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Ana Barrio |
Si eres mujer sé libre, vive tú sexualidad como quieras, pero no seas demasiado puta.
Ama tu cuerpo sea el que sea, pero a ti nadie te lo hace, porque tu cuerpo no es normativo.
Hazlo tanto como quieras, compra maquinitas y romances modernos de cuero y látigo, pero no sufras por amor.
Ama y ensancha el alma, pero que no se te note porque el romanticismo es tóxico.
No seas tóxica, histérica, ni loca del coño porque nunca serás una señora, ni te respetará nadie.
Tienes derecho a pedir baja por tener la regla, pero en las entrevistas de trabajo te preguntarán por tu vida privada, y en las ofertas de empleo te ofrecen pagarte el cole de los niños.
Ten hijos, pero no se te ocurra desatender tu empleo, porque luego te pondrán mil trabas para recuperar tu puesto, en el que ya no hay una vacante para ti.
Viste como quieras, pero arréglate ese pelo y las uñas, que si no parecerás una descuidada.
Sé tolerante pero no lo seas con las mujeres trans, porque son nuestras enemigas.
Sé feminista pero no demasiado, no sea que se ofenda tu hombre del Pleistoceno.
Educa a tus descendientes como quieras, pero sé una madre normal.
No grites no, mientras tu violador te obliga, porque eso le excitará más todavía. Y si llegas ante el juez te dirá que tú te metiste en su cama. Y que si las de izquierdas, nos pasamos el día diciendo que si a todo.
Si eres mujer y perteneces a una asociación, aguanta cuando un colega se toque los genitales mientras habla contigo, porque el decoro, te impedirá decírselo. Y observa cómo te miran el escote.
O aguanta que en otras ONG se te acuse de ser poco feminista por estar en una mixta, donde las mujeres nunca ocupan cargos. Mentira de las gordas.
Contempla cómo se te ningunea, porque hablas de la piel y los órganos y no pareces suficientemente inteligente.
O que te llamen sanaca por ir contra la prostitución. O los derechos de los presos.
Si eres bella además, verás como se enfadan, te hacen el vacío si no les das lo que piden. Y cómo tu pareja rabia de celos porque amas a tus semejantes.
Si eres de otra pasta, habrá quien quiera llevarte a la cama, para que te vayas a su club… no se puede ser más estúpido, no.
O se te mirará raro por no fregar los platos en una fiesta. Mientras la ley te protege, pero si denuncias a tu cónyuge, él a lo sumo acabará en la cárcel y tú sin pensión alimentaria para tus hijos.
Si eres mujer no te dejes invitar ni abrir la puerta, porque el ser caballero ya no se lleva. Aunque no tengas dinero y seas discapacitada.
Si quieres ocupar un cargo de responsabilidad, hazlo 20 veces mejor que un hombre, y aún así no será suficiente y acabarán hablando de tu ropa.
Si eres mujer y hablas con un hombre machista te equivocarás cuando digas que no nos han ninguneado a lo largo de la historia porque la que quiso llegó. Como Artemisa Gentilesqui, o Hipatia, la primera fue la única pintora con cuadros expuestos en el Museo del Prado, durante años, la segunda murió lapidada.
Si eres mujer y tienes más de 50 no te esfuerces por no ser invisible… porque ellos ya se están ocupando de hacer el esfuerzo para que no se nos vea.
Como muchas de las orquestas que se sostienen con fondos públicos que menudean por España, que organizan por el 8 de Marzo conciertos para homenajear a las autoras, programan o autora y autor, con dos interpretes masculinos. O las administraciones públicas que hacen lo suyo, organizando conferencias sobre esposas de reyes, confundiendo los nombres. La duda es si los programadores son tontos, o lo hacen a posta.
Si eres mujer sabrás de qué te hablo, y si no lo eres proponte serlo, aunque sea por un día.
Y luego cuéntame qué haces por la igualdad real de las personas.
