martes. 02.07.2024
bruce
Bruce Springsteen en el Estadi Olímpic de Montjuïc de Barcelona.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

El pasado 20 de junio disfruté del concierto de Bruce Springsteen y su Street Band en el Estadi Olímpic de Montjuïc de Barcelona. Una semana después, todavía me resuenan la música y las imágenes de aquella noche de luna llena. Recuerdo aquel escenario, sin demasiados adornos visuales ni florituras, llenado por Bruce y su banda, que lo acompaña desde hace más de 40 años.

Y me doy cuenta del por qué Bruce Springsteen es conocido como «The Boss», el jefe, el líder. El líder, porque encarna las características del liderazgo, empezando por la primera e imprescindible que es, como nos demostró esa noche y en todas sus actuaciones, la entrega y el compromiso. A pesar de los problemas vocales que le habían llevado a cancelar conciertos previos, realizó un concierto de tres horas con una pasión y energía imparables. Desmintiendo lo que muchos podríamos intuir y entender, a sus años, podría haberse tomado alguna pausa entre canción y canción o bajar el ritmo trepidante que mantuvo en todo el concierto. Pero no, en su actuación fue encadenando una canción tras otra sin descanso, demostrando que la edad no es un impedimento para seguir brillando y que la profesionalidad es un valor irremplazable que incluso se puede mejorar con años de dedicación y práctica.

El concierto me ha hecho pensar en esa otra condición imprescindible para el liderazgo: la necesidad de rodearse de buenos colaboradores, de construir un buen equipo, porque también ahí reside parte del secreto de la desbordante energía y fuerza de Bruce. Y de repartir protagonismo y méritos al pianista, al trombón, el trompeta, el saxofón, otra trompeta. Cada uno con su solo, con su minuto de gloria. Ahora todos de golpe. Y él, liderando. Llamando a cada uno por su nombre. Casi como un director de orquesta. Y como en el buen liderazgo se ha rodeado de unos colaboradores de primer nivel y ha sabido mantener unas relaciones efectivas y duraderas de amistad, una virtud que no todas las personas que aspiran a ser líderes son capaces de construir y mantener durante tantos años, superando las envidias y personalismos que en tantas ocasiones destruyen los equipos. 

Y también la generosidad, otra condición indispensable para el liderazgo. Generosidad, como expresó en varias ocasiones Springsteen en el concierto al recordar y reconocer a quienes, presentes o ausentes, le han ayudado a llegar a donde está y que estuvieron presentes en el montaje visual con imágenes de los compañeros que se han ido quedando por el camino. 

Humildad y gratitud, condiciones que debe tener cualquier persona que aspire a liderar, con quienes trabajan y colaboran en su equipo o proyecto. Reconocer a quienes te han hecho lo que hoy eres. porque es de justicia reconocer a los que han viajado contigo. Aunque ya sabemos que en demasiadas ocasiones a muchos les ciega su vanidad, este no es el caso de Bruce Springsteen, cuyo ego podría ser enorme al ser su fama de dimensión planetaria. En cambio, desde el escenario, nos transmitió humildad, autenticidad, capacidad de emocionarse y emocionar, sientes que no está fingiendo al recordar a sus compañeros y amigos que le han acompañado en su larguísima carrera.

Bruce Springsteen ha demostrado ser un líder por su capacidad de inspiración, integridad, trabajo en equipo, renovación, generosidad, autenticidad y humildad

Igual es por todo ello que la figura de Bruce Springsteen va mucho más allá de la música rock y su legado trasciende las fronteras de los escenarios y lo convierte en un líder inspirador, cuyas cualidades y acciones no solo impactan en la industria musical, sino también en la sociedad. Porque ha demostrado ser un líder por su capacidad de inspiración, integridad, trabajo en equipo, renovación, generosidad, autenticidad y humildad. Unas características que son las piedras angulares que debe tener alguien que quiera ser algo más que un “boss”, un jefe y aspire a ser un autentico líder, en estos tiempos de tantos jefes ególatras que van por la vida transportando su ego por toneladas.  

Bruce Springsteen: un auténtico líder