ARTE

Patxi Xabier Lezama, un referente del arte vasco

Mari.

Un escultor entre mitos y realidades.

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Patxi Xabier Lezama representa una de las voces más distintivas de la generación de escultores vascos que han encontrado su inspiración en la rica y mágica mitología de su tierra. Con una obra que palpita con la obstinada energía del espíritu vasco, Lezama se erige como un singular escultor visionario, capaz de conectar el pasado ancestral con la contemporaneidad.

Su trabajo es un reflejo de una madurez personal que se enriquece con referencias a una tradición pagana, donde cada escultura no solo es una forma, sino una historia que invita a la reflexión sobre nuestros orígenes primitivos. Lezama ha consolidado su estilo como un creador sensible y consciente de su entorno, abrazando una trayectoria estética que desafía lo convencional.

La exposición de su pieza ‘Sugaar’ en la sala El Barrio's Artspace durante el Congreso Mundial de Arte y Cultura (COMAC) en Nueva York es un hito significativo en su carrera. A través de esta obra, el escultor vasco nos transporta a un universo de historias fantásticas, donde los mitos se convierten en protagonistas. Lezama no solo esculpe formas, sino que revive relatos ancestrales, creando un diálogo entre lo antiguo y lo moderno que resuena en el espectador.

La producción de Lezama es un tributo a la mitología vasca, un legado que se remonta a épocas inmemoriales y que, a través de su arte, logra transmitir a las generaciones futuras. En su trabajo, cada elemento está impregnado de significado y simbolismo, actuando como un espejo que refleja no solo el imaginario cultural de su pueblo, sino también una profunda exploración de la identidad.

Mikelatz.

El escultor se adentra en un mundo subterráneo, donde los mitos y leyendas se entrelazan con una vitalidad renovada. Su enfoque no se limita a lo visual; más bien, opera desde una perspectiva histórica y cultural, estableciendo un sistema de valores que invita a cuestionar los paradigmas establecidos. Lezama se convierte así en un mediador entre distintas épocas y visiones, ofreciendo una perspectiva fresca sobre los relatos tradicionales que han marcado la cultura vasca.

En resumen, Patxi Xabier Lezama es más que un escultor; es un narrador de historias que, a través de su arte, revive y regula la rica herencia mitológica del País Vasco. Su obra es un puente entre lo antiguo y lo contemporáneo, asegurando que la magia de los mitos no solo persista, sino que también evolucione, adaptándose a los tiempos modernos y resonando en el corazón de quienes se acercan a su arte. Como tal, Lezama no solo crea obras, sino que también cultiva una memoria colectiva que honra sus raíces y expande su significado en el contexto global. 

Un referente indiscutible en la escultura vasca contemporánea, un artista que artísticamente forma parte de una generación singular de creadores que han crecido inmersos en la rica tradición mitológica del País Vasco. Nacido en Zalla Las Encartaciones de Vizcaya, Lezama extrae de esta herencia cultural y espiritual la esencia de su trabajo, convirtiendo su obra en un puente entre la antigüedad y el presente.

Orígenes y contexto cultural

La influencia de Zalla, su pueblo natal, es inseparable de la obra de Lezama. Este lugar, conocido por sus historias de brujería y seres sobrenaturales, ha moldeado su visión artística. En Zalla, donde las supersticiones y la mitología han sido parte integral de la vida cotidiana, los naturales del lugar se conocen como "Brujos", reforzando la conexión con un imaginario que Lezama ha decidido explorar y dar forma a lo largo de su carrera. Esta carga cultural ha sido la fuente de su inspiración, permitiéndole conectar con los instintos primitivos y las creencias ancestrales.

Hodei.

Trayectoria artística

La carrera de Patxi Xabier ha sido multi-dimensional, destacando no solo por su producción escultórica, sino también por su capacidad de comunicación de la mitología vasca a través de diversos canales. Su participación en la exposición "Migrations: Ocean of Hearts" en La Spanish Benevolent Society Gallery de Nueva York es un testimonio de su reconocimiento internacional. Este espacio permitió a Lezama presentar su arte a un público que quizás no esté familiarizado con las ricas tradiciones mitológicas vascas, al tiempo que exploró la universalidad de las emociones humanas a través de su trabajo.

Lezama también ha tomado la iniciativa de documentar y compartir su visión de la mitología vasca en un libro que se convierte en un compendio de historias fantásticas. A través de sus páginas, el escultor presenta los mitos que han resonado a lo largo del tiempo, ofreciendo una perspectiva única que conecta las historias del pasado con el arte contemporáneo. Esta obra no solo perpetúa la memoria de una cultura rica en simbolismo, sino que también actúa como un vehículo de transmisión para futuras generaciones.

Un enfoque consciente y sensible

La obra de Patxi Xabier Lezama es un testimonio de su madurez personal y su deseo de abordar su práctica artística desde una perspectiva inconformista. Sus esculturas, impregnadas de una energía casi palpable, se nutren de un marco de referencia que va más allá de lo visual. Al interactuar con su arte, el espectador es invitado a reflexionar sobre la historia y los mitos que han constituido la identidad vasca.

Su enfoque en lo pagano y en las tradiciones orales resuena con fuerza en un mundo contemporáneo que a menudo ignora sus raíces culturales. Lezama se posiciona no solo como artista, sino también como narrador y guardián de un legado que merece ser reconocido y apreciado en su complejidad.

Conclusión

Patxi Xabier Lezama Perier representa una convergencia entre el arte, la mitología y la identidad cultural vasca. Su obra es un viaje profundo a las entrañas de una tradición rica y multifacética, que resuena en la vibrante energía de sus esculturas. Al rendir homenaje a sus orígenes, Lezama no solo contribuye a la cultura vasca contemporánea, sino que también asegura que estas historias, estas creencias y estos mitos sigan vivos en la memoria colectiva, inspirando a las futuras generaciones a explorar y valorar su patrimonio cultural. La obra de Lezama se erige, así, como un faro de creatividad, conexión y sentido, recordándonos la importancia de nuestras raíces en el presente.