miércoles. 07.08.2024
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Fran Nieto |

Inesperadamente el personaje de Aurora no atrapa en las primeras páginas. Sí, lo cierto es que de entrada resulta bastante desagradable. Una persona que no cae bien a pesar de su pasado, a pesar de sus problemas, a pesar de todo porque... seamos realistas, ella entra en la historia como un elefante visitando una cacharrería. Aurora es inestable y tiene una actitud de darse por vencida tras los desesperantes hechos que se nos cuentas y que la pobre tiene que sufrir en su trabajo.

¿Y qué hace Aurora nada más llegar al agradable pueblo emiliano donde estuvo destinada? Es de noche, ve las luces de la policía y entra inmediatamente. Nadie en la comisaría la conoce, ni siquiera se ha presentado a su jefe, y ya acude a la escena del crimen y dice que hace lo que quiere, e incluso quiere que otros estén a su servicio. Luego las páginas avanzan y las investigaciones toman un rumbo absurdo, Piovani insiste en una teoría extraña y el fiscal Torrese no hace más que apoyar esta idea. Y entonces Aurora, la única que al final se compromete verdaderamente con la investigación, adquiere una nueva luz. Poco a poco, Aurora Scalviati conquista al lector -me conquista a mí- y las aristas de su personaje, que en cualquier caso nunca se suavizan excepto en raros momentos durante la lectura, se convierten en una fuerza adicional.

Aurora nel Buio es una novela hecha así, tiene bordes afilados, espinas, páginas punzantes que nunca abandonan al lector, hasta el punto de que éste nunca puede resultar demasiado delicado o débil. El asesino es un tipo sin escrúpulos. La historia es una historia que no deja atisbos de tranquilidad. Los personajes provienen de experiencias duras, difíciles de compatibilizar. Y seamos realistas... El único que parece tener verdadera bondad de corazón termina mal, quizás por accidente, quizás no, en un incendio devastador.

Y si el thriller nos traslada a un universo alejado de la apacible Emilia Romagna que todos conocemos, la historia dentro de la historia es una caza de fantasmas, los fantasmas de Aurora, los de Bruno, los de Piovani y los fantasmas de un asesino que se revela víctima y también verdugo, al igual que quienes lo cazan.

Es una historia donde los demonios no tienen paz, y es inútil intentar exorcizarlos, porque siempre regresan. Y es una historia que abarca los años, los siglos, los milenios... Y un inquisidor experto nada podría hacer contra estos fantasmas, e imagínate si los buenos policías pueden hacer algo al respecto. Demonios interiores que se proyectan en la realidad, se solidifican, plantan sus propias semillas del mal y se reproducen de generación en generación, como enredaderas que se aferran a los corazones inocentes de los niños, testigos, víctimas, pero también de los perseguidores.

Después de mucho tiempo, Bárbara Baraldi regresa al thriller con energías renovadas, con un estilo más rudo y agresivo, manteniendo la poesía, su capacidad de describir a través de la música, las emociones y las imágenes. Un estilo que conquista. La autora es feroz con sus criaturas y les deja muy poco espacio para respirar. Es una carrera contra el tiempo, una carrera contra perros despiadados que no ven la hora de matar, es una carrera obstaculizada por los mecanismos de la burocracia, de la política o, más simplemente, por la ceguera de elementos que sólo intentan esconder la cabeza en la arena esperando que todo pasará, y que pasará dejándolos ilesos.

Una obra escrita por una mano experta en cada detalle al contar esta turbia historia, y que además ofrece pequeñas curiosidades, citas cinematográficas, homenajes ocultos, que sin duda consiguen iluminar los ojos de los apasionados de este género narrativo. No revelaré nada, pero en varias ocasiones me detuve a recordar películas que me encantaban y libros que me ponían la piel de gallina.

'Aurora en la oscuridad', de Bárbara Baraldi