martes. 30.07.2024
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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Aunque inicialmente sus imágenes y su historia nos llevan por caminos ya ampliamente transitados (especialmente teniendo en cuenta Zodiac de David Fincher, 2007 y El silencio de los corderos de Jonathan Demme, 1991), Longlegs, la nueva propuesta de Oz Perkins, es sin duda una de esas películas que crecen con cada minuto y que acaban seduciendo a su espectador. Si ya en Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas y en Soy la bonita criatura que vive en esta casa, Perkins recurría al terror más friki-gótico en atmósferas decididamente tenebrosas, Longlegs es claramente un paso adelante en su búsqueda del terror más primitivo y complaciente, rozando en lo conceptual con el cine explotación y la serie B. No obstante, en lo formal estamos ante una película intachable, con una fotografía que juega muy bien con el terror sobrenatural y con los códigos más clásicos del thriller policíaco.

Sin entrar en destripes, Longlegs nos cuenta la historia de una talentosa y medio vidente agente del FBI a la que se le asigna un misterioso caso en el que un asesino en serie está cometiendo una serie de crímenes atroces. Un punto de partida para que Oz Perkins nos introduzca en un relato satánico que juega muy bien con las reglas del género y que no se avergüenza de su propuesta, por más que un espectador medianamente atento pueda dilucidar no solo de qué va la película, sino también cómo terminará. Es, además, una propuesta muy cuidada en lo formal, en la que se juega con el formato y en la que en todo momento se percibe un gran gusto por la composición y los movimientos de cámara.

En Longlegs, Nicolas Cage crea un personaje esperpéntico y muy divertido que funciona muy bien dentro de la propuesta tenebrosa que nos presenta Perkins

En este punto cabe recordar que la película llega a nuestra cartelera no tanto como un gran film de miedo, sino bajo el reclamo y sello de ser una nueva propuesta de Nicolas Cage. Algo que conlleva un cierto sello de calidad freak, ya que este actor americano lleva años apostando por un tipo de cine absolutamente libre, creativo y masivo (hace dos o tres películas al año), dando como resultado un género que puede denominarse "pelis en las que sale Nicolas Cage", con títulos muy reivindicables como Mandy (2018) o Dream Scenario (2023), al tiempo que propuestas inflamables como Prisioneros de Ghostland (2021) o  Willy's Wonderland (2021). En Longlegs, Nicolas Cage crea un personaje esperpéntico y muy divertido que funciona muy bien dentro de la propuesta tenebrosa que nos presenta Perkins, y que en última instancia parece casi una creación de nuestro querido Joaquín Reyes. Como agente del FBI nos encontramos con una convincente Maika Monroe, quien consigue sacar bastantes registros de un personaje bastante trillado pero sobre el que recae con bastante éxito la cinta.

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Longlegs es una buena película de miedo que nos traslada hasta esa América rural tan cinematográfica en la que el diablo siempre parece estar rondando. Nuevamente nos enfrentamos a fuerzas que van más allá de lo humano, y que en el fondo no dejan de ser una metáfora de nuestros demonios internos y frustraciones. Muñecas siniestras, ritos satánicos, niebla, nieve, casas incomunicadas en las que nadie querría vivir... no falta de nada en esta película tan imperfecta como divertida, y siempre a medio camino de estrellarse en lo argumental. Solo una advertencia: Nicolas Cage solo aparece 10 minutos, pero puede que sean los 10 minutos más desatados y tenebrosos del año.

'Longlegs': terror gótico con el sello Nicolas Cage