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Lugo y el mundo romano

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Lugo es una pequeña capital de provincia, con lo cual es una visita que resulta muy agradable por la escasez de agobios. Debemos destacar su origen romano, lo cual nos permitirá conocer sus famosas murallas romanas que sorprenden por su buen estado.

Pasear por sus calles antiguas con la tranquilidad y sosiego de sus gentes es un placer que se agradece en este mundo agitado en el cual vivimos.

¿Me acompaña a descubrir Lugo?


  1. LA CATEDRAL
  2. LAS MURALLAS ROMANAS
  3. EL PUENTE ROMANO

LA CATEDRAL

La catedral odoariana era un edificio de gran belleza, por lo que el Rey Casto lo adoptó como modelo para construir la catedral de Oviedo.

En el primer tercio del siglo XII el edificio se hallaba en unas condiciones tales que obligaron al obispo Pedro III con su cabildo y otras personas notables de la ciudad a concertar en el año 1129 con el maestro Raimundo la construcción de un nuevo templo conforme al estilo arquitectónico entonces imperante, el románico.

La catedral actual es de estilo predominantemente románico. Su construcción se inició en el año 1129 y finalizó en 1273. Fue diseñada por el maestro Raimundo de Monforte y dedicada a Santa María.

Una de sus joyas más destacadas es el retablo mayor, realizado por Cornelis de Holanda. Fue dañado a consecuencia del terremoto de Lisboa del año 1755. Debido a esto se decidió dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran actualmente en ambos extremos de la nave de crucero.

La catedral posee el privilegio papal de exposición permanente del Santísimo Sacramento, de ahí el cáliz y la hostia que aparecen en el escudo de la ciudad con la leyenda Hic hoc misterivm fidei firmiter prifitemvr (Creemos con fidelidad en este misterio), en referencia al misterio de la Eucarestía y que se trasladó al propio escudo de Galicia. 

La catedral presenta una de cruz latina con tres naves, crucero y girola con cinco capillas absidales.

La nave mayor se cubre con bóveda de cañón apuntado y los laterales con bóveda de cañón y arista, de nervios en el crucero, y bóveda de cañón con lunetos en el triforio. Las ventanas del triforio son de arco agudo o apuntado al interior y al exterior.

A la izquierda de la entrada a la catedral está la Torre Vieja, gótica, rematada por un cuerpo de campanas renacentista, obra de Gaspar de Arce en el año 1571. 

 En la Plaza de Santa María, en la cabecera de la catedral, se ubica un crucero de fecha desconocida, en el tramo que va entre la torre-campanario y la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes.

Son románicos los paramentos verticales y bóveda de la nave del crucero, lo mismo que la mayor parte de la nave mayor, laterales y triforio, cuyas bóvedas fueron rehechas en el siglo XVIII.

Pertenecen al gótico el primer cuerpo de la capilla mayor y la girola con sus capillas absidales adosadas (1320-1360), exceptuada la central, así como las antiguas de Santo Domingo de los Reyes (1370) y San Froilán (1480), que actualmente forman la llamada del Pilar, además del primer cuerpo de la torre de las campanas (hacia 1570 o antes) y el nártex o pórtico norte (1510-1530), no así la portada.

Son renacentistas el segundo cuerpo de la capilla mayor y la actual capilla de San Froilán; al barroco pertenecen la sacristía del año1678, la sala capitular y sus aledaños del año1683, el claustro del año1714 y la capilla central de la girola, llamada de los Ojos Grandes del año 1726.

La fachada principal, por su parte, corresponde a un proyecto en estilo neoclasicista de finales del siglo XVIII, cuyo autor fue Julián Sánchez Bort. Este proyecto se mueve en la órbita de lo que Ventura Rodríguez propuso para la fachada de la catedral de Pamplona, que a su vez recoge el esquema de iglesia torreada propuesto por Serlio. La conclusión de la fachada tuvo lugar a finales del siglo XIX, con el remate de las dos torres. 

La puerta norte es lo más destacado del estilo Románico de la catedral. Está situada por un pórtico de principios del siglo XVI, cubierto de una bóveda estrellada. La portada está formada por tres arquivoltas y guardapolvo de arcos de medio punto y dintel bilobulado, decorado con una mandorla con un espléndido Pantocrátor sedente. De gran originalidad es el pinjante con forma de capitel que cuelga del centro, donde se representa la Última Cena. Está tallada en mármol y data del siglo XII; los herrajes de la puerta son del siglo XIII.

Un precioso dístico hexamétrico en latín, en las tres caras visibles del ábaco, describe la escena representada: la Eucaristía original, con San Juan Evangelista al lado de Cristo. Este pinjante fue reproducido en una serie de sellos de correos de España en 1969 con motivo del tricentenario de la Ofrenda del Reino de Galicia a Cristo Sacramentado en esta Catedral.

En su interior debemos destacar la imagen de la Virgen corona el retablo de Cornelio de Holanda. La talla de la Virgen rinde tributo en sus características, a la de los Ojos Grandes, y en la orla de su manto inscribe una breve invocación, métrica y rimada “Oh Madre de Dios, acuérdate de nos” seguido de AMÉN, JESÚS, que también se diría de tradición medieval.

Del Tesoro, sólo quedan algunos restos después del saqueo napoleónico en 1809. Posee una destacada colección de cálices de los siglos XV al XIX. Destaca la custodia del siglo XVII, tradicionalmente atribuida a Juan de Arfe, pero salida de un taller toledano de la época en la cual el obispo don Diego de Castejón la regaló a la catedral en el año 1636. 

El coro es una de las joyas más destacables del interior del templo es el coro, construido por Francisco de Moure. Se hizo a principios del siglo XVII. La sillería está compuesta de 27 puestos en el nivel bajo y 37 en el nivel alto.

Destaca la imaginería que se desarrolla en los medallones del respaldo de los puestos bajos y en los rectángulos de los altos. Asimismo se observan innumerables elementos naturalistas. Es la única catedral gallega que conserva su coro en la nave central.

La capilla de los Ojos Grandes data del siglo XVIII y es obra de Fernando de Casas Novoa. El retablo, una de las mejoras obras del barroco gallego fue realizado por el escultor Miguel de Romay. La Virgen de los Ojos Grandes es la patrona de la ciudad de Lugo y la catedral está consagrada a su nombre. Su festividad es el quince de agosto. 

La capilla de San Froilán es de estilo renacentista, del siglo XVIII. La imagen del santo, tallada en madera, es obra de Francisco de Moure. En la cabecera hay un sepulcro, conocido como de Santa Froila la tumba es del siglo IX y el sepulcro del siglo XII.

San Froilán es el patrón de la ciudad de Lugo. Nació en los arrabales de Lugo en el año 833. Su festividad se celebra el 5 de octubre. Según cuenta la leyenda, el santo introdujo en su boca brasas ardientes para aceptar el juicio divino a seguir por su vocación: la de eremita o la de predicador.

LAS MURALLAS ROMANAS

La antigua ciudad romana de Lucus Augusti, fundada por Paulo Fabio Máximo en nombre del emperador Augusto en el año 13 a. C. tenía como finalidad anexionar, definitivamente, el noroeste de la península ibérica al Imperio romano. Fue dotada en el Bajo Imperio de un muro de defensa que ha perdurado, con escasas reformas, hasta la actualidad.

La muralla tiene una longitud de 2.266 metros y está coronada por 85 poderosas torres. Delimita el casco histórico de la urbe gallega y ha pasado de ser un obstáculo para su evolución y crecimiento a ser un monumento integrado en la estructura urbana y fuente de riqueza turística.

Construida como separación y defensa, se ha transformado en un elemento integrador entre la antigua Lucus y la que se ha desarrollado a su alrededor. Sus diez puertas realizan la función de unir una parte de la ciudad con la otra y su paseo de ronda, adarve, se ha tornado en una calle más que es recorrida por los viandantes autóctonos y visitantes.

La muralla romana de Lugo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 el día treinta de noviembre y está hermanada desde el día seis de octubre del año 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.

En el año 2015, en la aprobación por la Unesco de la ampliación del Camino de Santiago en España a Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España”, fue incluido como uno de los bienes individuales del camino primitivo.

La muralla de la antigua Lucus Augusti es la mejor conservada de las murallas romanas ubicadas en la península Ibérica. Las modificaciones que ha sufrido a lo largo de sus más de XVII siglos de existencia no han llegado a alterar, sustancialmente, su aspecto original que sigue las directrices del ingeniero romano Vitrubio.

El conjunto defensivo tiene una longitud de 2.117 m, aunque hay divergencias en la medida, y abarca una extensión de 34,4 ha. La anchura de los muros es de 4,20 m alcanzando los siete metros en algunos tramos.

Puertas de la muralla de Lugo.
1. Puerta de San Fernando
2. Puerta Falsa
3. Puerta de la Estación
4. Puerta de San Pedro
5. Puerta del Obispo Izquierdo
6. Puerta del Obispo Aguirre
7. Puerta de Santiago
8. Porta Miñá
9. Puerta del Obispo Odoario
10. Puerta Nueva

La muralla mantiene una serie de torres defensivas entre las cuales se levantan los lienzos de la misma. La distancia entre torres, hay constancia de que había 85 u 86, 46 de ellas se conservan íntegras mientras que hay restos de las otras 39 más o menos mejor conservados, varía entre los 8,80 y 9,80 metros hasta los 15,90 y 16,40 metros con una altura entre los 8 y los 12 metros por la parte exterior.

Las torres tienen unas dimensiones de 5,35 metros hasta 12,80 metros en el hueco o segmento, y de 4,80 hasta 6 metros, en la flecha. Una de las torres tiene ventanales de medio punto de 1,15 m de ancho y de 1,43 m de alto (alguno llega a los 1,53 m).

El trazado de la construcción defensiva dejó fuera importantes núcleos residenciales de la antigua ciudad a la vez que protegía zonas deshabitadas. Se extiende por una orografía irregular, más alto al noroeste y en descenso hacia el sudeste. La forma es cuadrangular, con vértices suavizados.

Los materiales de lo que está construida la muralla son, principalmente, el granito, para los remates de las puertas y ángulos de refuerzo de las torres y las lajas de pizarra, que constituye la exterior de los muros. El interior está relleno de un mortero compuesto de tierra, piedras y guijarros cementados con agua. Todos los materiales son abundantes en la zona.

De las 85 u 86 torres originales se conservan 71, de ellas 60 son de planta circular y 11 cuadrangular. Debieron estar coronados por torres de dos pisos que tenían ventanales, como atestigua la torre llamada de “A Mosqueira” en la que todavía permanecen.

Puerta de San Pedro

La disposición de las torres evita la existencia de ángulos muertos. Las cortinas (tramo de muro que se extiende entre dos torres) tienen una longitud de entre 6,30 m. y 13,50 m.

Los restos de la torre llamada “A Mosqueira” hacen suponer que cada una de las torres, o cubos, tenía en origen una estructura superior que contaba, al menos, con dos pisos. Estos pisos tenían grandes ventanales donde se estima que se ubicarían armas defensivas como ballestas, onagros o escorpiones.

La muralla disponía de cinco puertas de acceso que correspondían a las vías principales del trazado urbano. Entre los años 1853 y 1921 se abrieron otras cinco por necesidades de la expansión de la ciudad, de las diez puertas existentes, seis son peatonales y cuatro permiten el tráfico rodado.

Había cinco puertas en la época romana que coinciden con las actuales de Porta Miñá, Porta Falsa, Porta de San Pedro, Porta Nova y Porta de Santiago. De ellas la Porta Miñá y, posiblemente, la Falsa son de factura original, las otras tres son posteriores. La puerta principal estaba en donde se construyó el Reducto de Cristina y era conocida por el nombre de Porta Castelli.

Las puertas abiertas a partir del año 1853 son las de San Fernando (1853), la Estación (1875), Obispo Izquierdo (1888), Obispo Aguirre (1894) y Obispo Odoario (1921).

Por la puerta de San Pedro entraban las calzadas XIX y XX procedentes de Asturica Augusta, actual Astorga y Braccara Augusta, actual ciudad de Braga en Portugal. La Porta Nova enlazaba con Betanzos y por la Porta Miñá se iba a Padrón, mientras que por la Porta Falsa se iba hacia la costa y al puerto de Lugo de Llanera. 

Puerta de Santiago

La muralla, además de un elemento defensivo, también servía para delimitar el fuero y con él los impuestos de la ciudad, ya que en sus puertas se cobraba el impuesto del portazgo y se realizaba el control de las personas que entraban y salida del recinto.

Las puertas de madera que permitían cerrar el acceso permanecieron hasta el año 1877 que desaparecieron definitivamente. El control del tránsito se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, permaneciendo como testigo del mismo los fielatos en varias de las puertas.

El acceso al adarve se realizaba mediante escaleras embutidas en los muros de las torres. Estas escaleras eran dobles, de patrón imperial. Hay rastro de 16 de estas construcciones.

Se hallaron los primeros vestigios de la existencia de estas escaleras de acceso al adarve en el año 1962, pero estaban totalmente cegadas por desperdicios y tierra. Con la puesta en marcha del Plan Integral de la Muralla se rehabilitaron. Se estima que había una escalera por cada torre.

Las escaleras no llegaban a la altura del suelo. Para acceder al primer escalón había que utilizar escaleras móviles. Esto permitía, en caso de necesidad, aislar la muralla retirándolas.

En la actualidad se accede mediante seis escaleras exteriores a los construidas a partir del siglo XVIII.

La estructura defensiva que conformaba la muralla estaba formada por el foso, la propia muralla y el intervallum.

El foso está situado a unos 5 m de las torres y tenía una anchura de 20 metros y una profundidad de 4. En la actualidad solamente quedan vestigios del mismo y pudo ser documentado en el año 1987 mediante diferentes estudios arqueológicos. Se ha comprobado que no es un foso continuo, sino que está formado por diversos tramos independientes con encuentros acoplados. Tienen en el fondo una serie de canales cuya finalidad está sin definir.

El intervallum era un espacio entre la muralla y las edificaciones urbanas. Recorría toda la longitud de la misma, como un paseo de ronde inferior, y servía para la intendencia de la defensa. Con el paso del tiempo este espacio fue siendo ocupado por edificaciones. A mediados del siglo XX había más de 30 edificios adosados a la muralla, invadiendo el intervallum.

La datación de la muralla de Lugo, basada en los materiales constructivos y en los hallazgos arqueológicos, la sitúa en la segunda mitad del siglo III. Su construcción coincide con la percepción de la amenaza bárbara por parte de las autoridades del Imperio. Se estima que su construcción fue un único proyecto que terminó de realizarse sobre finales del siglo III o la primera mitad del siglo IV.

La situación e importancia estratégica de la ciudad aconsejaron su construcción. La propia ubicación de la ciudad, bien resguarda el estar en lo alto de una pequeña colina y rodeada por un lado por el río Miño y por los otros por los arroyos Rato, Paraday y Chanca. La muralla protegió a la ciudad del viento frío del norte.

La construcción de la línea defensiva dejó fuera barrios enteros como el de Recatelo e incluyó tierras de labor y despobladas. Mientras que otras ciudades se reducían cuando se fortificaban, Lugo creció.

Bajo el dominio de los suevos y visigodos Lugo se fue despoblando. Alfonso I intentó frenar esa pérdida de población, pero no fue hasta después de su conquista a los musulmanes que se invirtió la tendencia.

En el siglo VIII la ciudad cayó en manos de Musa, y en el año 998 fue atacada por Almanzor, que derribó uno de los lienzos, aunque no alcanzó a conquistar la urbe.

Se conformó un nuevo núcleo poblacional alrededor de la Plaza Mayor en la Baja Edad Media. Hay grandes zonas despobladas dentro del núcleo defensivo, tal es así que a principios del siglo XIX s todavía existían áreas sin urbanizar comprendidas en él.

En el siglo XVI se comenzaron a construir viviendas en los huecos entre las torres por la parte exterior propiciando el crecimiento ultramuros de la ciudad.

Se realizó la construcción del llamado Reducto Cristina En el año1837 y entre los años 1853 hasta 1921 se fueron abriendo nuevas puertas en las murallas. 

El 16 de abril de 1921 la muralla fue declarada Monumento Nacional, a raíz de la apertura de un hueco en uno de sus lienzos para la construcción de una de las puertas. En el año 1971 se inició el plan conocido como Operación Muralla Limpia, que tenía como objetivo el librar al monumento de todas las edificaciones adosadas a su paramento exterior.

La muralla según Vitruvio

En 1837 se construyó un baluarte defensivo para la ubicación de artillería entre la puerta del Obispo Aguirre y la torre de A Mosqueira. Es de forma triangular y tiene troneras artilleras, debido a las guerras carlistas y vino a unir dos tramos que estaban separados por una serie de edificios medievales utilizados como fortaleza. Se descubrió un cubo original en el año 1990 que se cree formaba parte de la puerta allí existente, la principal, llamada Porta Castelli.

EL PUENTE ROMANO

Es un puente de origen romano que ha sufrido numerosas reconstrucciones durante los siglos xii, xiv y xviii. Está construido en sillería y esquisto, y presenta vigas metálicas. Cuenta con 104 m de longitud y 4 m de ancho, cruza el río Miño a su paso por el suroeste de la ciudad de Lugo, uniendo la Calzada da Ponte con la carretera vieja de Santiago, vertebrando esta última el barrio lucense de San Lázaro. Está situado muy cerca del balneario de aguas termales, que data asimismo de la época romana.

El firme estaba asfaltado y permitía el paso de vehículos ininterrumpidamente, excepto a los vehículos pesados, que no tenían autorizado el paso.

Actualmente este puente es uno de los dos puentes peatonales con los que cuenta la ciudad.

Siglos más tarde, en la Baja Edad Media, sufriría restauraciones de cierta relevancia debido por una parte al mal estado en que se encontraba y por la otra a las nuevas necesidades de transporte de la época. 

Llegada la Edad Moderna hubo que hacer reparaciones para, finalmente, en 1893 modificar definitivamente su aspecto, al serle suprimidos varios elementos. Sin embargo, los fundamentos de la ponte actual, llamada vieja o romana, son en buena parte los originales.

A causa de la construcción de un nuevo puente en el año 200, el puente romano de Lugo fue restaurado y quedó para uso peatonal. Durante el proceso de restauración, se eliminaron las pasarelas metálicas y se eliminó el asfalto del firme, tratando de asemejarse lo máximo posible a como era en tiempos de los romanos.

La Calzada da Ponte que baja desde la Porta Miñá o Puerta del Carmen hasta el puente romano, forma parte del camino primitivo de peregrinación a Santiago de Compostela.