viernes. 27.09.2024

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Pablo D. Santonja | @datosantonja

“Enviudé el día que escuché el latido de mi bebé por primera vez”. Con esa enigmática frase arranca “Epifanía”, de J.V. Gachs, una novela de thriller y terror ancestral que sirve de homenaje a la mitología asturiana. 

La mitología asturiana está llena de personajes legendarios que pueblan los bosques, ríos y montañas de esta región del norte de España. Entre estos seres, abundan las xanas.

El origen de las xanas se remonta a las antiguas creencias precristianas de los celtas, que habitaban la región de Asturias antes de la llegada de los romanos. Estas figuras mitológicas tienen muchos puntos en común con las ninfas y las hadas de otras tradiciones europeas. En el caso de las xanas, su naturaleza está fuertemente ligada al agua, y en las leyendas suelen ser guardianas de fuentes y manantiales, lo que les otorga un simbolismo de pureza, fertilidad y vida.

Las xanas se describen como mujeres jóvenes de extraordinaria belleza, con largos cabellos dorados o castaños, que suelen peinarse con peines de oro al borde del agua. Sus vestimentas son de seda o lino, ya menudo se las imagina como criaturas etéreas, delicadas y dotadas de una gracia sobrenatural.

Una novela de thriller y terror ancestral que sirve de homenaje a la mitología asturiana

Son conocidas por su relación ambivalente con los humanos. En algunas leyendas, son seres benevolentes que ayudan a las personas, otorgándoles riquezas, protección o buena suerte. A menudo, se dice que ocultan tesoros en las fuentes donde viven, que pueden ser reclamados por quien sea lo suficientemente valiente como para pasar una prueba impuesta por ellas, que normalmente implica esperar una noche entera junto al agua o realizar alguna acción simbólica en la víspera de San Juan, la noche mágica del 23 al 24 de junio.

Sin embargo, estas hadas también tienen su lado oscuro. En algunas versiones de los relatos populares, las xanas pueden atraer a los hombres hacia el agua con su encantadora voz y apariencia, y luego dejarlos atrapados o hechizados para siempre. Se las asocia a menudo con encantamientos amorosos, pudiendo enamorar o engañar a quienes se acercan demasiado a sus dominios.

En “Epifanía” nuestras protagonistas se enfrentan a una de estas Xanas, en su versión más retorcida, donde, tras cierto tipo de ofrenda, se dará como resultado un tesoro que la persona desea. Se dice también que debido a su naturaleza mágica, las xanas no pueden amamantar a sus propias hijas, por lo que cambian a sus bebés por los de las mujeres humanas. Los bebés humanos criados por las xanas reciben cuidados excepcionales y a menudo regresan a sus familias años después, dotados de una belleza y habilidades extraordinarias. 

Los amantes del terror disfrutarán con ese toque mágico perturbador, que crea un halo de peligro constante a lo largo del relato

Sobre estás pistas que dibujo de la mitología asturiana se edifica un relato de 200 páginas en las que el lector se ve atrapado ante un misterio que esconde sombras muy oscuras. Ante tus ojos se presenta la historia de Estela, la historia de Eva, pero, sobre todo, la historia de Coral. Tres mujeres cuya vida se conecta de forma indirecta, donde las decisiones de unas tienen repercusión en la vida de otras. 

Llama la atención de “Epifanía” su estilo narrativo, pues todo se cuenta a través de un diario, unas entrevistas, o la transcripción de podcast o videos. Este recurso hace que sea una novela ágil y rápida de leer, que facilita el acceso a una historia que va al grano sin perderse en tramas de relleno. Cuenta lo que quiere contar, sin más preámbulos, y eso es clave de su éxito. 

“Epifanía” es sin duda una gran obra de horror, donde los amantes del terror disfrutarán con ese toque mágico perturbador, que crea un halo de peligro constante a lo largo del relato.

‘Epifanía’: Xanas y brujas de la mano de J.V. Gachs