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La sordina es un mecanismo que reduce el volumen o modifica las cualidades tímbricas del sonido, permitiendo que muchos músicos de jazz —entre ellos Miles Davis, el más admirado— demuestren que, sin rebajar el tono, el solista puede expresar mejor sus sentimientos.
Este jueves, precisamente, hemos podido escuchar, y algunos disfrutar, un buen concierto de jazz interpretado con sordina, representado en las intervenciones de Salvador Illa en el Parlament de Catalunya durante la sesión de investidura en la que ha sido elegido President.
Salvador Illa, con su sordina, nos ha demostrado que es el mejor instrumento para combatir populismos y radicalismos
Un estilo y unas formas con sordina permiten captar los matices, las reflexiones, y las terceras, cuartas o tantas nuevas vías como sean necesarias para superar el actual diálogo de sordos que vive la política en nuestro país. Una técnica educada, sin estridencias, con expresiones moderadas, que nos demuestra su capacidad para facilitar la escucha y apreciar la pluralidad, en contraposición a la tan común estridencia del trombón de varas, tan eficaz para extender y consolidar la polarización, precisamente aquella que silencia las posiciones intermedias y los matices.
Salvador Illa, con su sordina, nos ha demostrado que es el mejor instrumento para combatir los populismos, radicalismos y esencialismos. Es la mejor herramienta para construir consensos en estos tiempos que reclaman soluciones urgentes y compromisos compartidos.
Comienza una nueva etapa para Cataluna y España que merece ser vista con mucho optimismo.
