Es paradójico que el sistema actual haya conseguido transformar miles de toneladas de mierda en productos manufacturados y no haya sido capaz de reciclar a los corruptos.
Dijo aquel visionario que siempre tendríamos pobres entre nosotros. Lo que no aclaró es si, además, de pobres de bolsa lo serían, también, de espíritu.
Estos cráneos privilegiados, no solo saben que el toro es insensible al dolor, sino que tienen la certeza de que marear un animal con un trapo de color rojo es una obra de arte casi a la…
Si, como asegura en su Catecismo, las prácticas capitalistas hacen peligrar la salvación de las almas, los obispos inmatriculadores deberían echarse a temblar.