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Si nos fijamos, con motivo de la tormentosa investidura del President de la Generatitat catalana, tanto el expresidente Carles Puigdemont, como el candidato Salvador Illa, hicieron referencia al histórico dirigente catalán nacionalista, Josep Tarradellas y a su célebre frase desde el balcón de la plaza de San Jaume el 23 de octubre de 1977: “Ja sóc aquí!”.
Se trató de una jugada maestra de los franquistas, con Adolfo Suárez a la cabeza, pues se estaba negociando una Transición de las leyes Fundamentales del Movimiento franquista a un Estado de Derecho, una Transición, basada de "la ley a la ley”, y les convenía traer a Tarradellas, que era el President de la Generalitat en el exilio.
Para ello, tuvo Suárez que promulgar el Decreto Ley 41/1977, restableciendo provisionalmente la Generalitat, única institución que entronca con la legalidad republicana y en donde se derogaba expresamente la ley de Jefatura del Estado publicada en el BOE desde Burgos de 8/abril/1938, por el ministro Ramón Serrano Suñer. Aquí no funcionó lo de la ley franquista a la ley monárquica democrática, sino de la ley republicana a la democracia monárquica.
Posteriormente, con la Constitución de 1978, se aprobó otro Estatut de Cataluña, mucho más limitado que el republicano.
Por eso ahora hacen referencia a Tarradellas, en esta investidura, pues se quiere transitar del Estatuto Catalán de la II República (1932) al nuevo que está por venir, dentro de un proyecto federal-plurinacional, puenteando a la Constitución de 1978 y restaurando la legalidad republicana.
Esto ya lo hicieron en el año 2017, cuando aprobaron la Ley de reparación de víctimas del franquismo, sancionada por todos los grupos parlamentarios y que en su momento comenté.
