viernes. 06.09.2024
Cadena de montaje de carros de combate
Cadena de montaje de carros de combate.

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¡PERDED TODA ESPERANZA!

(VERSOS SACRÍLEGOS)

He escrito un pequeño poema, cargado de desesperación y crítica mordaz hacia el concepto mendaz de una eternidad vacía, evanescente. Intento, a través de imágenes potentes y un tono combativo, desafiar las creencias tradicionales, la guerra, y los sistemas de poder que perpetúan sufrimientos y promesas vacías. Con cierto toque nihilista invito al lector a reconsiderar la autenticidad y la lógica, que se encuentran detrás de las creencias aceptadas comúnmente y las realidades sociales.

Este momento crucial, de inhumanidad y cinismo expresados de forma descarnada y cruel en tantos conflictos bélicos cronificados y banalizados; se compadece mal con una actitud de la izquierda progresista, como desangelada, desfondada, casi de compromiso, con el pulso débil y la caricia de la solidaridad y el internacionalismo inmerso en el formol de un ánimo alicaído. Ni terrorismo ni genocidio. Exacto, esa es la meta, el análisis correcto, pero el paso de los días nos coloca sillas que nos invitan a descansar, no a pensar. 

Digo esto porque, a pesar de las diferencias históricas, políticas y sociales de, por ejemplo, la invasión de Irak; subjetivamente percibo un cansancio en forma de sordina, sin la virulencia y el desafío que merecería el estado actual de una masacre de las dimensiones a la que, en la actualidad, estamos asistiendo. El espanto diario, la doble vara de medir, la hipocresía de un Occidente que hace, poco a poco, dejación de los conceptos de Civilización, Derecho Internacional y Solidaridad; sazonado todo con la regurgitación de conceptos coloniales, reaccionarios y meritocráticos. Configurando un conglomerado de avance diáfano de las ideas totalitarias: directamente fascistas, nazis y de odio. Un mundo en el que el pensamiento progresista ha perdido su preeminencia y actúa a la defensiva. La cultura colectiva de unos conceptos progresistas va perdiendo, de forma ininterrumpida, su condición de sostén democrático, de vigencia y bondad de actitudes cívicas, de avances materiales y éticos. Citando a Joan Margarit: "De noche, en un pequeño aeropuerto, / ves que un avión se eleva y se distancia. Se va perdiendo la señal. / Ahora estás convencido de vivir, / aunque sin esperanzas, tus años más felices. / Cuando se pierde la señal." No obstante, estoy convencido de que la recobraremos, porque el poeta nos invita a la esperanza: "No estaba lejos, no era difícil. Un tiempo que me deja tan sólo el horizonte / como medida de la soledad. / Un tiempo de tristeza protectora".


 “Para quien camina por el desierto

todos los mares son un espejismo” (Mahvash Sábet)

“Recuerda que estar vivos no es igual que vivir” (Benjamín Prado)

“Utopía sin rastro de racionalidad humana: ¿Cómo sería una Huelga General Mundial de toda la industria armamentística? Duermo con el párpado abierto y espero, quizás con ínfima fortuna, el ansia de hacer verdadero lo imposible ¿Os lo imagináis? El complejo militar-industrial en porreta viva”

(Jorge Villa)


Trampantojo barroco erigido en medio de la nada.
Mentiras para adultos, que caen en la celada.
Silbidos que guían la manada por la senda marcada.
Luz obscura que los suicidas miran antes de la escapada.
Soñadores resueltos a buscar, sin desánimo, la explanada
del Centro del Universo y después descansar en su ensenada.

Felicidad perfecta, infinita, sin ningún placer físico ni psíquico.
Olvidarse de guateques, sólo fiesta Gloriosa y Gracia paralítica:
Visión Beatífica de Dios, sin búsqueda ni deseo sicalíptico.
Contemplar la misma película: la presencia apabullante y salvífica,
perpetuamente, sin interrupción ni ocasión de escape onírico.
Ojiplática y quimérica exigencia de esta falaz doctrina bíblica.
Eso es todo, todo el tiempo, esferas celestes, falsos ases de picas. 

Aburrimiento Ad Infinitum, sin conclusión de un tiempo inabarcable,
sin la “vidilla” de la Resurrección de los Muertos ya acaecida.
Misterio Trinitario al cubo, para Catecismo dedicado a los deicidas.
Sirenas que cantan, seres humanos sin cera protectora en los oídos,
mástiles enhiestos sin cuerdas, maromas ni ataduras.
Tente mientras cobro, para seguir tirando en la mentira
despreciable, brutal, devastadora; huérfanos de Shakira.

Dunas de cenizas, campos ilimitados, para espejismos de ansiedad.
Ilusos que creen arribar a Ítaca y acabar su singladura.
No llegar a parte alguna, esperanza preñada de maldad.
Seguir, impenitentes, a una grey, un rebaño de locura.
Sufrir, en carne propia, un concepto perverso, abyecto y mendaz.

Aquí y ahora espero, mi resuelta voluntad de seguir vivo,
de no recibir en diferido alegría, pena, recompensa u olvido.
Ya lo dijo el poeta:
“Los muertos no existen.
No hay dios que me devuelva el abrazo suave de quienes, un día marcharon.
Cuando se agote mi mente, tampoco habrá recuerdos y tan sólo seré un hijo del aire que respiro.
El mismo que a veces se cuela por vuestras bocas”. (1)

Los muertos segados por bélicos deseos de unos hijos de puta,
que predican otra vida redentora entreverada con bellas promesas
de cielos, reencarnaciones, huríes paradisiacas que nos enseñarán la ruta
de caminos sin salida, de calzadas calcinadas y sembradas de pavesas.

Pedidlo todo, aquí y ahora, os asiste la razón, la dignidad, el derecho
a la parusía de Lucifer, literalmente, el ángel humano que trae la luz.
Morir en Gaza, Cisjordania, Yemen, Sudán y otros tantos lugares de hecho
consumado. El silencio de los corderos degollados que rinden su testuz.

Eso es todo, maldita seas embaucadora ilusión reaccionaria: ETERNIDAD.

(1) Versos del magnífico poeta José Miguel Molero. “Los muertos no existen”.

No cambiará la sed de muerte del complejo militar-industrial