The mouth of a shark

Senegal, 2018, fondo del autor

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Lo bueno de la mala memoria es que vuelves a experimentar una y otra vez la gozosa sensación del descubrimiento. Eso me pasó hace unos días mientras leía el comentario de un usuario en una noticia de El País sobre la tragedia sin fin de los emigrantes africanos, que saturan, rebosan y colapsan los centros de acogida en Canarias. Pasó que me volví a topar con la poeta Warsan Shire.

En un mundo donde las fronteras se desdibujan y las identidades se entretejen, emerge la figura de Warsan Shire, una voz poética que cruza geografías y culturas. Nacida en 1988 en Kenia, de padres somalíes, Shire encarna la complejidad de la diáspora africana y la riqueza de las experiencias interculturales. Su trayectoria vital es un mapa de contrastes: de las calles de Londres a las avenidas de Los Ángeles, Shire ha forjado un hogar en dos de las capitales culturales más influyentes del mundo anglófono.

Esta dualidad geográfica se refleja en su obra, que bebe tanto de sus raíces africanas como de su desarrollo en la cultura occidental. La poesía de Shire no sabe de fronteras. Sus versos han sido escuchados en auditorios de Sudáfrica, declamados en cafés literarios de Berlín y encontrado eco en las aulas de universidades estadounidenses. Publicaciones de renombre como Wasafiri y Poetry Review han acogido sus escritos, reconociendo en ellos una voz única que habla de identidad, de exilio y de pertenencia.

Warsan Shire es, en esencia, un producto de nuestro tiempo: una poeta que desafía categorizaciones simplistas, que navega con fluidez entre culturas y que, a través de sus obras, nos invita a repensar conceptos como filiación, hogar y adhesión

El reconocimiento a su talento no se hizo esperar. En 2013, la Universidad de Brunel le otorgó el Premio de Poesía Africana, un galardón que subraya su conexión con el continente de sus ancestros. Apenas un año después, Londres, su ciudad adoptiva, la coronaba como Young Poet Laureate, un título que la sitúa en la vanguardia de la poesía británica contemporánea. Poesía -y poeta- sin fronteras. Pero quizás el mayor testimonio de la universalidad de su obra sea la traducción de sus poemas a múltiples idiomas. Del francés al portugués, pasando por el alemán, italiano o español, las palabras de Shire atraviesan muros lingüísticos, encontrando resonancia en culturas diversas. Otra vez poemas sin barreras. Su ingreso en la Royal Society of Literature en 2018 marca un hito en su carrera. Esta institución, baluarte de la tradición literaria británica, abre sus puertas a una voz que, paradójicamente, representa la evolución y la diversidad de las letras inglesas en el siglo XXI.

Warsan Shire es, en esencia, un producto de nuestro tiempo: una poeta que desafía categorizaciones simplistas, que navega con fluidez entre culturas y que, a través de sus obras, nos invita a repensar conceptos como filiación, hogar y adhesión. En un mundo cada vez más polarizado, su obra es un recordatorio de la riqueza que surge del diálogo intercultural y de la capacidad del arte para tender puentes entre mundos aparentemente distantes.

En la era digital, donde la viralidad puede catapultar a un artista del anonimato relativo a la fama global en cuestión de horas, y hundirlo con la misma rapidez, el caso de Warsan Shire destaca por su singularidad, su solidez y por el poder de sus palabras en un contexto de crisis humanitaria.

Shire, ya reconocida en círculos literarios y académicos por su talento poético, experimentó un fenómeno poco común en los años 2015 y 2016: la convergencia de la excelencia artística con la urgencia social.

En 2015, en un momento en que Europa se enfrentaba a una de las mayores crisis de refugiados de su historia reciente, su poema Home fue altavoz para el grito silencioso de millones de migrantes y refugiados. La frase “no one leaves home unless / home is the mouth of a shark” (“nadie deja su hogar a menos que / el hogar sea la boca de un tiburón”), resonó con una fuerza inusitada en las redes sociales. Tumblr, plataforma predilecta de una generación joven y comprometida, fue el primer escenario de esta revolución poética digital. Los usuarios, conmovidos por la crudeza y la verdad de las palabras de Shire, convirtieron versos del poema en imágenes, en memes, en manifiestos visuales que capturaban la esencia de una tragedia humana en curso.

La anteriormente conocida como Twitter, ágora moderna donde además de falacias y odios se debaten los temas más candentes de la actualidad, amplificó el eco de Home. Los 280 caracteres, límite que a menudo constriñe el debate, se convirtieron en el vehículo perfecto para difundir fragmentos del poema, cada uno de ellos una píldora de poética realidad en un mar de opiniones banales.

Incluso Facebook, red más asociada a las conexiones personales que al activismo, se sumó a la ola. Usuarios que quizás nunca habían compartido un poema en sus vidas encontraron en los versos de Shire la voz que necesitaban para expresar su indignación, su empatía, su humanidad.

En 2016, para el álbum visual LemonadeBeyoncé incorporó adaptaciones de varios poemas de Shire (de hecho, en los créditos del álbum aparece el siguiente texto: “Writers, Warsan Shire & Beyoncé”), entrelazándolos con sus propias letras y narrativas visuales. Esta colaboración llevó la poesía de Shire a una audiencia aún mucho más amplia.

La viralidad del poema en las redes sociales, así como la colaboración con Beyoncé, ayudó sin duda a aumentar el aprecio de Warsan Shire como poeta. Sin embargo, debemos recordar que Shire, antes de este éxito en redes sociales y en el mundo del espectáculo, ya era una poeta respetada tanto en círculos académicos y como entre el público amante de la poesía, como demuestran los merecidos premios obtenidos con anterioridad.

El caso de Warsan Shire destaca por su singularidad, su solidez y por el poder de sus palabras en un contexto de crisis humanitaria

Lo que es innegable es que Warsan Shire logró lo que muchos considerarían imposible: hacer que la poesía fuera trending topic, demostrar que los versos pueden ser tan poderosos como cualquier titular de prensa [1], y recordarnos que, en tiempos de crisis, a veces son los poetas quienes mejor capturan la esencia de nuestra humanidad que, para bien y para mal, todos compartimos: Homo sum, humani nihil a me alienum puto ("Soy un hombre, nada de lo humano me resulta ajeno").

Senegal, 2018, fondo del autor

«Home», un poema sobre migración.
no one leaves home unless
home is the mouth of a shark… [2]
(Traducción propia, con la ayuda Deepl)

Hogar

nadie deja su hogar a menos que
el hogar sea la boca de un tiburón
solo corres hacia la frontera
cuando ves a toda la ciudad corriendo también

tus vecinos corriendo más rápido que tú
resuello sangriento en sus gargantas
el chico con quien fuiste a la escuela
que detrás de la vieja fábrica de chapa te besó hasta marearte 
sostiene un arma más grande que su cuerpo
solo dejas el hogar
cuando el hogar no te deja quedarte.

nadie deja su hogar a menos que el hogar te persiga
fuego bajo los pies
sangre caliente en tu vientre
no es algo que alguna vez pensaste hacer
hasta que la hoja grabó a fuego amenazas en
tu cuello
y aun así llevaste el himno bajo
tu aliento
rompiendo tu pasaporte en un baño del aeropuerto
sollozando con cada pedazo de papel
quedó claro que no volverías atrás.
tienes que entender,
que nadie pone a sus hijos en un bote
a menos que el agua sea más segura que la tierra
nadie se quema las manos
bajo trenes
debajo de vagones
nadie pasa días y noches en las tripas de un camión
çalimentándose de periódicos a menos que los kilómetros recorridos
signifiquen algo más que un viaje.
nadie se arrastra bajo las vallas
nadie quiere ser golpeado
compadecido

nadie elige campos de refugiados
o cacheos donde tu
cuerpo queda adolorido
o prisión,
porque la prisión es más segura
que una ciudad en llamas
y un guardia de prisión
en la noche
es mejor que un camión lleno
de hombres que se parecen a tu padre
nadie podría soportarlo
nadie podría aguantarlo
ninguna piel sería lo suficientemente dura
ese
“volveos a casa, negros,
refugiados,
inmigrantes sucios,
solicitantes de asilo,
chupando la sangre de nuestro país,
negros con las manos extendidas,
huelen extraño,
salvajes,
echaron a perder su país y ahora quieren
arruinar el nuestro”
¿cómo es que las palabras,
las sucias miradas,
resbalan por tu espalda?
tal vez porque su golpe es más blando
que un miembro arrancado

o esas palabras son más delicadas
que catorce hombres entre
tus piernas
o los insultos son más fáciles
de tragar
que los escombros
que los huesos
que tu cuerpo infantil
hecho pedazos.
Quiero volver a casa,
pero el hogar es la boca de un tiburón,
el hogar es el cañón del arma,
y nadie dejaría su hogar
a menos que el hogar te persiguiera hasta la orilla,
a menos que el hogar te dijera:
apura tus piernas
deja tu ropa atrás
arrástrate por el desierto
vadea los océanos
ahógate
sálvate
ten hambre
suplica
olvida el orgullo
tu supervivencia es más importante

nadie deja su hogar hasta que el hogar es una voz sudorosa en tu oído
diciendo:
vete,
huye de mí ahora
no sé en qué me he convertido
pero sé que cualquier lugar
es más seguro que aquí

Senegal, 2018, fondo del autor

El hogar, la boca del tiburón

En 2009, a partir de las notas tomadas en una visita a la abandonada embajada somalí en Roma, donde entrevistó a algunos jóvenes refugiados que la habían convertido en su hogar, Shire escribió el poema “Conversaciones sobre el hogar (en un centro de deportación)”. 

El shock que le produjeron esas charlas, explicaría más tarde, le abrió los ojos a la dura realidad de sobrevivir como refugiado indocumentado en Europa: “Lo escribí para ellos, para mi familia y para cualquiera que haya experimentado o vivido el dolor y el trauma de esa manera”.

Ese poema se convirtió en la base de Home.

Home, como hemos dicho más arriba, ha sido y sigue siendo ampliamente compartido en medios y redes sociales, y se ha leído y se sigue leyendo en manifestaciones realizadas en espacios públicos de todo el mundo. El poema se ha convertido en uno de los lemas mas conocidos, relevantes y coreados en las reivindicaciones sobre la situación de los migrantes y de los refugiados: “no one leaves home unless / home is the mouth of a shark” (“nadie deja su hogar a menos que / el hogar sea la boca de un tiburón”). Esas frases se han visto en pancartas de manifestaciones y en mensajes en redes desde 2015. Bien podemos decir que Home, con una sensibilidad atroz, alcanza a herir lo más oculto de nuestro ser, a animar nuestra capacidad de atender y entender: sus palabras son una manera de dar voz a los refugiados y de proporcionar una comprensión profunda de la crisis. De los porqués, y de los porqués de los porqués.

"no one leaves home unless
home is the mouth of a shark...

...prison is safer
than a city of fire
and one prison guard
in the night
is better than a truckload
of men who look like your father...

... I want to go home,
but home is the mouth of a shark
home is the barrel of the gun
"

("nadie deja su hogar a menos que
el hogar sea la boca de un tiburón...

... la prisión es más segura
que una ciudad en llamas
y un guardia de prisión
en la noche
es mejor que un camión lleno
de hombres que se parecen a tu padre...

... Quiero volver a casa,
pero el hogar es la boca de un tiburón,
el hogar es el cañón del arma")

Sorpresivamente, la voz que narra expresa preferencia por un guardia de prisión sobre hombres que se asemejan a su padre. Solapadamente, parece sugerir que el padre de la narradora, o figuras paternas en su comunidad, podrían haber sido fuente de abuso o violencia [3], y al comparar a los hombres del camión con su padre, recuerda que no se puede confiar en los hombres, pues se parecen a él. Extendiendo esa desconfianza a su propia comunidad o etnia -ni siquiera el hogar o la familia, representados por la figura del padre, ofrecen seguridad o refugio-, muestra un nivel de miedo y desesperación extremos.

La poeta, a través de la voz que angustiada narra sus pensamientos, está denunciando una realidad brutal donde las figuras que la deberían proteger y cuidar se han convertido en fuentes de terror (el padre, peor que un guardia de prisión; su comunidad, peor que una prisión). Connota una profunda sensación de traición, miedo y desesperanza, revelando las complejas dinámicas de poder, etnia y género que afectan a las mujeres, especialmente a las que están en situaciones de extrema pobreza, vulnerabilidad y marginación, y deja entrever la existencia de ciclos de violencia que se perpetúan sin fin en esas comunidades donde “el hogar es la boca de un tiburón”.

Connota una profunda sensación de traición, miedo y desesperanza, revelando las complejas dinámicas de poder, etnia y género que afectan a las mujeres, especialmente a las que están en situaciones de extrema pobreza

“En una entrevista tras ganar el Premio de Poesía Africana de la Universidad Brunel, se le pidió a Warsan Shire que hablara sobre su sentido de compromiso con los principios y con la temática urgente de su obra. En respuesta, Shire dijo [4]:

«Soy de Somalia, donde ha habido una guerra durante toda mi vida. Crecí con el horror como telón de fondo, con muchas cosas terribles que le han ocurrido a gente muy cercana a mí, a mi país y a mis padres; la guerra está en casa e incluso en ti, está en tu piel y está en tus recuerdos y en tu infancia. Y mis familiares y amigos y los amigos de mi madre han vivido cosas que no te puedes ni imaginar, y se han puesto una coraza de resistencia y de humor negro. Pero no sabes de qué han sido víctimas, o qué les han hecho a otras personas. El hecho de que ellos puedan contarmelo y luego yo lo pueda escribir, es catártico, poder compartir sus historias, incluso si se trata de algo realmente terrible, algo realmente trágico. A veces cuento las historias de otras personas para quitarles el estigma y el tabú, para que no tengan que sentirse avergonzadas; a veces te usas a ti misma como ejemplo.» (Katie ReidQ&A: Poet, writer and educator Warsan Shire, African Words blog, June 21, 2013, accessed September 13, 2016.)”

Senegal, 2018, fondo del autor

Entonces el problema no es -sólo- Europa...

Según la PNUD, más del 90% de los africanos que migraron a Europa por rutas irregulares, (vía por la que acceden sólo el 7% del total de inmigrantes), y pese a ser conscientes del riesgo mortal inherente a esos viajes, se volvería a arriesgar con tal de “darles una vida decente” a los suyos: “¿qué clase de padre sería si me hubiera quedado y no pudiera darles una vida decente?” (Yerima, migrante africano). Una vida decente. Lo mismo piensan los que entrando de forma regular, luego optan por quedarse más allá del periodo permitido[...] Les impele a salir de su sociedad, de su entorno familiar el muy humano “darles una vida decente” a los suyos. Eso, y no otra cosa, es lo que empuja a estas personas a migrar, y no les importa cuán arriesgada vaya a ser la ruta ni cuán trágico pueda ser el viaje.” (RGCNueva TribunaMi nombre es África, 30/01/2024)

Europa, como cliente importador de materia prima africana -especialmente la agropecuaria-, es decir, nosotros, los ciudadanos europeos, no somos ajenos a esa realidad. Una sutil línea conecta nuestro consumo con su realidad. 

Sutil, casi invisible, aunque dura e irrompible como el mejor acero: el dumping social, político, económico y ecológico (que permite que sea mucho más barato producir y enviar productos agropecuarios desde más de tres, cinco o diez mil kilómetros que producirlos próximos al consumidor) existente en los países fuentes de nuestras importaciones agropecuarias hunde a su pobre y magro tejido social, mayoritariamente agrario, le impide desarrollar su fuerza, anulando la capacidad de crear nuevo y atractivo tejido social, y le lleva a aumentar el deseo de emigrar, emigración que principalmente les vacía de sus mejores y más formados ciudadanos” (RGC, Nueva Tribuna, Una sutil línea, 11/03/2024)

El juicio y la sentencia que Home contiene en su aterradora poesía, el conocimiento de la realidad que su lectura nos procura los puedo rastrear en el posicionamiento que hoy defiendo, expuesto en mis dos artículos citados, y me doy cuenta de lo acertado que estaba un estimado profesor de Filosofía Moderna y Contemporánea al decirme que “conocer es saber sin recordar dónde lo aprendiste”. No recordaba dónde aprendí sobre la responsabilidad de la propia sociedad africana hasta que alguien me (re)descubrió a Warsan Shire.

El problema que la poeta y activista pone encima de la mesa, las migraciones, es complejo, cierto, pero no incomprensible.

En el intrincado tapiz de la crisis migratoria africana, un hilo dorado y punzante destaca entre todos: la voz de Warsan Shire. Su poema Home no es solo una obra literaria de excepcional calidad; es un grito de denuncia que resuena en los pasillos del poder y en las conciencias adormecidas de Occidente. Y de África.

Shire, con la precisión de un cirujano y la empatía de quien reconoce el dolor de los migrantes, disecciona la realidad africana y nos presenta una verdad incómoda: los gobiernos de ese continente, lejos de ser baluartes de protección para sus ciudadanos, se han convertido en depredadores de su propio pueblo. Esta revelación, que muchos analistas y politólogos -y sociólogos, políticos, intelectuales, activistas, ONG...-, prefieren soslayar en sus informes -objetivos, compasivos y sin duda bienintencionados- nos obliga a replantearnos el discurso sobre la migración africana.

Ya no basta con enumerar las causas evidentes -guerras, pobreza, dictaduras- como si fueran fenómenos naturales inevitables o producto de un determinista azar biológico. Es imperativo cavar más hondo, buscar el origen de estos males en la corrupción endémica que corroe las estructuras de poder en África. La corrupción, ese cáncer social que Shire denuncia entre versos, no es un acto unilateral. Requiere de dos actores: el corruptor y el corruptible. Y es en este último donde reside el nudo gordiano del problema africano

Las élites gobernantes, que deberían ser garantes del bienestar de sus pueblos, se han convertido en cómplices de su expolio. Este enfoque, que pone en el centro de la reflexión la responsabilidad de los líderes africanos, es a menudo obviado en los análisis mainstream, quizás por un malentendido sentido de bienintecionada corrección política o por la inercia de narrativas establecidas no siempre inocuas. Sin embargo, es crucial para comprender la complejidad del fenómeno migratorio y para diseñar soluciones efectivas.

Europa, como cliente importador de materia prima africana -especialmente la agropecuaria-, es decir, nosotros, los ciudadanos europeos, no somos ajenos a esa realidad. Una sutil línea conecta nuestro consumo con su realidad

La poesía de Shire, con su crudeza y su belleza, nos recuerda que detrás de cada estadística hay historias humanas, vidas truncadas por la avaricia y la irresponsabilidad de quienes detentan el poder. Nos obliga a mirar más allá de los síntomas y a enfrentar las causas profundas de esta tragedia humana que se desarrolla frente a nuestros ojos.

En un mundo donde la información fluye a velocidad vertiginosa, el poema Home se erige como un faro que proyecta verdad, iluminando las sombras que muchos prefieren ignorar. Nos recuerda que la solución a la crisis migratoria africana no pasa solo por políticas de acogida o cierre de fronteras, sino por un cambio radical en las estructuras de poder en África.

La pregunta que queda flotando en el aire, incómoda y urgente, es: ¿estamos dispuestos a afrontar esta realidad en toda su complejidad? ¿O seguiremos contentándonos con análisis superficiales que no abordan el corazón del problema? La respuesta a estas preguntas determinará no solo el futuro de África, sino también el de una Europa que, bien o malintencionadamente, no puede seguir mirando hacia otro lado.

Senegal, 2018, fondo del autor

¿La solución a la inmigración es...?

Como ya he dicho, ni abrir de par en par las fronteras ni cerrarlas a cal, canto y concertina son soluciones. Entonces ¿la solución a la inmigración es...?

Responder a ¿Qué hacer? es fácil. Lo difícil es responder a ¿Cómo hacerlo? Si la clave de la migración está en el muy humano “darles una vida decente” a los suyos, ahí está la respuesta.

¿Qué hacer? Contribuir a que las condiciones sociales, y por ello, económicas de los países origen mejoren lo suficiente como para que la normal resistencia que tenemos a abandonar a los nuestros y a nuestro entorno sea suficiente como para que las tensiones migratorias sean gestionables de forma no dramática y aún menos trágica. ¿Cómo hacerlo? Aunque tenga cierta intuición, debo decir con honestidad que no lo sé.” (RGC, Nuevatribuna.es, Mi nombre es África, 30/01/2024)

La corrupción en África no es un fenómeno aislado, es un sistema complejo que se retroalimenta. Según datos del FMI, el costo total de los sobornos a escala mundial podría ascender a 1,5 billones de dólares anuales, cerca del 2% del PIB mundial [5]. En África, estas cifras se traducen en escuelas que no se construyen, en hospitales sin medicamentos, en la descapitalización de la sociedad, en la no inversión en el desarrollo económico e industrial, en definitiva: en generaciones enteras condenadas a la pobreza.

El problema, como bien señala Shire, comienza en casa. Los gobiernos africanos, que deberían ser los guardianes del bienestar de sus ciudadanos, se han convertido en sus más feroces depredadores. La metáfora del "hogar como la boca de un tiburón" no podría ser más acertada: los políticos que detentan el poder del Estado, lejos de proteger, devoran las esperanzas y los recursos de su propia gente.

Pero sería ingenuo pensar que la solución puede venir únicamente desde dentro. La corrupción en África es un ecosistema complejo donde participan actores locales e internacionales. Las empresas multinacionales, los paraísos fiscales, incluso las bien intencionadas ayudas al desarrollo, pueden convertirse en engranajes de esta maquinaria perversa.

Al igual que Shire, sé que es un problema desmoralizador, sobre todo porque malo si intervenimos, peor si no lo hacemos: si actuamos, corremos el riesgo, en el mejor de los casos, de ser tachados de neocolonialistas, y en el peor podemos perpetuar involuntariamente las dinámicas de poder asimétricas que han marcado la relación entre África y Europa durante siglos. Pero si nos abstenemos... Si nos abstenemos, nos convertimos en cómplices silenciosos de la depredación que las élites corruptas ejercen sobre sus propios pueblos.


[1] Este fenómeno plantea preguntas fascinantes sobre el papel de la poesía en la era digital. ¿Puede un poema cambiar la percepción pública sobre una crisis? ¿Cómo influye la viralidad en la recepción de una obra literaria? ¿Estamos ante una nueva forma de activismo poético?
[2] Home, by Warsan Shire 

no one leaves home unless
home is the mouth of a shark
you only run for the border
when you see the whole city running as well

your neighbors running faster than you
breath bloody in their throats
the boy you went to school with
who kissed you dizzy behind the old tin factory
is holding a gun bigger than his body
you only leave home
when home won't let you stay.

no one leaves home unless home chases you
fire under feet
hot blood in your belly
it's not something you ever thought of doing
until the blade burnt threats into
your neck
and even then you carried the anthem under
your breath
only tearing up your passport in an airport toilets
sobbing as each mouthful of paper
made it clear that you wouldn't be going back.

you have to understand,
that no one puts their children in a boat
unless the water is safer than the land
no one burns their palms
under trains
beneath carriages
no one spends days and nights in the stomach of a truck
feeding on newspaper unless the miles travelled
means something more than journey.
no one crawls under fences
no one wants to be beaten
pitied

no one chooses refugee camps
or strip searches where your
body is left aching
or prison,
because prison is safer
than a city of fire
and one prison guard
in the night
is better than a truckload
of men who look like your father
no one could take it
no one could stomach it
no one skin would be tough enough

the
go home blacks
refugees
dirty immigrants
asylum seekers
sucking our country dry
niggers with their hands out
they smell strange
savage
messed up their country and now they want
to mess ours up
how do the words
the dirty looks
roll off your backs
maybe because the blow is softer
than a limb torn off

or the words are more tender
than fourteen men between
your legs
or the insults are easier
to swallow
than rubble
than bone
than your child body
in pieces.
I want to go home,
but home is the mouth of a shark
home is the barrel of the gun
and no one would leave home
unless home chased you to the shore
unless home told you
to quicken your legs
leave your clothes behind
crawl through the desert
wade through the oceans
drown
save
be hunger
beg
forget pride
your survival is more important

no one leaves home until home is a sweaty voice in your ear
saying-
leave,
run away from me now
I don’t know what I've become
but I know that anywhere
is safer than here

[3] Si bien la versión en inglés que aquí hemos copiado es la más extendida, unas pocas fuentes, como por ejemplo Facing History & Ourselves (20/11/2023) o El País (Verne, 11/06/2018) dan cuenta de una versión posterior mucho más hiriente y cruel, donde la figura paterna vuelve a aparecer envuelta en un halo de sospecha:

The dirty looks in the street
softer than a limb torn off,

the indignity of everyday life
more tender than fourteen men who
look like your father, between
your legs, insults easier to swallow
than rubble, than your child's body
in pieces - for now, forget about pride
your survival is more important
.”

(“Las miradas sucias en la calle
son más suaves que un miembro arrancado,
la indignidad de la vida diaria
es más tierna que catorce hombres que
se parecen a tu padre, entre
tus piernas, los insultos son más fáciles de tragar
que las ruinas, que el cuerpo de tu hijo
en pedazos... pero ahora olvida el orgullo
tu supervivencia es más importante.”)

[4] “In an interview after she won the Brunel University African Poetry Prize, Warsan Shire was asked to talk about her sense of commitment to substance and urgent subject matter in her work. In response, Shire said:

«I’m from Somalia where there has been a war going on for my entire life. I grew up with a lot of horror in the backdrop – a lot of terrible things that have happened to people who are really close to me, and to my country, and to my parents; so it’s in the home and it’s even in you, it’s on your skin and it’s in your memories and your childhood. And my relatives and my friends and my mother’s friends have experienced things that you can’t imagine, and they’ve put on this jacket of resiliency and a dark humour. But you don’t know what they’ve been victims of, or what they’ve done to other people. Them being able to tell me, and then me writing it, it’s cathartic, being able to share their stories, even if it is something really terrible, something really tragic. Sometimes I’m telling other people’s stories to remove stigma and taboo, so that they don’t have to feel ashamed; sometimes you use yourself as an example.» (Katie Reid, “Q&A: Poet, writer and educator Warsan Shire,” African Words blog, June 21, 2013, accessed September 13, 2016.)” Facing History & Ourselves, “Warsan Shire's Poetry About Home”, last updated November 20, 2023.
[5] Informe del FMI “Corrupción: Una carga oculta sobre el crecimiento”, realizado por Vitor Gaspar y Sean Hagan, 10/11/2015.