miércoles. 17.07.2024

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Cualquier tipo de violencia, sea la que sea, es reprobable, irracional, insensata y carente de argumentaciones que la defiendan y justifiquen. Se ponen en ridículo aquellos que la defienden y justifican y las que las alientan, desde la irracionalidad e insensatez, hasta los que las alientan atacándola pero a la vez insultando y provocando para que estas continúen. La violencia no se acaba con más violencia, se acaba con el diálogo, con el entendimiento, con la educación, con menos represión. Atacar la violencia con más violencia, con insultos y con la falta de comprensión y poniendo argumentaciones irracionales, manipulando la información es como apagar un incendio con fuego en vez de con agua o medios que apaguen o recorten los estragos del incendio. 

La violencia y más la violencia gratuita “pagada” por intereses ocultos, que habría que averiguar, solo beneficia a la ultra derecha, a los argumentos de aquellos que están a favor de la desestabilización de la democracia, de sus valores y sobretodo de un gobierno que ha sido refrendado en las urnas, les guste o les guste a aquellos que aunque critiquen la violencia la alientan con sus insultos insensatos para que continúen medidas represivas, de un lado o otro. La violencia gratuita no beneficia a la defensa de la libertad de expresión, al revés, la recorta y da alas y argumentos irracionales a aquellos que realmente de una manera indirecta las alientan y la necesitan para su supervivencia política. 

Si la ciudadanía aceptamos la violencia como algo normal, la democracia y lo peor los derechos humanos se van a ir a pique

Ninguna violencia ayuda a la democracia, por lo que nadie que se auto proclame de izquierdas puede justificarla y menos alentarla, por eso mismo hay que dejar de lado las manipulaciones y la falta de equidad informativa y falacia e insulto irracional político para acabar con una violencia absurda y gratuita que solo beneficia a aquellos que no creen la democracia y sus valores. Observar cómo tanto los martes en el Senado como los miércoles en el Congreso de los Diputados, y en muchas de las cámaras autonómicas gobernadas por la derecha, Vox y PP, emplean el insulto, como argumentación para defenderse de sus desmanes políticos y económicos y su falta de transparencia y de propuestas políticas en lo que respecta al bienestar de la ciudadanía, es violencia, pues convierten las instituciones en un circo y con ello menoscaban la democracia y dicen en voz alta que no les importa los votos, sino sus intereses y preservar sus estatus sociales, es más solo aceptan mandar e incluso ni eso saben, pues cuando lo hacen: prevarican, utilizan instituciones, y y utilizan la corrupción como medio de enriquecimiento. 

Es violencia observar como la señora Ayuso, toda una presidenta de un gobierno autonómico en un discurso de 6 palabras, utilice 5 veces la palabra criminal para atacar a un gobierno legítimamente elegido y con el fin de tapar sus irracionalidades, sus corruptelas y lo peor sus decisiones erróneas y cargadas de factores delictivos como fue el protocolo que ella propuso durante la pandemia, además de tapar “sus ayudas” a lo más cercanos a ella, además de utilizar a asesores y medios informativos afines a ella, para provocar el miedo, el odio, la crispación y para de un forma “mafiosa”, a aquellos medios que no le son afines amedrentarlos y amenazarlos. 

Ante ese verbalismo que convierte a las instituciones en lodazales, en un estercolero, solo con el fin de derrocar al gobierno o limitar la democracia, la ciudadanía debemos decir basta

Violencia y más violencia. Como es una violencia gratuita intentar acabar con un terrorismo irracional y cruel, matando de forma desproporcionada a gente inocente o sacando bulos informativos para justificar su falta de previsión y así ellos demostrar que son fuertes, cuando han demostrado su propia debilidad y es aceptar la violencia como medio de actuación y defenderse con más violencia irracional para acabar con todo aquel y con toda la ciudadanía que está en contra de ellos y sus políticas. Si la ciudadanía aceptamos la violencia como algo normal, la democracia y lo peor los derechos humanos se van a ir a pique. 

No podemos esconder la cabeza, y ante esa violencia gratuita, ante esos insultos irracionales, ante ese verbalismo que convierte a las instituciones en lodazales, en un estercolero, solo con el fin de derrocar al gobierno o limitar la democracia, la ciudadanía debemos decir basta y demostrar nuestra madurez no dando el voto a todos aquellos que consideran que la violencia, el insulto es lo único que saben hacer, tenemos que demostrarles que esas personas, esos partidos no nos representan y sus dirigentes deben estar fuera, pues queremos una democracia, una verdadera libertad, no solo la de tomar cañas o salir por la noche, sino una libertad para expresarnos, para tener mejores derechos: vivienda, empleo, bienestar social y una educación pública, sanidad pública y estado laico.

¿A quién beneficia la violencia gratuita?