viernes. 27.09.2024
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Inmigrantes subsaharianos. Imagen de archivo.

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Vaya por delante que los que escribimos sobre estos temas albergamos pocas esperanzas de que nuestras palabras darán qué pensar a los responsables políticos, porque no tienen por costumbre tomarnos en serio, y menos aún cuando se les hacen preguntas impertinentes sobre asuntos como este que no saben cómo resolver. Y es que lo que se nos viene encima es muy complicado para Europa y para nosotros, los europeos, pero no solo.  

Europa hace de peón de pago y cómplice en el juego de ajedrez de la guerra de EEUU contra Rusia

Europa hace de peón de pago y cómplice en el juego de ajedrez de la guerra de EEUU contra Rusia y colabora con Israel y los USA en el genocidio salvaje en Gaza y Cisjordania. Y esto tiene consecuencias: nos supone aumento de nuestra deuda pública -que también es personal-  a causa del endeudamiento por el gasto militar impuesto por la metrópoli norteamericana; nos supone menos recursos para gastos en sanidad, educación y ayuda social (incluida la ayuda a los migrantes y a bancos de alimentos) el riesgo de una guerra nuclear con Rusia; gas y petróleo más caro que antes de la guerra en Ucrania y la peligrosa enemistad de una parte del mundo musulmán antes amigo. No, no son buenos tiempos.

Resulta difícil hallar en la historia de cualquier país de Europa políticos de tan bajo nivel de conciencia y de competencia, y a la vez de tan alto nivel de servilismo ante terceras potencias como las que hoy mueven sus hilos de marionetas dirigiendo a esta UE. Cristianos sin cristianismo, demócratas tibios, ambiciosos de sillones giratorios, escasos de cultura política y visión histórica,  y amigos del sol que más calienta –que no del calor del pueblo- los gobernantes europeos muestran su enorme debilidad y además carecen de la simpatía de las gentes, lo que les impide enfrentarse con decoro a dos grandes olas que les vienen de frente: la ola fascista y la ola migratoria.

Debido a su tibieza en conciencia social y cristiana de la que alardean si viene al caso, no saben cómo detener el doble problema del fascismo y la inmigración masiva, que vienen agravados por el calentamiento de nuestra atmósfera, los desastres medioambientales, el aumento de la pobreza de los trabajadores y jubilados, la falta de perspectivas vitales, laborales y habitacionales de los jóvenes, y muchos otros frentes. Así que no es extraño el malestar en Europa y entre los europeos.  

La pregunta es si tiene solución alguna de estas cosas. ¿La tiene? A excepción del cambio climático, que no la tiene a estas alturas, todas las demás sí la tienen. Lo que pasa es que para enfrentarlas se necesitan unas condiciones que los gobernantes europeos están tan lejos de cumplir como los del resto del mundo rico.

La guerra contra Rusia

Del frente de guerra norteamericana contra Rusia, la UE está equivocada completamente, porque debería partir del principio de neutralidad; de la idea de que toda guerra es un crimen organizado a gran escala, un abominable lastre  propio tan solo de una parte de la humanidad, como la que origina cualquier guerra, que ha superado la edad de piedra en  tecnología pero mantiene los mismos principios convivenciales y de conciencia rupestre que sus ancestros.

Dispuestos a matar, a enfrentarse, a rechazar al vecino y al diferente, a odiar fácilmente y para siempre y otras lindezas espirituales, supone una concepción ética y moral y un nivel de conciencia que no se ve por ningún lado. Por eso no es de extrañar lo difícil que debe resultar a tanto político débil, como representante real  de las grandes fortunas que programan los grandes infortunios, impedir sus  guerras, y la inmigración masiva que provocan tanto en África como en Latinoamérica.

La inmigración imparable

El problema real es el capitalismo salvaje que carece de la mínima conciencia social, ética o simplemente humana

Que la inmigración es imparable, es un hecho y debe tener preocupados a los políticos. No es para menos. Porque no pueden evitar que salgan de sus países ni que lleguen a Europa o a los EEUU. Y aquí, de nuevo se equivocan los gobiernos norteamericano y europeos con la solución, porque los verdaderos culpables del exilio involuntario de tantos miles de hambrientos desesperados no son las mafias que les explotan para sacar provecho de su desgracia: son las grandes industrias extractivas del capitalismo internacional, incluido el chino: de la pesca, de la minería, el petróleo el gas y otras riquezas que se les arrebatan y se llevan crudo sin que los pueblos, empobrecidos por su causa  se favorezcan en nada. Esto es posible porque esos países están en manos de gobiernos corruptos y militarizados amparados por los países de origen de esas industrias extractivas. Todos lo sabemos menos los que escriben los guiones de los telediarios: el problema real es el capitalismo salvaje que carece de la mínima conciencia social, ética o simplemente humana. Así que el capitalismo es el veneno que necesita ser neutralizado. Mientras exista, no habrá verdadera democracia, ni verdadera justicia, ni posibilidad de bienestar colectivo, ni se pondrá fin a las migraciones ni a las guerras. El es la raíz del mal mundial y ante eso no deberíamos ser neutrales ni consentidores…

¿Que es difícil solucionar el problema migratorio? Ya lo creo, porque eso exige políticas internacionales comunes, tan difíciles de conseguir en este sistema egoísta y despiadado. Pero la solución no es la represión. Europa se hace vieja y necesita nuevas generaciones, pero América Latina pobre no cabe en EEUU ni  África cabe en Europa, así que es urgente tomar medidas en origen, pero no del tipo que propone nuestro gobierno, porque la economía circular no evita la pobreza y además favorece la explotación de los temporeros que produce vergüenza ajena como pasa ahora mismo en nuestros campos. Otra es la solución y todos la sabemos.

¿Qué va a suceder con el sur y sus migrantes?