El Brexit blando de May, el Brexit duro de Boris y sus secuaces, el no, pero sí, o depende, de los laboristas, o el Brexit sin Brexit de la élite económica-financiera tienen poco vuelo.
Hay que observar cierta tendencia a confundir los grupos descaradamente extremistas y violentos con las formaciones nacional-populistas, cercanas pero no idénticas.
Que no haya sorprendido a cualquiera mínimamente informado no impide que la tronada de Donald Trump contra sus aliados atlánticos en Bruselas deje de ser asunto de interés máximo en Europa.