domingo. 30.06.2024
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James Fernández Cardozo |

El éxito es la consecución feliz de nuestros sueños más queridos. Comúnmente, consideramos exitosa a una persona que ha logrado los objetivos que se ha propuesto. No obstante, cabe preguntarse si existen ingredientes esenciales para alcanzar el éxito.

Podemos hallar respuesta a esta cuestión en la película "Gran Turismo", bajo la perspectiva de los elementos discursivos de la semiótica discursiva de París. En esta película, un héroe juvenil alcanza una dimensión superlativa, desafiando la creencia general de que ella era inalcanzable. La trama gira en torno a la transformación de un grupo de jugadores de la famosa franquicia de videojuegos de simulación de automovilismo en corredores de carreras reales de alta competición.

La historia biográfica narra la experiencia de Jann Mardenborough, un piloto de automovilismo británico que derrotó a 90.000 competidores para convertirse en el tercer y más joven ganador de la competencia GT Academy Winner. Este ejemplo evidencia que incluso los sueños más desafiantes pueden hacerse realidad e inspira a incorporar los cinco ingredientes discursivos del éxito en la búsqueda de cualquier estado ideal que nos propongamos.

Solo Kazunori Yamauchi, el creador de la popular franquicia japonesa de videojuegos “Gran Turismo”, consideraba posible que un grupo de jugadores de simulación de carreras pudiese llegar a convertirse en un grupo de corredores en carreras reales de alta competición. Y lo lograron mediante la articulación de cinco ingredientes que la semiótica discursiva viene examinando respecto de obras narrativas de contenido heroico. Bajo esta luz, nuestros héroes modernos en sus hazañas no se diferencian de los antiguos héroes mitológicos.

El objeto de deseo

El primer ingrediente discursivo se relaciona con la definición de un estado ideal, un objeto de deseo al que aspiramos conquistar. Detrás de la búsqueda de este estado, se encuentra un telón tejido con valores, esas prácticas sociales que garantizan la vida y la felicidad, y que serán conservadas o renovadas a través de la acción heroica. Estos estados ideales que buscamos alcanzar son los que finalmente definirán la evaluación de la meta conquistada y nuestro viaje hacia ella.

En el contexto de la película Gran Turismo, nuestro héroe, Jann Mardenborough, aspira a convertirse en piloto de carreras profesional, desafiando la idea previamente existente de que un jugador de videojuegos no podría competir en el mundo real. "Lo único que he querido es ser piloto y eso es lo que voy a hacer, creas en mí o no", le dice Jann a su padre antes de partir tras su sueño.

En la película, no solo Jann Mardenborough es un héroe, sino que su mentor, Jack Salter, también lo es

En la película, no solo Jann Mardenborough es un héroe, sino que su mentor, Jack Salter, también lo es. Jack es un ingeniero que se retiró de las carreras desmotivado por un fracaso en el pasado. Recibe el llamado a la aventura por parte de Danny Moore, un ejecutivo de marketing de la marca Nissan, para dirigir un proceso que convierta a los jugadores de “Gran Turismo” en verdaderos corredores de alta competición a nivel mundial.

Jack Salter manifiesta reticencias ante Danny para acometer la aventura, lo que activa la tensión de los valores de base en los que ya el espectador está implicado. Sin embargo, en una reunión de trabajo de la empresa “Cappa”, que organiza competencias deportivas de autos, la negativa de Jack termina ante el juicio denigrante del joven soberbio Nicholás Cappa sobre el recorrido anterior de Jack, haciendo emerger la modalidad de influencia de la provocación, lo que hace actuar a Jack aceptando ante Danny acometer la aventura.

Jann Mardenborough acepta de inmediato la llamada a la aventura debido a su deseo arraigado de ascender más allá de la experiencia virtual. Una vez seleccionado para participar en la GT Academy por su desempeño en el juego, se compromete a competir en el simulador y llegar al primer lugar, convirtiéndose en parte de la competición para conducir autos reales. En esta etapa, Jann conoce a su amiga Leah Vega, quien finalmente se convierte en una fuente significativa de motivación. Ni siquiera el mito del conflicto con su padre representa un obstáculo para el propósito de Jann de competir virtualmente para acceder al mundo real.

La intención

No es suficiente tener la meta a la vista, es decir, el objeto de deseo. El mundo nos presenta innumerables estados ideales de vida para alcanzar, pero según nuestros valores más profundos, nacerá el segundo ingrediente del éxito: la intención, es decir, nuestra voluntad que se inclina en una dirección específica y que debe mantenerse viva a lo largo de todo el recorrido.

La intención se nutre de una esencial vitamina que podemos denominar la creencia, esa certeza de que es posible y probable que alcancemos el objeto de deseo. Sabemos que las buenas intenciones no son suficientes y que se requiere de la creencia en sí, a la que aludía el filósofo Ralph Waldo Emerson en su obra "La Confianza en uno Mismo."

El recorrido

Una vez establecida la meta y alimentada la intención con nuestra creencia en el logro de la misma, es fundamental que aparezca el tercer ingrediente del éxito: un recorrido, una ruta de acción. Para trazar esta ruta, podemos revisar las experiencias vividas por otras personas, como lo hace Jann Mardenborough al observar a otros competidores y descubrir que puede trazar su propio camino, algo poco común en las carreras virtuales, para superarlos.

El cine proporciona una oportunidad para poner a prueba los valores más profundos de la humanidad

Sin embargo, para que este recorrido pueda ser evaluado al final como heroico, no es suficiente con conquistar la meta. También es necesario que nuestra actuación esté en línea con los valores axiológicos fundamentales. El cine, de hecho, proporciona una oportunidad para poner a prueba los valores más profundos de la humanidad. En el caso de Jann Mardenborough, apreciamos el valor de la humildad profunda que contrasta con la soberbia de Nicholas Cappa. También valoramos el compañerismo de Jann con su equipo y su noble perseverancia.

La competencia

En este segmento del recorrido aparece el cuarto ingrediente del éxito, la competencia, aquel conjunto de habilidades y destrezas que deben adquirirse, pero también incrementarse hasta llegar a una fase de consolidación. Es lo que logra Jann al conquistar inicialmente la hazaña del primer lugar en la competencia virtual y así lograr ser seleccionado para ingresar a la GT Academy, cuyas pruebas le permitirán incrementar competencias hasta lograr obtener un puesto en el equipo Nismo de Nissan con el cual pudo consolidar sus competencias al participar en carreras profesionales, bajo la guía permanente de Jack Salter, su mentor, quien resume la competencia para esta disciplina: para competir se necesita inteligencia y sensibilidad”.

La motivación

Finalmente, el quinto ingrediente crucial para mantener la ejecución del recorrido iniciado o, en caso de caer, levantarse nuevamente, es la motivación. La motivación es la intención de hacer lo necesario para alcanzar el objeto de valor. Este quinto ingrediente puede nacer en nosotros mismos, como ocurre con Jann cuando se declara a sí mismo “yo puedo”.

Pero la motivación también puede surgir de afuera, como aquellas aseveraciones, evaluaciones, de los compañeros del recorrido. Cuando Jack Salter informa a Jann que ha perdido la primera carrera, le anuncia de inmediato que todavía le quedan seis carreras más por disputar y que debe mantener la voluntad de esforzarse.

También contribuye significativamente a mantener la motivación de Jann el momento en el que su padre lo visita en la carrera final y, entre lágrimas, se disculpa por no haberlo apoyado inicialmente confesándole que está muy orgulloso de él. En la obra de Joseph Campbell el conflicto inicial con el padre se resuelve en estos actos de reconciliación.

En los recorridos heroicos, es común que el antagonista, aquel ser que se opone al logro del objetivo deseado, ataque de manera significativa la motivación de los héroes, como ocurre con los mecánicos de su propio equipo que constantemente se burlan de Jann.

A menudo, no logramos alcanzar nuestras metas debido a que somos nosotros mismos quienes minamos nuestra motivación, ya sea por las opiniones de los demás o el temor al fracaso

Sin embargo, el propio héroe también puede convertirse en su propio antagonista a través de procesos de autorreflexión negativa. Después de un grave accidente en el autódromo de Nürburgring en Alemania, Jann experimenta una disminución en su motivación debido a la modalidad de influencia de la autoinculpación. Se dice a sí mismo: "No sé si soy capaz". Jack, en un ejercicio persuasivo a través de la modalidad de influencia de la empatía, le revela que, debido a un evento similar, abandonó las carreras, lo que lamentó toda su vida.

A menudo, no logramos alcanzar nuestras metas debido a que somos nosotros mismos quienes minamos nuestra motivación, ya sea por las opiniones de los demás o el temor al fracaso. En este contexto, Jack proclama: "No permitas que un error defina quién eres, sino cómo respondes a él".

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El elixir interior, aparece en un momento crucial durante la mítica carrera de las 24 Horas de Le Mans en Francia, en que el joven Jann exclama a Jack ante la inmensa presión del circuito: "He recorrido este circuito mil veces en el juego, permíteme pilotar a mi manera". La creencia de Jann en sí mismo está ahora consolidada y le permite comenzar a superar a varios oponentes y finalizar entre los tres mejores en el podio.

El logro emocionante en Le Mans, donde nuestro héroe derrota al antisujeto Cappa, nos hizo aplaudir a todos los asistentes en la sala, resumiendo su éxito en alcanzar un nivel superior que la audiencia mundial no creía posible.

Los ingredientes de esta hazaña histórica, ocurrida en la vida real en 2011, son los mismos que la semiótica discursiva de París ha definido en los recorridos narrativos de los grandes héroes de la literatura y el cine: la postulación del estado meta de valor, la intención alimentada por la creencia, el recorrido narrativo basado en valores fundamentales, la competencia y la motivación. Estos elementos pueden aplicarse en nuestras vidas para lograr el éxito en cualquier cosa que nos propongamos.

Admiramos a los héroes porque, en sus luchas asumen valores universales intangibles y éticos, incluso en las circunstancias más desafiantes. Con sus recorridos narrativos nos inspiran a reflexionar sobre nuestros propios valores y a aspirar a vivir de acuerdo con ellos, luchando por lo que es correcto.

Los ingredientes del éxito en 'Gran Turismo'