Ya no son las corporaciones financieras y los bancos de inversión los que imponen su ley. Los nuevos actores son las BigTech y su formidable capacidad para imponer sus reglas de juego.
Tradicionalmente, los mapas y sus fronteras, las banderas y la identidad, eran los símbolos que mejor definían el mundo y la Comunidad en que nacíamos o vivíamos.