Lo recuerdo como si fuera hoy. “¡¡El que no salta es un inglés!!”, cantábamos dando saltitos, acalorados aún a pesar de los 3 grados centígrados que caían impíos sobre la Costa Atlántica.
A pesar de que la ley llegó en los primeros años de la democracia española, su lucha comenzó mucho antes, bajo una dictadura que obligó a muchas mujeres a actuar con discreción y secretismo para no…