El trabajo analiza registros de 1.075 milanos sospechosos de morir envenenados, de los que más del 50% se confirmaron intoxicados con compuestos prohibidos en la Unión Europea.
Mientras que el resto de España se encontraba confinada, estos migrantes temporeros de la fresa eran contratados como “trabajadores esenciales” pero estaban bajo pésimas condiciones y desatendidos.