ELECCIONES ESTADOS UNIDOS

El coraje cívico de Biden, ¿lo tendría Trump?

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

¿Sabría Trump emular el coraje cívico de Biden y echarse a un lado para defender una causa que no sea la suya propia?

Es cierto que le ha costado dar el paso, al verse mal aconsejado por su familia. Pero finalmente, aunque lo haya considerado una traición por un momento, Biden abandona la contienda electoral y da paso a candidaturas alternativas del partido demócrata. Lo hace respaldando a su vicepresidenta, como el relevo más natural. Unas primarias podrían dejar muchos pelos en la gatera. La cuestión sería elegir a un tándem para Kamala Harris. Una mujer joven de origen latino sería un ticket revolucionario. Con ello se apostaría con mucha contundencia por un cambio generacional y una diversidad que configura ese país tan amable para con la emigración en otra época.

No quiero imaginar su reacción si fuera derrotado por una mujer de color. Ya no bastaría con asaltar el Capitolio

La consigna de MAGA por el contrario es cerrar las fronteras a cal y canto, para frenar en seco la inmigración ilegal. Resulta instructivo imaginarse a Trump dando un paso atrás, despidiéndose a sí mismo en aras de algo superior o ajeno a su propio interés. Biden le ganó unas elecciones, por mucho que no pueda reconocerlo un personaje devorado por el narcisismo y la soberbia. Su programa electoral es hacerse pasar por un superhéroe del cómic que ha sobrevivido al intento de asesinarle por gracia divina. Se cree un semidiós por encima de las leyes y, de hecho, podría llegar a estarlo de alguna manera con un Tribunal Supremo que ha nominado él mismo. Ha conseguido rentabilizar la baza del victimismo y presentarse como alguien a quien han robado las elecciones, además de padecer un complot universal en su contra.

Su programa electoral es hacerse pasar por un superhéroe del cómic que ha sobrevivido al intento de asesinarle por gracia divina

El achacoso anciano que tanto ridiculiza Trump le sacó de La Casa Blanca y ahora le ha dado una lección de responsabilidad política. Pero un irresponsable que siempre culpa de todo a los demás y que no ha dado un palo al agua en su vida, no puede comprender un gesto como ese. Para ello hay que saber que hay un mundo fuera de tus residencias palaciegas y la torre que lleva tu nombre. Conviene haber pagado impuestos y no haber heredado una fortuna que solo sirvió para malcriarte, haciéndote despreciar a cuantos consideras perdedores. No quiero imaginar su reacción si fuera derrotado por una mujer de color. Ya no bastaría con asaltar el Capitolio y quizá le tentara verse auxiliado por Putin, una vez más.