Elecciones municipales en Brasil: São Paulo como caso testigo

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@jgonzalezok |

Brasil celebra este domingo (6) elecciones municipales para elegir alcaldes y concejales en las 5.563 ciudades del país. Será la primera prueba que enfrenta el gobierno del presidente Lula casi a la mitad de su actual mandato, que comenzó el 1º de enero del pasado año. El panorama político muestra una extrema derecha consolidada y una izquierda que intenta mantener el clima que permitió derrotar a Jair Bolsonaro hace dos años, cuando aspiraba a la reelección. El ex jefe de Gabinete en el primer gobierno de Lula, José Dirceu, reconoció estos días que la derecha es cada vez más extrema en Brasil y “llegó para quedarse”.

Estas elecciones son un barómetro que mide la popularidad del gobierno nacional que ahora ostenta Lula da Silva

Las elecciones se celebran a dos vueltas, siendo la segunda el 27 de este mismo mes de octubre. Casi 156 millones de personas están habilitadas para votar, en un país en el que el voto es obligatorio. Aunque se trata de elecciones municipales, la contienda tiene un valor testimonial equiparable a las elecciones de medio término en los Estados Unidos y en otros países de la zona que renuevan parcialmente sus cámaras legislativas a mitad de mandato. Son un barómetro que mide la popularidad del gobierno nacional.

Esta disputa es especialmente significativa en las grandes ciudades, como São Paulo y Río de Janeiro. En el caso de la primera de estas urbes, que con más de 9 millones de electores es la más importante y rica del país, tres candidatos están prácticamente empatados en las encuestas. El actual alcalde, Ricardo Nunes, el izquierdista Guilherme Boulos, del PSOL y apoyado por el gobierno de Lula, y Pablo Marçal, un inesperado fenómeno que surgió también de la extrema derecha, que ha fragmentado al electorado bolsonarista, relativizando el liderazgo y el peso político del ex presidente.

Pablo Marçal es un imitador de Bolsonaro que pretende ser aún más extremista que el ex presidente

Pablo Marçal es un imitador de Bolsonaro que pretende ser aún más extremista que el ex presidente. Aventaja a todos los candidatos en el uso de las redes sociales (tiene más de cinco millones de seguidores en Instagram) y aspira a más, incluyendo la presidencia dentro de dos años. No es posible aún predecir si es una figura en ascenso o se va a deshidratar si es derrotado. Se postula por el minúsculo Partido Renovador Laborista Brasileño (PLRB), se presenta como influenciador digital, imparte cursos para emprendedores y ha hecho de la provocación su principal estrategia electoral. Tuvo, además, problemas con la Justicia por acusaciones que van del hurto al lavado de dinero.

En el caso de Río de Janeiro las encuestas dan vencedor por mayoría absoluta en la primera vuelta al actual alcalde, Eduardo Paes, derrotando claramente al candidato de Bolsonaro, Alexandre Ramagem. Paes, del centrista PSD, cuenta con el apoyo del presidente Lula. Ramagem es un ex policía que dirigió los servicios secretos durante el gobierno de Bolsonaro y que está acusado de montar un servicio paralelo para el uso personal del ex presidente.

En la mayoría de las ciudades del país, excepto en las grandes urbes, la disputa tiene como protagonistas a candidatos de una enorme cantidad de partidos que forman lo que en Brasil se conoce como centrão, sin ideología precisa -aunque tienden a la derecha-, y que se mueven por intereses, estando dispuestos a aliarse hasta con el diablo.

En los últimos 24 años, el número de candidatos evangélicos creció un 225%, siendo en estas elecciones 7.206

Abundan en estas siglas pastores evangélicos y integrantes de fuerzas de seguridad, que aparecen en la publicidad electoral y en los espacios televisivos usando explícitamente una identidad que los identifique: pastor, sargento, etc. En los últimos 24 años, el número de candidatos evangélicos creció un 225%, siendo en estas elecciones 7.206. En cuanto a los candidatos que declaran una profesión militar o policial o aparecen en las papeletas con un nombre que hace referencia a las fuerzas de seguridad, en estas elecciones son cerca de 7.000, la mayoría presentados por el PL, actual partido del ex presidente Bolsonaro.

Según el diario Folha de S.Paulo, en las 103 mayores ciudades del país -con más de 200.000 electores-, hay más candidatos apoyados por Bolsonaro que por el presidente Lula. Los bolsonaristas están en primer lugar en las encuestas en 23 de estos municipios, mientras que los preferidos por Lula lideran en 16 ciudades.

La penetración del narcotráfico en la política es una preocupación creciente en Brasil y en estas elecciones municipales se ha vuelto a poner de manifiesto. Varios dirigentes del partido PLRB, del candidato Marçal en São Paulo, están acusados de complicidad con el narco. En los últimos años, en Río de Janeiro ha sido evidente la penetración de las milicias y el narco en la política local.

Brasil usa el sistema de voto electrónico, que garantiza elecciones democráticas, libres, seguras, auditables, transparentes y eficientes en sus resultados, según dijo la presidenta del Tribunal Superior Electoral, Carmen Lúcia.

El uso de las fake news y de la inteligencia artificial está siendo tema de debate de cara a la limpieza del proceso

El uso de las fake news y de la inteligencia artificial está siendo tema de debate de cara a la limpieza del proceso. Así como el papel de las redes sociales, sobre todo después de que X (antigua Twitter) fuera suspendida por el Supremo Tribunal Federal, por no cumplir las órdenes para bloquear una serie de cuentas que incitaba al odio o atacaban la democracia.

Las redes sociales son la principal fuente de información de millones de brasileños, sobre todo en pequeñas ciudades. Heloisa Massaro, especialista en Internet y directora de un centro de investigación, señaló en una reciente entrevista que hay municipios que son un desierto informativo, ya que no cuentan con medios de comunicación, o los que existen no producen información confiable. Y que pueden ser influenciados por noticias falsas.

La agencia Lupa, dedicada a combatir la desinformación, ha constado estos últimos días cómo los candidatos violan las reglas del Tribunal Superior Electoral en las redes sociales, con la connivencia de las grandes empresas de tecnología, como Meta y Google. Las irregularidades incluyen propaganda negativa, contenidos misóginos y anti-vacunas, así como la venta de gorras asociadas a diversos candidatos.