nos enfrenta a dilemas morales”. 

Horizon, escrita junto a Jon Baird (director de la película Tetris), es un viaje por el viejo Oeste, al parecer y según las crónicas, bellamente filmada y con un reparto estelar, entre el que destacar a Danny Huston, que encarna al coronel Houghton, Sienna Miller, en el papel de Frances Kittredge, Sam Worthington como Trent Gephardt, un soldado idealista que se cuestiona el mundo que le rodea y Kevin Costner como Hayes Ellison. Un rodaje que se extendió durante 220 días y que cuenta con más de 170 personajes con diálogos. 

Como decía hace unas líneas, al final todos regresan al western como si todos tuvieran una deuda con él. Hace unos meses, Scorsese regresó con Los asesinos de la Luna. Viggo Mortensen nos ha presentado en Madrid Hasta el fin del mundoY ahora Horizon. Pareciera que, tras un siglo pegando tiros, ahora se buscasen otras vías para expresarse o quizás algunos hayan pensado que ha llegado el momento de ajustar cuentas con la historia, en la que muchos pueblos indígenas han sido humillados. Tal vez se deba también a que a través de este género se puede rastrear la imagen de cada país, sobre todo de los Estados Unidos. El western sigue subiéndose a los lomos de los caballos y cazando bisontes. Incluso, no hace mucho, Pedro Almodóvar nos trajo un cara a cara de un fogoso amor y miradas cruzadas, humanizando el género y conquistando el Oeste con su romanticismo crepuscular. Por lo que parece, al western aún le quedan algunos tiros antes de desaparecer y evaporarse entre el polvo del desierto. Ahí tenemos a los Coen apelando al nihilismo, la comedia y el absurdo en La leyenda de Buster Scruggs o pensemos cómo ha cambiado la representación de la mujer en las películas más recientes, donde los personajes femeninos cobran un protagonismo que cada vez va a más, como se puede comprobar en la película dirigida en 2017 por Tommy Lee JonesDeuda de honor, en la que la cámara sigue a una solterona indomable y tres mujeres al borde de la locura. O la actriz Jessica Chastain en Walks Ahead, que se mete en la piel de una pintora que viaja a Dakota para dibujar un retrato de Toro Sentado. Ya no es cuestión de mucho sol, sudor, wisky, pistolas, la fiebre del oro… Quizás en las películas del Oeste modernas haya algo más emocional, de gente que lucha por una tierra y por seguir su camino, en libertad, mientas las huellas van quedando en esa impresionante naturaleza donde se desarrollan esas historias que siempre seguirán llenando los cines. 

Regresa la poética del western de la mano de Kevin Costner