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Juan Fernández-Montes | @Kili________
Con una forma de consumo de contenidos en redes ya no tan novedosa, todo parece llegar, generar interacciones y desaparecer en un intervalo de tiempo cada vez menos duradero. Todo el contenido se esfuma velozmente, pero Doechii, nombre artístico de Jaylah Hickmon, recuerda que este ritmo deja heridas que no llegan a sanar con la misma celeridad.
Tras una serie de canciones publicadas semanalmente en YouTube, por fin el pasado 30 de agosto vio la luz la mixtape al completo. En gran parte, estos avances sirven como demostración de la versatilidad estilística y sónica de Doechii, pero aparte del alardeo presente en sus versos, también deja entrever otros aspectos de su realidad en los que profundiza en el resto del disco.
A lo largo de la cinta, la nacida en Tampa, Florida, vuelve a demostrar que tiene habilidades de sobra para todo lo musical, ya sea escribir o experimentar con nuevos sonidos, a la vez que se enfrenta a las presiones de su firma, Top Dawg Entertainment (TDE). Durante los últimos años, TDE ha tratado de convertirla en una artista genérica más con cuya música lucrarse de un consumo fugaz, coartando su libertad a la hora de expresarse en sus canciones y anulando toda posibilidad de perdurar en el panorama una vez termine su carrera.
Las quejas hacia la discográfica respecto a lo que pretendían conseguir con Doechii cobran sentido con solo repasar los lanzamientos previos a los adelantos de Alligator Bites Never Heal. Uno se da cuenta rápidamente de que no son pocos los temas que, desde la firma del contrato entre sello y artista en 2022, parecen compuestos para viralizarse y olvidarse enseguida.
En estas circunstancias, Doechii se siente acorralada y bajo presión, pero decide actuar acorde al método para sobrevivir al ataque de un caimán. Al igual que una presa debe girar a la vez y en el mismo sentido que lo hace este reptil cuando la ha atrapado en sus mandíbulas, la floridana sigue el juego a TDE para evitar perjuicios, aunque eso no significa que salga ilesa del proceso.
Se autodenomina 'La Princesa del Pantano' y trata de reflejar esta estética no únicamente en su música, sino también en su indumentaria
En efecto, las heridas que le ha dejado no parecen haber curado, pero Jaylah no se avergüenza de ello sino que, al contrario, las hace visibles en sus estrofas. La introducción a la cinta, STANKA POOH, ya hace explícita la insatisfacción de Doechii con su catálogo hasta la fecha que, por más que contiene innegables éxitos, es algo que ha desencadenado que llegue a valorar todos sus futuros posibles, incluyendo el suicidio.
Entre llamadas de atención a TDE y alusiones a su propia destreza musical, la rapera expone sus adicciones y relata anécdotas de sus relaciones pasadas, sin dejar de lado las referencias al pantano y los aligátores característicos de Florida y que, desde los inicios de su carrera musical en YouTube y SoundCloud, han sido su mayor inspiración estética. De hecho, se autodenomina la Princesa del Pantano y trata de reflejar esta estética no únicamente en su música, sino también en su indumentaria.
Lo más admirable de Alligator Bites Never Heal es sin duda la conjunción de creatividad y ejecución de la que Doechii hace gala sin apenas despeinarse. Si bien es cierto que en el panorama musical la originalidad rebosa en todos los géneros y regiones, estando en muchos casos aún por ganar reconocimiento, son solo unos pocos los que pueden estar orgullosos de que la ejecución esté a la altura. Jaylah se muestra capaz de sobresalir en ambos aspectos independientemente del género de cada canción.
En la mixtape hay una gran variedad de estilos musicales, entre los que Doechii alterna cómodamente, como mudando de piel
Y es que en la mixtape hay una gran variedad de estilos musicales, entre los que Doechii alterna cómodamente, como mudando de piel. Sin embargo, es este alterne arbitrario, junto a la generalmente escasa duración de las pistas, lo que ha causado que el proyecto sea sometido a críticas que alegan una falta de cohesión en la extensión del mismo. Aunque estas críticas están ciertamente fundamentadas, hay que tener en cuenta que Alligator Bites Never Heal es a fin de cuentas una mixtape, esto es, una exhibición del potencial y rango de la artista con la que pretende dejar a la audiencia pendiente de lo que está por venir y, en este aspecto, Doechii ha logrado su objetivo.
La falta de congruencia dentro de la cinta se debe también a que las cuestiones alrededor de las que orbitan las canciones no siguen un orden temático, a pesar de parecer que esto sería lo óptimo. Sin embargo, aunque el disco carece de toda la consistencia que podría tener, es evidente que sí hay progreso en el mismo; desde un inicio con bocanadas ahogadas como manifestación de las preocupaciones y ansiedad de la artista, hasta el cierre con un monólogo que reafirma a Jaylah que no todo el mundo es capaz de ir hacia donde va ella.
Alligator Bites Never Heal es una declaración de Doechii, quien solo tiene intención de seguir avanzando y mantener a sus oyentes expectantes por su evolución, tras haber demostrado sus aptitudes frente a aquellos que la presionaban, como caimanes acechando a su presa en una marisma, para que fuese un tipo de artista que nunca quiso ser.
