Los trabajadores en las urnas han sido inmisericordes. Han elevado a los cielos a los sindicatos que denunciaron y rechazaron el convenio y han aproximado a los infiernos a los que lo aprobaron.
El acuerdo alcanzado por AMYTS no responde a las demandas de la ciudadanía ni de los trabajadores sanitarios que se expresó masivamente en la manifestación del 13 de noviembre, afirman.