domingo. 30.06.2024
ucrania soldado

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La anunciada visita a España de un actor marioneta de la guerra como Zelenski ha sido anulada o solo aplazada para alegría de los que sabemos que pretendía concretar cuántas armas, cuánto dinero y por cuánto tiempo va a recibir de nuestros impuestos. El Gobierno español los considera suyos, si tenemos en cuenta las declaraciones de su ministra de la guerra, la señora Robles, cuando nos dice que apoyará al ucraniano hasta el final y con nuestros bolsillos. ¿Y con el permiso de quién? Mío, no- ni de usted, supongo- ni siquiera del Parlamento, lo que adquiere el calificativo de intolerable si es que seguimos apostando por los valores democráticos más allá de las palabras estupendas con que se adorna esta democracia de pena plena.

¿En qué nos beneficiamos los españoles de este tráiler político rebosante de muertos? Acerquemos la lupa. ¿Tendremos, acaso, mejor sanidad pública, mejores escuelas y universidades, menos desempleo, mejores empleos y salarios más acceso a la vivienda, y todas esas cosas que indican calidad de vida personal y democrática del país? Ya conocen las respuestas, claro.

Feo asunto, sí, todo eso, pero ¿sería mejor que los beneficios de la guerra de Ucrania y los negocios con el sionista fascista sirvieran para aumentar nuestro bienestar? Eso sería repugnante. ¿Cómo calificar entonces, aparte de antidemocrática y ruinosa, esa prometida ayuda de pozo sin fondo a un dictador como Zelenski, jefe de un gobierno corrupto y marioneta de guerra de los EEUU para cercar a Rusia? ¿Absurda? ¿Servil a los EEUU, como siempre? Este es un juego muy peligroso, porque apoyar a Ucrania incondicionalmente nos sitúa a los españoles como enemigos de una potencia nuclear como Rusia, - que no nos ha hecho nada para ser un peligro para nosotros- hoy controlada por otro dictador despiadado, que en caso del estallido de una guerra como parece estarse preparando, nos encontraría esgrimiendo tirachinas frente a un dragón que escupe bombas atómicas. Pero la señora ministra de la guerra no parece tener miedo ni siquiera a mentir cuando dice textualmente “Tenemos un peligro con Rusia”. Nosotros no, señora ministra. Solo suyo.

Otros impresentables amigos

En ese orden de cosas, ¿cómo se puede asumir esa inadmisible relación de España con un genocida como Netanyahu ese criminal de guerra de la que no recibiremos otra cosa los españoles más que el desprecio del pueblo palestino por culpa de nuestro Gobierno que dice y no hace? ¿Se puede asumir eso, se puede sentir alguna simpatía por este crimen a gran escala? No podemos ser tan tolerantes. Igual de intolerable y por las mismas poco democráticas razones se va a visitar al genocida, pero no para curar el cáncer sionista sino para negociar la compraventa de armas destinadas a seguir asesinando niños y niñas a pocos kilómetros de ese encuentro, porque ellos, los niños y las niñas palestinas incluidos los neonatos, forman parte esencial del plan de exterminio y borrado del mapa del pueblo palestino. Que hay que tener cuajo para rendir visita a un sujeto así en vez de denunciarlo al Tribunal Penal Internacional, negarse a admitir su embajada y bloquear sus cuentas en España, que debería ser parte de la cura del cáncer sionista en Palestina.

En el orden de la política exterior no podemos olvidar las relaciones con Marruecos. Son estúpidas y vergonzosas a partes iguales. Haber abandonado a su suerte al pueblo saharaui y dejarlo en manos de Marruecos, reúne esas dos condiciones por parte de España. Ponerse al lado de Marruecos en su política sobre el Sahara nos ha supuesto indisponernos con Argelia y tener que pagar más caro el gas argelino y además tenerlo que comprar, también más caro, a los EEUU. Otro negocio ruinoso. No sabemos si oculta algo el famoso informe Pegasus si es que esconde cosas apropiadas para un chantaje, o porque España es también aquí sierva de la política norteamericana que siempre apoya al rey dictador marroquí. En ambos casos, lo dicho: vergonzoso y estúpido.

 Y ahora nos vamos al interior del país y a los malos negocios de nuevo.

¿Fondos buitre? Peor que los pájaros de Hitchcock

No la misma altura, pero sí al mismo nivel de falta de inteligencia política y de falta de ayuda a la gente a la que debe servir, el Gobierno ha abierto más puertas aún a los fondos buitre para expulsar a los vecinos del centro de las ciudades y convertirlos en centros turísticos rentables. Es lo mismo que lo ocurrido con la sanidad, donde han metido sus picos infectos contribuyendo sibilinamente a desmantelar la pública haciendo negocio y a extender la privada haciendo más negocio. No es nuevo este asunto, porque ya la señora de Aznar les vendió a los buitres pisos de protección oficial, convertidos en pisos para alquileres inasequibles y se iniciaron esos abominables ensayos de gestión compartida público-privada en la sanidad. De modo que no es nuevo, sino simple continuismo.

¿Cuál puede ser el final de esta voracidad cuando nos acabamos de enterar que acaban de comprar el pueblo de Burguillos, un pueblo entero, cuyo Ayuntamiento se endeudó con un banco? ¿Dónde se hallan aquí y allá los valores socialistas, los democráticos, la defensa del territorio y los valores éticos y hasta legales como en el caso del Sahara o del genocidio de Gaza? ¿Dónde el respeto a los intereses del pueblo llano de aquí y de allá?

Ya hace mucho que se nos dijo que por sus frutos se conocen los árboles, las ideologías, las instituciones, o gobiernos aunque se disfracen de progresistas, o personas aunque vistan con traje con corbata, uniforme militar o talar y oficien en Parlamentos, cuarteles, juzgados o en catedrales. Olvidar esto puede ser fuente de graves errores y malos negocios para nosotros, la gente corriente. Como usted y yo, vamos.

Amistades siniestras y negocios ruinosos