A efectos socio-electorales, puede decirse que hay tres Américas: la que vota con gran estabilidad a los republicanos, la que suele decantarse por los demócratas y la que se queda en casa.
Grupos de la extrema derecha racista proclaman abiertamente su intención de no permitir la derrota de Trump; o, como ellos dicen, combatir el supuesto fraude para impedir un segundo mandato.